Malvinas: los isleños confían en Londres, pero sienten la sombra argentina
Las declaraciones de Milei sobre las conversaciones con Gran Bretaña vinculadas a la defensa impactaron en un día en que se renovó el gobierno local de las islas
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Las declaraciones del presidente Javier Milei sobre el bloqueo británico a los intentos de compras de armamentos por parte de la Argentina compiten el mismo día con otras dos noticias importantes sobre las Islas Malvinas. Este jueves 11 de diciembre los isleños renovaron mediante elecciones su gobierno local y al mismo tiempo se anunciaron dos importantes inversiones para explotar gas y petróleo en el archipiélago.
El anuncio del acuerdo entre las empresas Rockhopper Exploration, con sede en Gran Bretaña y fuertes intereses en Malvinas (el nombre proviene de un pingüino típico de la zona) y la israelí Navitas Petroleum, despeja el camino para el comienzo de la explotación en la cuenca de la isla Sea Lion, 220 kilómetros al norte de las costas de las islas. Esto ocurriría en 2028, si se cumplen los plazos. No se conoce hasta ahora que el gobierno argentino, que tiene una relación privilegiada con Israel, haya hecho saber al gobierno de ese país su malestar por la actividad de Navitas en Malvinas.
El anuncio del acuerdo fue hecho por el gobierno isleño a Mercopress, una agencia informativa uruguaya que difunde noticias de interés para las islas y Gran Bretaña. No es la primera vez que se anuncia un plazo que no se cumple. Nadie puede garantizar que esto sea así esta vez.

Por otra parte, en breve se conocerá el resultado de las elecciones para renovar las ocho bancas de la Asamblea Legislativa del gobierno local isleño. Las resoluciones de ese órgano son respaldadas por el gobernador, un embajador de carrera enviado por la Corona.
Como no existe representación de los partidos políticos, los candidatos se presentan a título personal. Hasta 2013, quienes decidían postularse declaraban que su primer objetivo sería impedir que Argentina pudiera recuperar la soberanía sobre las islas. Luego del referéndum de ese año, en el que 99,8 por ciento de los isleños manifestó que deseaba seguir siendo británico, esa declaración ya no es necesaria. Nadie que difiera con esa posición mayoritaria tendría la mínima chance de ser elegido.
Preocupación por las cuentas
La cuestión económica ha sido materia de debate de campaña. En el último año bajaron muy levemente los ingresos pesqueros debido, en parte, a que se debió acortar la temporada de captura por el pequeño tamaño de las piezas.
El aporte de la pesca al Producto Interno Bruto en este último año fue de 58,5 por ciento, inferior al 59,2 por ciento de 2020 y 60,1 por ciento de 2019. Si bien estos índices no parecen muy significativos, son un motivo de preocupación para los isleños, ya que la pesca es su principal fuente de ingresos. Además, en los últimos años se encararon obras de infraestructura que, para una comunidad tan pequeña, implicaron un gasto considerable. Por ejemplo, la flamante residencia geriátrica de las islas, Tussac House, que costó en libras el equivalente a 28 millones de dólares y tiene un costo de mantenimiento para el erario público de más de cinco millones de dólares anuales. Es una residencia pública de alto estándar en la que los pacientes pagan un monto subsidiado por el alojamiento. El proyecto obtuvo un premio internacional de arquitectura por su diseño.
El problema habitacional fue tema principal de campaña. Comprar o construir una vivienda a precios razonables se ha vuelto muy difícil. Esto está vinculado con la inmigración, ya que si bien las islas necesitan gente que trabaje en el sector de los servicios y se quede a vivir, el alojamiento no alcanza.
Mientras, lo que dice el presidente argentino se toma con pinzas.
“¿Las declaraciones de Milei? Diría que el Presidente argentino es un hombre muy optimista, lo cual es una cualidad para cualquier dirigente”, dice Lisa Watson, editora del Penguin News, el único medio impreso de las islas. Según Watson, la cuestión de una agresión militar argentina no es algo en lo que los isleños pierdan tiempo preocupándose: “Solo vivimos nuestras vidas como gente normal”.
Sin embargo, el hecho que nuestro país no deje de reclamar la soberanía sobre las Malvinas es un tema recurrente en las redes sociales y los medios. Leona Roberts, miembro de la Asamblea Legislativa y candidata a la reelección, dijo a Sky News: “Argentina es siempre una sombra sobre nuestros hombros”. Ese sentimiento se advierte cuando vamos a las islas y hablamos con la gente común. Argentina siempre está en los comentarios como algo indeseable. Se insiste en que las islas no se llaman Malvinas sino Falklands, que mucha gente no se recuperó del trauma de la guerra.
Un ejemplo del malestar: en los vuelos de Latam a las islas que por un tiempo harán escala en Ushuaia por las refacciones en la pista de Río Gallegos, a pedido del gobierno isleño a la empresa aérea, no se menciona el nombre del aeropuerto de la capital fueguina (Malvinas Argentinas).
La confianza en que Gran Bretaña no traicionará el deseo de los isleños de seguir siendo británicos y “la sombra” del reclamo argentino son dos realidades que conviven en su día a día.
A favor de unos, el hecho de que el primer ministro Keir Starmer, laborista, esté pasando un mal momento político les asegura que no hará ningún movimiento que pueda perjudicarlo, como moderar las restricciones a la venta de armas a Argentina.
Para los que más se preocupan, la compra de los aviones F-16 a Dinamarca fue un motivo de alarma.
La negociación de esos aviones de fabricación estadounidense había comenzado hace años y fue aprobada por el gobierno de Joe Biden en octubre de 2023. Argentina había considerado antes la compra a China de JF-17 fabricados en Pakistán. Para aprobar la venta, Estados Unidos tuvo en cuenta que los aviones no tuvieran componentes británicos.
El potencial peligro para las islas de esta compra fue desechada tanto desde Buenos Aires como de Londres. Para los isleños, las palabras no son suficientes.








