Los entretelones del episodio que marcó un pico de tensión entre Javier Milei y Victoria Villarruel
La vicepresidenta recibió el comunicado de la Casa Rosada y comentó puertas adentro: “No ayudan”; el Gobierno salió a desmentir la interna; la vieja trama de cortocircuitos y el estilo de conducción de la titular del Senado
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“No ayudan”, dijo ella, sin perder la sonrisa estampada en su cara, una gestualidad a la que los senadores están acostumbrados. Victoria Villarruel estaba en la reunión de labor parlamentaria con los jefes de bloque del Senado cuando la “Oficina del Presidente” en X-Twitter –la cuenta que utiliza Javier Milei para difundir sus declaraciones de principios- publicó el texto en el que aludió de forma subrepticia a ella con un juego de palabras. El equipo de comunicación y redes de la Casa Rosada, siempre mimado por el jefe de Estado, apuntó contra quienes pretenden “anotarse victorias de corto plazo” por la sesión especial donde se tratará el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 70/23).
En ese preciso momento, Villarruel les estaba pidiendo a los senadores que le dieran una semana más para tratar el megadecreto. Todos entendieron que el “no ayudan” fue en referencia a la Casa Rosada.
Fuentes de La Libertad Avanza (LLA) dijeron a LA NACION que el Presidente y su vice conversaron después de este episodio, que marcó un pico de tensión entre ellos. Su relación viene muy tironeada desde hace mucho tiempo. A la luz de lo que dijo hoy el portavoz Manuel Adorni, la decisión de Milei fue bajar la espuma y neutralizar la interna, que le infringe un daño a su propio espacio.
“No hay ninguna pelea, somos todos un gran equipo. Hubo una mala lectura del comunicado que fue contra la casta política”, dijo el vocero presidencial después de desayunar con el jefe de Estado en la sede de gobierno. Y apuntó que el periodismo está equivocado.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) March 13, 2024
Qué pasó
La Casa Rosada ayer estaba puliendo los “borradores” de la nueva ley de Bases, del pacto fiscal y de la nueva fórmula jubilatoria que le quiere proponer a los gobernadores y al Congreso para habilitar el Pacto de Mayo. A pesar de la desconfianza que tiene Milei en los actores (cualquier chispa puede detonar todo) se estaban dando los pasos para avanzar con las negociaciones. Así, la posibilidad de que el DNU cosechara el rechazo del Senado generaba un cortocircuito total con el plan del Ejecutivo.
Pese a que hoy negaron todo, en Balcarce 50 ayer trascendió que la decisión de Villarruel de incluir el DNU en el temario fue “inconsulta”. Dieron a entender que ella maneja una “agenda propia” y que sí tenía posibilidades de no tratar el tema, casi como una teoría conspirativa. José Luis Espert directamente puso en duda que ella quiera “desestabilizar al Gobierno”. Hasta hace pocos meses, el diputado estaba en la vereda de enfrente de LLA, pero ahora Milei está embelesado con él.
La vicepresidenta venía transmitiendo internamente que ella aguantó dos meses sin tratar el DNU pero que “ya no tenía espaldas” por la presión de los bloques aliados. “No es cierto que ella conspira, ella defiende a ultranza el DNU. Pero no puede mantener el Senado cerrado”, venían diciendo cerca de la vice. Ahora Villarruel tiene que intentar que el DNU no se vote, o que la oposición no junte los votos para bajarle el pulgar al decreto.
La historia de cortocircuitos
Según pudo reconstruir LA NACION, desde hace varios días que Villarruel viene advirtiéndole a Milei que la situación con el DNU es insostenible. “Ella avisó siempre”, aseguran de la vice. La semana pasada, por caso, el senador libertario Juan Carlos Pagotto, titular de la comisión bicameral que trata los DNU, pidió que los funcionarios del Poder Ejecutivo fueran al Senado, pero no tuvo eco.
Ya en una de las primeras reuniones de gabinete Villarruel expresó que ella consideraba que no era el mejor camino imponer por DNU la modificación de más de 300 leyes vigentes. Fue una diferencia de criterio por las formas. Milei la escuchó, pero finalmente utilizó el instrumento para avanzar rápidamente con las desregulaciones que tenía en carpeta.
