En el momento de mayor incertidumbre ante la Unión Europea, un polémico posteo de Javier Milei eleva otra vez la tensión con Brasil
Un mapa que describe al país vecino como una gran favela despertó duras críticas de funcionarios del presidente Lula da Silva; Europa debate el demorado acuerdo con el Mercosur
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A escasos tres días de la reunión semestral de presidentes del Mercosur en Foz de Iguazú, donde estaba prevista la firma del acuerdo comercial con la Unión Europea, los vínculos entre el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y el de Javier Milei vuelven a tensarse.
No se trató, esta vez, de alguna disputa cara a cara entre ambos presidentes, separados por un océano ideológico y con un vínculo desde el inicio marcado por la frialdad, con picos de insultos y respuestas airadas. Un posteo en la red social Instagram con el mapa del continente americano, que describe a Brasil y otros países como Venezuela y Colombia como una inmensa favela, fue difundido por el Presidente y generó una durísima reacción de uno de los hombres más cercanos a Lula da Silva, el secretario general Guilherme Boulos.

“El ataque del presidente argentino al pueblo brasileño es vergonzoso”, escribió el funcionario en su cuenta de la red social X. Y agregó: “Parece más bien la alucinación de alguien que busca el consejo de voces externas para intentar gobernar un país. Milei es la cara de la ultraderecha: estupidez y prejuicio", escribió Boulos.
La publicación, que ya no está disponible en las redes sociales, describe a los países de la costa del Pacífico y Argentina como un paraíso de rascacielos y espacios verdes. Fue originada por el usuario denominado León Libertario Ok, que suele reflejar posturas favorables al Presidente, quien reposteó la imagen.
Desde la Casa Rosada prefirieron evitar todo comentario sobre el posteo presidencial, aunque no pudieron negar que la publicación existió y que fue captada por el gobierno de Brasil. Desde la cancillería brasileña también evitaron cualquier comentario extra, con la idea de no escalar aún más en el conflicto.
Vergonhoso o ataque do presidente da Argentina ao povo brasileiro. Parece mais uma alucinação de quem se aconselha com vozes do além para tentar governar um país. Milei é a cara da extrema-direita: estupidez e preconceito. pic.twitter.com/3BFBtJJwU1
— Guilherme Boulos (@GuilhermeBoulos) December 16, 2025
El entredicho bilateral llega en un momento inoportuno. Es que tanto Milei como Lula da Silva y sus pares del Mercosur contienen la respiración, y por estas horas miran, expectantes, hacia Bruselas.
Todo se definirá entre mañana y el viernes, cuando el Consejo de Europa, que integran los 27 países miembro de la Unión Europea, analice aprobar o postergar el demorado acuerdo arancelario, comercial y de inversiones con el Mercosur, que a pesar de periódicos avances lleva un cuarto de siglo sin poder destrabarse del todo.
La incertidumbre es, hoy, la palabra de moda en la diplomacia europea. Mientras España y Alemania son los principales impulsores de la firma y están esperanzados en conseguir la mayoría necesaria para el aval, Francia e Italia juegan por estas horas un rol central, en la búsqueda de demorar el acuerdo para complacer a sus sectores agrícolas, en pie de guerra ante la posibilidad de competir con el Mercosur sin garantías de éxito. “Todo se define al más alto nivel”, describe una fuente diplomática europea en relación a la firma del acuerdo, hoy una moneda en el aire y a la espera de la decisión, con los presidentes Emmanuel Macron (Francia) y Giorgia Meloni (Italia) en tándem para postergar la rúbrica.
Desde Brasilia, el presidente Lula da Silva espera que todo se resuelva de modo positivo, y que el sábado 20 por la mañana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llegue a Foz de Iguazú, sede de la reunión semestral de presidentes del Mercosur, para firmar el acuerdo con el bloque sudamericano. Pero los votos para logarlo −un mínimo de 15 de los 27 países, al menos el 65 por ciento de la población total del bloque− no están garantizados, y se complican los planes de quienes daban por hecho que el acuerdo se firmaría este fin de semana.

En diciembre de 2024, los cuatro miembros del Mercosur y Von der Leyen firmaron en Montevideo el acuerdo. Faltaba entonces la ratificación del Consejo, más el aval de los parlamentos de los miembros del Mercosur (Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia) para su implementación definitiva, avales que se dan por descontados.
Desde la Casa Rosada miran el panorama con escepticismo. Cerca del Presidente dejaron entrever a LA NACION que Milei no iría a Foz de Iguazú si el acuerdo sufriera una nueva postergación. “No veo que vaya”, afirma una alta fuente oficial, convencida que, de no haber acuerdo con la UE, Milei declinaría la invitación, y sería el canciller Pablo Quirno −que llega el viernes a la ciudad fronteriza brasileña− quien represente al país en la reunión del Mercosur, en el que Brasil traspasará a Paraguay la presidencia pro-témpore del bloque. El vínculo personal entre Milei y Lula, que se saludaron de modo frío y protocolar en la última reunión del Mercosur, en julio pasado, había dejado hasta hoy los insultos mutuos, pero seguía siendo frío, con coincidencias ocasionales, como el impulso al acuerdo con la UE.
“No nos pregunten a nosotros, pregúntenle a los europeos”, se atajan desde la Cancillería cuando la consulta gira en torno del acuerdo con la UE, deslindando la responsabilidad por un eventual nuevo fracaso.
Idas y vueltas
La reunión de presidentes del Mercosur también tuvo una intrincada serie de idas y venidas que pusieron en riesgo su realización. Todo comenzó cuando Itamaraty corrió la fecha original de la reunión, prevista para el pasado 2 de este mes, para este sábado 20. La cancillería brasileña estimaba, con razón, que la UE no estaría lista en la primera de las fechas para firmar el acuerdo. De inmediato, Paraguay protestó por el cambio, y avisó −en una nota oficial enviada a la coordinadora brasileña del Mercosur, Gisela Padovan− que no habría representación paraguaya el día 20. Lula da Silva contraatacó, y propuso hacer la reunión del Mercosur el 14 de enero, en Brasilia.

“Yo lo haré en Brasilia. Lo haré en Brasilia porque, posiblemente, tenemos un problema con Paraguay, que no puede participar el día 20. Posiblemente, marquemos el Mercosur, fijemos la reunión del Mercosur para comienzos de enero, y firmemos el 20 de diciembre”, afirmó entonces Lula da Silva, en declaraciones públicas reproducidas por la agencia EFE.
Paraguay protestó por el nuevo cambio, y −según fuentes del Gobierno− fue Quirno quien intercedió entre ambos para que la reunión se lleve a cabo el 20, aunque con sede en Foz de Iguazú, pegada a la frontera con Paraguay y la provincia argentina de Misiones.
Ya con el vecindario ordenado, el Mercosur aguarda novedades desde la capital de Bélgica, donde el presidente del Consejo, Antonio Costa y los representantes de los 27 miembros debatirán un amplio temario que incluirá los conflictos bélicos en Ucrania y el Medio Oriente, las migraciones y la ampliación de la UE. El acuerdo con el Mercosur, incluido en el temario, tendrá en vilo tanto a europeos como a sus posibles socios sudamericanos.
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