Semana clave para la Corte: el Gobierno espera una definición del Senado y advierte que va a insistir con García-Mansilla lo que sea necesario
En la Casa Rosada aseguran que “todas las opciones están abiertas”, incluida una negociación con el kirchnerismo
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LA NACIONJaime Rosemberg
En el inicio de una semana clave que podría definir la composición final de la Corte Suprema, el gobierno de Javier Milei decidió abrir un compás de espera, hasta ver con claridad la postura que tomará el Senado en relación a la designación en comisión de Manuel García-Mansilla, que ya juró como integrante del máximo tribunal, y de Ariel Lijo, el resistido juez federal a quien la propia Corte (con el voto de García-Mansilla) le rechazó la semana pasada su pedido de licencia en su puesto actual.
“Todas las opciones están abiertas, no sabemos qué es exactamente lo que quiere el Senado. Cuando se decidan, avanzaremos”, afirmó a LA NACION una alta fuente del gabinete nacional. La amenaza de rechazar el pliego de García-Mansilla, que a diferencia de Lijo aún no tiene dictamen de comisión en la Cámara alta, recoge distintas opiniones en lo más alto del poder. “Vamos a presentar [su pliego] una y otra vez, hasta que lo aprueben”, afirmó en la Casa Rosada una fuente cercana al asesor presidencial todoterreno Santiago Caputo, que está convencido de ir a fondo con la decisión presidencial de impulsar a los dos propuestos para integrar la Corte. Nadie habla, por el momento, de retirar los pliegos de alguno de ellos, y la orden que recibieron los referentes libertarios en la Cámara alta es la de avanzar con los pliegos y evitar que la oposición consiga número suficiente para voltearlos.
“¿Qué quiere el Senado? No lo sabemos. Ni ellos están de acuerdo”, reflexionaba una de las principales espadas del Gobierno, en referencia a los proyectos de rechazo de los pliegos del kirchnerismo y la UCR, en ambos casos sin el apoyo total de sus respectivos bloques. Como publicó LA NACION, la designación por decreto de García-Mansilla y Lijo en la Corte por parte del Ejecutivo divide aguas al interior del radicalismo, que juega un rol clave para el futuro de los elegidos por el Gobierno.
Más prudentes, otras voces cercanas a Milei opinan que, de producirse un rechazo a la designación de García-Mansilla esta semana, el flamante juez “se tendrá que ir”, para evitar así un conflicto de poderes entre el Poder Ejecutivo, la Corte Suprema y el Senado. En todo caso, es esta una decisión que se tomará en lo más alto del poder, y la última palabra -coinciden distintas fuentes- la tendrá el Presidente.
En una jornada signada por la discusión sobre el envío de fondos a Bahía Blanca para paliar los efectos del terrible temporal que azotó a esa ciudad bonaerense, los ánimos en el Gobierno eran de un nerviosismo apenas disimulado. Además de la incertidumbre por el futuro de los jueces, también abundaban reproches a la prensa por el tratamiento del conflicto suscitado con el gobernador bonaerense Axel Kicillof en torno a la ayuda a Bahía Blanca, todo en el contexto de una jornada agitada en los mercados, con bajas pronunciadas de las acciones argentinas en el mercado norteamericano.
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