El Gobierno hace silencio ante las protestas en La Matanza que jaquean la estrategia electoral
Busca encapsular el enojo en Berni y Kicillof; a seis días de la elección, la movilización se da en el epicentro de la campaña oficialista para el sprint final
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LA NACION
El Gobierno hizo silencio ante las protestas que sacuden a La Matanza, distrito que gobierna el intendente kirchnerista Fernando Espinoza. La Casa Rosada monitoreó los hechos con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien estuvo en comunicación con distintos funcionarios del gobierno de Axel Kicillof.
Así, la administración de Alberto Fernández buscó que el conflicto sea absorbido por la provincia, en particular por el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien mantiene una pésima relación con el jefe del Estado.
A seis días de las elecciones, la manifestación pone en jaque parte de la estrategia electoral que tenía al conurbano como base y a la tercera sección electoral, de la que es parte La Matanza, como principal centro de operaciones.
El asesinato de Roberto Sabo, un kiosquero de 48 años en Ramos Mejía, generó un fuerte reclamo de seguridad contra el intendente, el gobernador y el presidente Alberto Fernández. En medio de las protestas, la policía lanzó gases lacrimógenos para frenar el avance de algunos vecinos que pretendían llegar a la comisaría 2° de Ramos Mejía.
Tras la llegada de los familiares al kiosco, la masa de manifestantes caminó las tres cuadras que separan el negocio de la comisaría, con cánticos y aplausos hasta llegar al fuerte e impenetrable vallado dispuesto por la policía bonaerense.
En medio de las tensiones, Berni anticipó que después de las elecciones del domingo se tomará “24 horas para recapacitar sobre cuestiones políticas”. A esta altura, tras las discusiones que mantuvo con el gobierno nacional, y los episodios que marcaron su gestión, que incluyeron el levantamiento de la policía bonaerense, el ministro está prácticamente afuera del gobierno de Kicillof.
“Tengo toda la energía puesta en materia de seguridad y después de la elección me voy a tomar 24 horas para recapacitar sobre cuestiones políticas, en las cuales tengo algunas diferencias. Renunciar o no es indistinto, lo que importa es que el Gobierno quiera retomar el rumbo que quisiéramos que tuviera”, dijo Berni, que durante los últimos meses fue uno de los principales críticos de la gestión de Alberto Fernández.
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