Murió Miguel Ángel Espeche Gil, un jurista y diplomático de alto nivel que creó una doctrina
Reconocido en foros internacionales por su postura sobre la deuda externa, fue el creador de la llamada “Doctrina Espeche”
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A los 93 años falleció en Buenos Aires Miguel Ángel Espeche Gil, jurista destacado que sirvió al país como un diplomático de alto nivel y obtuvo prestigio internacional por su postura sobre la deuda externa, que fue llamada “Doctrina Espeche”. Cuestionó en ella cómo a partir de la suba de la tasa de interés por la Reserva Federal de los Estados Unidos en 1980 los acreedores incrementaron fuertemente los intereses de las deudas de distintos países en desarrollo.
Su tesis sobre la ilicitud del alza unilateral de los intereses de la deuda externa llamó la atención en los medios académicos y originó cinco nominaciones y dos candidaturas al Premio Nobel de la Paz, en 2002 y 2018.Había presentado esa ponencia en 1989 en el Instituto Hispano Luso Americano de Derecho Internacional.
Su versación en el derecho internacional público, su rectitud profesional y exquisito trato personal, su honesta conducta cívica, le valieron el aprecio y reconocimiento general, y no pocas distinciones y condecoraciones de otros países. A lo largo de su carrera diplomática estuvo al frente de las embajadas de nuestro país en Hungría, Bulgaria, Tailandia, Suiza y Liechtenstein.
De tronco radical, Espeche Gil fue presidente del Instituto Nacional Yrigoyeniano y vicepresidente del Instituto Marcelo T. de Alvear. De acendrada convicción católica, presidió la Sociedad Chestertoniana Argentina, que desde nuestro país promovió que se iniciara el proceso de beatificación del insigne escritor inglés, aunque la autoridad eclesiástica correspondiente lo pospuso hasta un mayor estudio.
Vástago de una antigua familia argentina, descendía de uno de los fundadores de San Fernando del Valle de Catamarca. Nació en La Plata, en la casa de su abuelo, el capitán expedicionario al desierto Vicente Espeche Monzón.
Cursó el primario en el colegio Monseñor Rasore y en el Colegio Nacional de La Plata hizo el secundario hasta cuarto año. Se recibió de bachiller en Ciencias y Letras, con medalla de honor, en el Colegio Santo Inacio de Río de Janeiro, donde su padre se desempeñaba como consejero de la embajada argentina.
Vuelto al país, estudió en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó de abogado en 1955. En 1958 ingresó por concurso como agregado y vicecónsul en el Servicio Exterior de la Nación, siendo destacado al año siguiente a la embajada argentina en Río de Janeiro, donde obtuvo en 1965 el doctorado en Derecho con nota summa cum laude en la Pontificia Universidad Católica de esa ciudad. Sumó luego doctorados en Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA), en 1972, y en la Universidad de la República, de Montevideo, en 1975, donde además se doctoró en 1976 en Diplomacia y Relaciones Internacionales.
Con las lógicas interrupciones por su carrera diplomática, entre 1965 y 2015 fue un relevanteprofesor de Derecho Internacional Público en la UBA y la Universidad del Salvador. Entre 1997 y 2000 dirigió la carrera de Relaciones Internacionales en la subsede Buenos Aires de la Universidad Católica de Salta. A partir de 2006 fue coordinador en la Facultad de Derecho de la UBA de la Cátedra Libre de Deuda Pública Externa. Solía decir que la diplomacia era su profesión y que el Derecho era su hobby preferido.
En la esfera diplomática tuvo una rica trayectoria en funciones de gran responsabilidad, que sería muy largo detallar. Entre otras misiones, en la Cancillería fue director de los departamentos de América del Norte y de Europa Oriental. Entre 1965 y 1967, el Consejo de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo designó integrante del Comité Jurídico Interamericano en Río de Janeiro. Volvió a ocupar esa posición, casi 30 años después, entre 1992 y 1996, esta vez propuesto por la asamblea general de la OEA.
Se retiró del servicio exterior en 2002. Fue un ciudadano responsable, atento a los asuntos públicos, movido por un hondo patriotismo. Integró el Instituto Moreniano, presidió la Fundación San Martín del Instituto Nacional Sanmartiniano y brindó su aporte y consejo a múltiples iniciativas.
Luego de la crisis de 2001 se acercó a Elisa Carrió, quien lo designó coordinador de los equipos internacionales de su agrupación. Presidió el Tribunal de Ética de la Coalición Cívica ARI y fue precandidato a senador en 2007 y candidato a diputado en más de una oportunidad.
En 2007 fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 2011, de La Plata, su ciudad natal. Fue asesor del Consejo Consultivo del Parlamento Latinoamericano para los aspectos jurídicos de la deuda externa.
Era un hombre de singular bonhomía, hospitalario, dispuesto a escuchar y a compartir su experiencia en amable conversación. Recordaba que su abuela materna iba a misa en La Plata todos los días, levantándose a las 5.30 de la mañana, y él perseveró toda la vida en profesar con coherencia la fe católica.
Casado con María Elena Maschwitz Caprile, fallecida en 2012, tuvo seis hijos, catorce nietos y ocho bisnietos. No hace tanto alquiló un micro para reunir a muchos de esos descendientes y llevarlos a que conocieran en La Plata los lugares de su infancia familiar. Estaba casado en segundas nupcias con Raquel Sienra de la Bandera, uruguaya, que le sobrevive.
Había nacido en La Plata el 16 de marzo de 1932. El sepelio se efectuó en el cementerio británico en Pablo Nogués, donde ante su féretro, envuelto en la bandera argentina, un sacerdote rezó un responso y varios de sus descendientes lo despidieron en breves palabras con un gran cariño.





