El Gobierno logró frenar hasta marzo la negociación salarial
Capitanich reunió a sindicalistas oficialistas y empresarios; definieron que los aumentos salariales se fijen por actividad, para evitar una cifra común
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El Gobierno postergó para marzo la negociación salarial y propuso que el porcentaje de subas se determine por rama de actividad, para evitar fijar una cifra común que descontrole los pedidos sindicales. Del otro lado, el sector gremial alertó que esperará el resultado del anunciado acuerdo de precios de la canasta básica para sentarse a debatir.
Con la discusión salarial de fondo después de la crisis en las policías provinciales, que subió de un tirón el piso a partir del cual se comenzarán a negociar las subas, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se reunió ayer con los referentes gremiales y empresariales y avanzó un casillero en la concreción de la mesa del diálogo social que había iniciado Cristina Kirchner tras la derrota electoral.
El funcionario prometió una discusión acotada por cada gremio sin un porcentaje maestro como eje para descartar un porcentaje común que desmadre los reclamos. "Todo se definirá sector por sector", confió a LA NACION tras el encuentro. Fiel a su estilo de ordenar la gestión, Capitanich quiere revisar acuerdo por acuerdo.
El líder de la CGT más cercana a la Casa Rosada, Antonio Caló, tomó la palabra ayer al mediodía en la gran mesa circular del Salón de las Mujeres en representación del sindicalismo afín al Gobierno. Después del comunicado de la semana pasada, en el que advirtió que la discusión será libre, puertas adentro los gremialistas están decididos a darle un último voto de confianza al Gobierno. Quieren conocer cómo funcionará el acuerdo de precios para entonces sí discutir la nueva pauta salarial.
La decisión de postergar el debate surgió de ambos lados. Para el Gobierno, no anticipar la negociación aleja a los gremios del último conflicto policial y baja las expectativas antes de que pueda controlar la inflación. Del lado cegetista, es una prenda de cambio para testear cómo se plantan ante la Casa Rosada ante la posibilidad de que el acuerdo de precios anunciado el viernes pasado fracase otra vez.
Los referentes sindicales se fueron ayer de Balcarce 50 con una medida que el Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Tomada, ya les había anticipado: un nuevo plan para la lucha contra el trabajo no registrado. Según anunció el jefe de Gabinete, se buscará reducir a menos del 30% la cantidad de empleados fuera de convenio, que en la actualidad alcanza al 34%.
Nuevos subsidios
"Vamos a establecer subsidios a las contribuciones patronales a las pequeñas y medianas empresas, con el objeto de incrementar la formalización de los trabajadores", anunció Capitanich en la conferencia de prensa que dio por la mañana. Además, anticipó que se pondrá en marcha un registro único de empleadores sancionados por tener trabajadores fuera de la ley y la creación de una unidad de cooperación entre la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Ministerio de Trabajo para el seguimiento del tema.
El programa era parte de las medidas que ya tenía en agenda Tomada y que se postergó por la licencia médica de la Presidenta. Con el retorno de la mesa de diálogo, finalmente se pondrá en vigor. La promesa de Capitanich fue que pasen al sistema formal uno 350.000 trabajadores en 2 años.
El combo de anuncios con el que el jefe de Gabinete esperó a sus invitados incluyó dos nuevas líneas de créditos para empresas. Una, reedición de la circular del Banco Central que obligó a los bancos privados a prestar el 5% de sus depósitos para proyectos productivos, que para la primera mitad de 2014 debería llegar a los $ 22.000 millones. Otra, mediante un fideicomiso del BCRA llamado Fondear, destinado a grandes empresas.
"La medida más importante es que se tomaron medidas", celebró el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, tras el encuentro. "Bajar cinco por ciento el trabajo en negro en un año es muy ambicioso", se esperanzó Hugo Yasky, de la CTA oficialista.
Por las dudas, la CGT se llevó anotados los precios de referencia de los productos incluidos en el acuerdo para corroborar que no haya subas desde que se anunció hasta que se presente en sociedad, el próximo 3 de enero.
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