Rodolfo Aguiar, el líder sindical de ATE que desafía a Milei y que ya sabe lo que es estar detenido por protestar
Es de Río Negro y asumió la conducción del gremio estatal en noviembre; estuvo preso por encabezar reclamos contra Macri y Weretilneck; pide que los sindicalistas hagan público su patrimonio y que limiten sus mandatos
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Rodolfo Aguiar tiene casi 53 años y era un sindicalista poco conocido hasta noviembre del año pasado, cuando reemplazó a Hugo Godoy al frente de la conducción nacional de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), uno de los dos sindicatos más poderosos del sector público, con representación en todas las provincias y 342.000 afiliados. Aguiar es hoy uno de los rostros más combativos contra la gestión de Javier Milei, al que amenaza con llevar a la Justicia por “los miles de despidos arbitrarios”.
Contratado a sueldo desde hace 22 años en la Unidad de Atención Integral del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) de General Roca, Aguiar construyó su carrera sindical en Río Negro, siempre en la administración pública. A los tres años de haber ingresado al PAMI se convirtió en delegado gremial de ATE. Escaló hasta la Secretaría General de la seccional provincial, en la que estuvo durante dos mandatos. Se interesó por subir el perfil cuando aceptó secundar a “Cachorro” Godoy en la conducción nacional y ser su adjunto. El 7 de noviembre lo reemplazó al frente de ATE en una elección en la que venció sin inconvenientes a Carlos Quintriqueo, referente estatal en Neuquén, y a Alejandro Lipcovich, dirigente del Hospital Garrahan. Mantuvo así la hegemonía de la Lista Verde.
Aguiar es militante de Unidad Popular, la fuerza política del economista Claudio Lozano, que integró el Frente de Todos y se alió al kirchnerismo. Pesaron sobre él 55 causas judiciales, pero en ninguna de ellas se le pudo imputar la comisión de delito, según averiguó LA NACION. Una de esas causas fue por encabezar una protesta contra Mauricio Macri, en Viedma, cuando Cambiemos gobernaba el país. Además, Aguiar es un impulsor de los reclamos en la Patagonia por la compra de tierras por parte del empresario inglés Joe Lewis, un antecedente que según él, contribuye a la “extranjerización” de los territorios en el sur.
También tuvo sus choques con el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck, quien ordenó detenerlo después de haber encabezado una protesta para oponerse a un proyecto oficial sobre endeudamiento. “Me declaro preso político de la alianza del gobierno nacional de Macri y del provincial de Weretilneck”, desafió al entregarse a la Justicia en General Roca. Estuvo detenido 10 días por coacción agravada. En 2019 fue sobreseído. Los caminos con Weretilneck se volvieron a cruzar recientemente. Aguiar asistió a la inauguración del año legislativo y apoyó a Weretilneck en su pelea con la Casa Rosada por la coparticipación y otros fondos.
Aguiar es considerado un duro, pero también un reformista en lo relativo al tablero sindical. Impulsó en ATE una reforma estatutaria que estableció a partir de 2022 la paridad de género en los cargos y limitó las reelecciones a dos mandatos. En Río Negro rompió el molde cuando entregó de manera voluntaria su declaración jurada de bienes mientras estuvo al frente de la seccional de ATE. Pidió que la publicación de estos datos sea obligatoria para el resto de sus pares sindicales. No tuvo eco.
Por el momento, ATE, que es uno de los gremios fuertes de la CTA, avanza en soledad en su estrategia de confrontación con la gestión de Milei. La UPCN, el gremio mayoritario de la administración pública nacional y que integra la CGT, monitorea por ahora las bajas y descartó avanzar en un paro sectorial. Es más, aceptó los dos últimos aumentos salariales a pesar de que el porcentaje de suba [8%] fue menos a la inflación relevada por el Indec. De todos modos, ambos sindicatos coincidieron en la letra chica de la última acta paritaria, en la que exigieron la reincorporación de los despedidos. El jefe de UPCN es Andrés Rodríguez, el número tres de la CGT y miembro del sector que se autodenomina “independiente”. Aguiar evita por ahora criticar la pasividad de UPCN y apuesta a una alianza pragmática. “Tarde o temprano, vamos a estar juntos en esta pelea”, les dijo a sus aliados de la CTA, quienes esperan una señal de la CGT para avanzar con la segunda huelga general contra Milei.
Orígenes
Nació el 2 de mayo de 1971 en Ingeniero Huergo, un municipio del departamento rionegrino de General Roca. Su padre (de familia peronista) murió en un accidente de auto cuando él tenía 3 años, mientras que su mamá (de familia radical) fue docente y militante de la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (UNTER).
Aguiar terminó el secundario con uno de los mejores promedios y asumió un cargo como preceptor en el Colegio CEM N° 9 de Roca. Aunque no se recibió, después estudió Derecho en la Universidad Nacional del Comahue. En su entorno, dijeron a LA NACION que le restan entre 10 y 15 materias para recibirse.
Trabajó para Coca-Cola y en 2002 comenzó a trabajar en el Estado, en la sede roquense del PAMI. Allí estuvo como delegado durante 6 años, mientras que fue dos veces secretario general de ATE Río Negro y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma de Río Negro.
Además, se posicionó en los últimos años como referente provincial del partido político Instrumento Electoral por la Unidad Popular (UP). “En lugar de estar tocando el bombo afuera de la Legislatura tenemos que estar adentro con una banca, discutiendo y aportando proyectos. El sindicato tiene un límite. Cortar la calle puede ser superado por tener un representante adentro. Unión Popular no es un partido de los trabajadores del Estado, es un partido político que convoca a todos”, marcó su postura.
Está casado con Graciela, profesora de Letras. Su hijo Romeo es actualmente Secretario Gremial del Consejo Directivo Provincial de ATE Río Negro.
Con la colaboración de Paz García Pastormerlo (Corresponsal en Río Negro)
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