La Rioja: en medio de sus cruces con Milei, el gobernador Quintela lograría aprobar esta semana las cuasimonedas

CÓRDOBA.- En medio de la pelea con el presidente Javier Milei, que le cuestionó sus gastos en recitales, y las protestas de la policía local por aumentos salariales, la legislatura riojana se prepara para sancionar esta semana la ley para que la Provincia “tenga una moneda propia”. Es decir, para emitir cuasimonedas. El peronismo local tiene mayoría absoluta, lo que le facilita el trámite. La incógnita es si esta vez los riojanos la aceptarán.

En el “mientras tanto”, el gobernador Ricardo Quintela anunció un pago extra de $80.000 para los trabajadores estatales y de $50.000 “a los vinculados de otra manera” con el Estado (los precarizados). Los montos se cobrarán con el sueldo de enero que se cobra a inicio del mes próximo.

El ingreso promedio de un estatal riojano es de $150.000 mensual (para graficar, equivale a dos planes Potenciar Trabajo). A eso se le suma la “quincenita”, que es lo que el gobierno provincial paga en negro, otros $30.000. Una médica, con nueve años de antigüedad, tiene un básico de $68.000 y un cabo de la policía, al ingresar, de $45.000 (ambos debajo de un plan social).

Los Autoconvocados de Salud plantearon en una nota al gobierno que una guardia médica de 24 horas se paga entre $45.000/$60.000, mientras que “en San Luis, provincia vecina, el mismo trabajo está en $212.000″; una de enfermería de ocho horas “está en $10.000, teniendo como ejemplo a la provincia de Catamarca que por el mismo trabajo está percibiendo la suma de pesos $25.000″; o un plus nocturno “(que implica cinco días trabajando turno noche, con el desgaste físico que esto conlleva) equivale a $7500. Aclarando que esta suma no alcanza ni para un kilo de carne”. La hora de guardia es de $2812, se permiten 12 guardias de 18 horas y ocho de 24 horas al mes en los servicios críticos.

La planta de empleados públicos está estimada en 70.000 personas (incluyendo los de las 40 empresas del Estado y los trabajadores de los municipios del interior), más unos 25.000 precarizados (la modalidad de contratación va desde el monotributo a un acuerdo de partes).

Quintela regresó de urgencia a la provincia cuando el viernes comenzó la manifestación de los policías. La fuerza reclama un piso salarial de $800.000, un ítem remunerativo por horas de recargo no pagas, el plus por familia y un aumento trimestral por inflación que contemple también el mantenimiento de los uniformes.

La protesta social –que se frenó con la promesa del gobierno de recomponer salarios– trajo a la memoria “el riojanazo” de 1993, que hizo temblar el mandato de Bernabé Arnaudo, enfrentado con quien era el ministro de Economía nacional, Domingo Cavallo. El 8 de diciembre de ese año la Legislatura Provincial aprobó la Ley de Emergencia Financiera y los empleados públicos en masa se manifestaron y se enfrentaron con la policía.

¿Regreso de la cuasi moneda?

Quintela anunció que convocó a sesiones extraordinarias de la Legislatura para “enviar un proyecto de ley que autorice a constituir un instrumento monetario, en caso de ser necesario”. Repasó que una situación similar ya se dio en 1988, cuando tuvieron “una moneda provincial”, y luego en el período 2000-2001.

“Funciona con un porcentaje en efectivo y un porcentaje en bono. Esos bonos se los recibe la provincia para el pago de los servicios, impuestos y tasas –agregó–. En cuanto al comercio, hay que acordar con la Cámara de Comercio para que reciba esta moneda como forma de pago”.

La incertidumbre entre la clase política riojana es si la sociedad aceptará el bono. El Estado es el primer empleador en la provincia. La experiencia demuestra que los comercios privados reciben los papeles pero a menor valor y, además, hay que esperar la posición que tomen los prestadores de servicios nacionales.

La trayectoria política de Quintela muestra que es parte de su estilo llevar la confrontación al límite para tratar de obtener recursos. Cuando fue intendente de la ciudad de La Rioja se enfrentó en 2012 al entonces gobernador peronista Luis Beder Herrera y amenazó con renunciar si no le daba los fondos que le reclamaba; en el arranque del 2022 escaló un conflicto con la exintendenta de la capital, Inés Brizuela y Doria (UCR) también por diferencias de dinero. En octubre de ese año laudó la Nación poniendo en el presupuesto $47.000 millones extras para la provincia para repartir con los municipios.

“Esta vez no habrá plata, que haga lo que quiera”, repiten como un mantra desde la administración libertaria. Milei dijo: “Que los gobernadores emitan cuasimonedas si quieren, en ese sentido, el propio mercado va a determinar qué valor les asigna a sus respectivos gobernadores cuando quieran aceptar o no los billetes que ellos emiten”.

El economista Jorge Vasconcelos (Ieral-Fundación Mediterránea) advierte que una eventual cuasimoneda perdería valor porque la gente buscará desprenderse de los papeles, con lo que “la población local sufrirá un golpe inflacionario adicional al impuesto por la propia dinámica devaluatoria del peso” y, además, las empresas instaladas en la provincia “verán encarecerse los impuestos nacionales en términos de la cuasimoneda (que será la moneda predominante en la que cobrarán por la venta de sus bienes y servicios), porque para pagar deberán cambiar bonos locales por debajo de la par”. En ese contexto, menciona que el impacto se dará sobre la rentabildad de las compañías instaladas, “debilitando aún más los incentivos a la creación de empleos privados en la provincia”.

La Rioja es “extremadamente dependiente” de las transferencias de coparticipación y discrecionales (89% de sus recursos provienen de Nación); sus exportaciones representan apenas 4% del Producto Bruto Geográfico. Los salarios públicos formales en 2022, según Ieral, fueron los más bajos del país y el dinamismo en la creación de empleo lo marca el Estado.

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