Pichetto y Carrió, los "líberos" del esquema oficialista
Estarán, cada uno con su particular estilo, allí donde Mauricio Macri no llegue, unidos por la vocación común de "ayudar" al Presidente en su hora más difícil y enrolados en la difícil batalla por la continuidad de Cambiemos en el poder.
Miguel Ángel Pichetto y Elisa Carrió, de ellos se trata, son los dos "optimistas" del oficialismo que tendrán, en el sprint final de la campaña, las manos libres para llevar adelante su propia agenda. El objetivo, consensuado con la Casa Rosada y el comando electoral encabezado por Marcos Peña, es sumar voluntades, siempre con la convicción -que ninguno de los dos percibe en muchos otros integrantes del oficialismo- de que es posible torcer una historia que parece sentenciada desde las PASO en favor del Frente de Todos.
"Miguel va a tener una agenda paralela, irá a las ciudades a las que Macri no llegue y así abarcará el doble del territorio", coincidieron un dirigente cercano a Peña y voceros del senador rionegrino y candidato a vicepresidente, que la semana pasada abandonó de manera formal el bloque peronista en la Cámara alta.
La Patagonia, en la que desarrolló su carrera política, y varios de los distritos bonaerenses más calientes y con tradición peronista serán parte de la rutina de Pichetto en las semanas que quedan hasta las generales de octubre. Complementará la agenda del Presidente, que se concentrará a partir del sábado en 30 capitales y grandes ciudades de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Misiones y Tucumán y en localidades de la provincia de Buenos Aires, como Vicente López, La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca y Tandil, por dar algunos destinos ya confirmados en el comando de campaña nacional.
La semana pasada, luego de llegar a la localidad puntana de La Punta junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, Pichetto fue la estrella destacada de dos actos con vecinos, uno en San Miguel, otro en Moreno, en ambos acompañado por dirigentes de origen peronista, como Alberto Asseff, candidato a diputado nacional bonaerense.
Si los esfuerzos de Pichetto se concentran en el votante peronista clásico, Carrió lleva su discurso institucional al norte del país, con su reciente libro Vida como carta de presentación. Ya pasó por Corrientes, Posadas, Resistencia, el interior chaqueño y Tucumán -coincidió con el Presidente-, y Salta, donde la acompañaron los "lilitos" Maxi Ferraro (candidato a diputado por la Capital), Paula Olivetto y Marcela Campagnoli, y dirigentes macristas como Carmen Polledo. "Dios nos dio una advertencia, para que no seamos soberbios, para que caminemos, para que no nos olvidemos de la gente, para que nadie piense en sus bolsillos", se enfervorizó la diputada, mientras el público coreaba el "sí, se puede".
El lunes, Carrió llego a Catamarca para apoyar a su candidato a diputado Rubén Manzi, y en los próximos días también llegará a Córdoba. "La agenda la acordaron Marcos y Maxi Ferraro, y está cumpliendo con todo lo que se pactó", comentaban, entusiasmados, en el comité de campaña nacional, dónde marcan una diferencia entre la campaña previa a las PASO y esta, en la que la fundadora de la CC-ARI "tiene una agenda muy intensa y muy en sintonía".
El martes 18 de junio, Carrió y Pichetto tomaron su primer café juntos, en un contexto electoral muy diferente. "Estamos en las antípodas, pero nos respetamos", dejó trascender la diputada. Tres meses después, con el resultado adverso asimilado, ambos decidieron atar sus destinos al del Presidente.
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