Las tensiones entre Milei y Villarruel vienen desde la campaña y se hicieron más evidentes desde el 10 de diciembre, pese a que los libertarios siempre hicieron esfuerzos por solaparlas. La primera semana de gestión, ella había recorrido los pasillos de la Casa Rosada con la intención de tener una oficina cerca del Presidente. Pero nunca pudo desembarcar. Karina Milei, que siempre sospechó de su ambición de poder, la mantuvo al margen del primer anillo presidencial. Y Villarruel nunca se integró a la mesa chica del Presidente.
Pese a que en campaña ella asomaba como “la dama de hierro” del espacio libertario, después del 10 de diciembre Villarruel construyó un estilo de liderazgo propio en el Senado, mucho más proclive al diálogo. La vice entiende que, por la situación de debilidad que tiene en la Cámara baja, no tiene más camino que “hacer política” y apelar a la rosca a la vieja usanza. Algunos dicen que en las reuniones de gabinete la vicepresidenta parece una “paloma” al lado de otros ministros.
Pero las tensiones por los gestos de autonomía de Villarruel vienen de mucho antes. Ella y Milei se conocieron por Twitter, cuando ella militaba contra el aborto legal y contra la cuarentena de la pandemia. El consultor Mario Russo -que trabajó con el frente libertario al principio y luego se distanció- dijo alguna vez sobre la dupla en una entrevista a El Extremo Sur: “Necesitábamos a la novia de Recoleta del motoquero sureño”.
La idea original fue que Villarruel atrajera un electorado distinto al de Milei, siempre buceando en el ala derecha del espectro: la familia militar y un electorado de un rango etario más alto, con el líder de LLA concentrado en los jóvenes. Ella es hija de un miembro del Ejército y antes de meterse en política trabajó en agrupaciones que se autodenominan de “memoria completa” y que buscan reivindicar a las Fuerzas Armadas y a las víctimas de Montoneros y ERP.
En la campaña, Villarruel fue construyendo una marca propia. Ya enero de 2023 las tensiones internas con una parte de LLA se hicieron evidentes en una recorrida proselitista en Mar del Plata cuando Villarruel tuvo un altercado con gritos en plena calle con la hoy diputada Juliana Santillán, del riñón de los hermanos Milei. Ese día la caminata se interrumpió antes de lo previsto. Para cuando terminó la temporada proselitista, Villarruel utilizaba la “V” y su propia estética en sus actos partidarios, sin el logo amarillo y negro de los libertarios.
Pese a que caminó toda la campaña electoral convencida de que tendría injerencia en Seguridad y Defensa -trabajó con su fundación “Oíd Mortales” creando equipos y planes para esas áreas- finalmente Milei le ofrendó esos casilleros a sus aliados políticos, Patricia Bullrich y Luis Petri, respectivamente. Cerca del Presidente en ese momento decían que ella debía entender que su lugar era en el Senado.
Así, cuando Milei ganó, ella demostró que no sería solo una empleada del Presidente. Aunque siempre defendió el contenido de las reformas del Gobierno, se propuso construir una mayoría con los bloques amigables para evitar que el kirchnerismo controlara el Senado.
Lo logró cuando reunió una mayoría de 39 senadores no kirchneristas para derrotar a Unión por la Patria e imponer al senador de LLA Bartolomé Abdala (San Luis) como presidente provisional del Senado. En el momento de mayor enfrentamiento del Presidente con los gobernadores, ella viajó a las provincias.
Con la polémica por los aumentos en las dietas de los legisladores nacionales, Villarruel también exhibió autonomía. Al principio, se resistió a dar marcha atrás sin consensuarlo antes con los senadores. Finalmente, “por expreso pedido del Presidente”, terminó firmando una decisión conjunta con su par de Diputados, Martín Menem para revertir los incrementos.
Pero ningún episodio de tensión escaló tanto como el del DNU. Quienes trataron a Villarruel en las últimas horas deslizaron que a ella no le gustó que la Casa Rosada “hiciera todo tan evidente”. Además del comunicado, a Villarruel le cayó una oleada de odio en las redes de parte de cuentas libertarias. Cerca de la vice replican: “Para ella, las formas son muy importantes”.
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