Tras las semanas más turbulentas, hay incertidumbre en el Gobierno por los resultados de las medidas

El equipo económico del Gobierno no quiere sentenciar aún cuáles fueron los efectos del endurecimiento del cepo en la demanda del dólar ahorro. Tampoco se anima a aventurar qué efectividad tendrán las medidas que se anunciaron esta semana para incentivar la liquidación de la soja y sus derivados. Para el gabinete de Alberto Fernández todo está en un limbo, hasta verificar en los próximos días cómo reaccionan los productores y agroexportadores y qué sucede con las reservas del BCRA, que siguen goteando todos los días.

Las expectativas inflacionarias que generó la brecha cambiaria junto a la alarmante caída de reservas llevaron al Gobierno a poner un torniquete sobre la demanda de dólares para, solo dos semanas después, intentar una salida por el lado de la oferta privada de divisas, con estímulos para el sector exportador.

"Es temprano para saber el efecto del endurecimiento del cepo. Siempre tuvimos mucha demanda para atesoramiento durante los primeros días del mes y hasta ahora solo llevamos dos días hábiles de octubre. Hay que esperar unos días más", dijo a LA NACION un importante integrante del equipo económico.

Desde el anuncio del cepo híper restrictivo, las reservas internacionales brutas cayeron de U$42.521 millones a U$41.379 millones el 30 de septiembre. Tal como publicó este medio, el Banco Central no perdía tantas reservas propias en el lapso de un mes desde octubre del año pasado. "Se hubiera caído mucho más si no hubiera sido por el cepo", aseguró otro funcionario al tanto de la política monetaria.

Diferencias

En el medio de esta trama quedaron al descubierto las diferentes miradas que conviven al interior del equipo económico, que se reúne en pleno todos los miércoles en cónclaves cada vez más extensos.

El ministro de Economía, Martín Guzmán , sigue pensando que el cepo es una media "para aguantar" como le dijo a LA NACION 48 horas antes de que se anunciaran las restricciones cambiarias. Un mes antes, una mañana de sábado, Alberto Fernández y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, habían manifestado que el Gobierno estudiaba limitar el dólar ahorro y el titular del Palacio de Hacienda salió a negarlo.

Finalmente, el Gobierno perdió la pulseada ante la persistente pérdida de reservas y el titular del BCRA, Miguel Pesce, convenció al Presidente de cerrar el grifo de dólares para los ahorristas. En el Gobierno aseguran que no hubo un conflicto interno. Pero Guzmán, cada vez que debe defender el cepo, lo hace de forma crítica. El último jueves dijo que es una medida "de transición" y reconoció que "generó ruido con expectativas volátiles".

Guzmán advirtió públicamente los efectos adversos que el cepo genera en la Argentina con la misma parsimonia que discute con el gabinete económico puertas adentro. "Es muy refrescante que esté Martin, porque todos los demás venimos muy contaminados de idiosincrasia argentina. Guzmán siempre apunta a marcarnos el rumbo con una visión más desapasionada", describió a LA NACION un funcionario que lo trata a diario y que reconoció que suele haber intercambios intensos dentro del gabinete económico de Fernández.

Doctorado en una de las universidades de élite en Estados Unidos y discípulo de Joseph Stiglitz, Guzmán tiene una formación distinta a otros integrantes del equipo como Todesca; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y la antigua jefa de ambos, la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont. Los últimos tres, formados en el desarrollismo, trabajaron juntos en el Banco Central durante el último mandato de Cristina Kirchner.

Anuncios para exportadores

Luego de seguir el pulso que marcó el BCRA, los anuncios de esta semana estuvieron motorizados por Guzmán y Kulfas. El sábado pasado, frente a la crisis de incertidumbre, todoel equipo económico se reunió con Fernández en Olivos y punteó una a una las medidas que estaban sobre la mesa.

Antes de los anuncios, para intentar allanar el terreno con los empresarios, los ministros de Economía y Desarrollo Productivo convocaron a sus despachos a integrantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), una nueva entidad integrada por más de 40 entidades de la agroindustria (sin la Sociedad Rural Argentina), que se sacó una foto con Cristina Kirchner.

Guzmán anunció una baja temporal de las retenciones, del 33 al 30% para el grano de soja y al 28% para la industria de subproductos, además de otros incentivos financieros, con bonos atados al dólar. La Mesa de Enlace criticó duramente los anuncios, para también para el CAA las medidas anunciadas por Guzmán tuvieron gusto a poco. Su portavoz, José Martins, (presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires), dijo que las medidas son "una aspirina en un paciente con fiebre" y el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera, Gustavo Idígoras, dijo en las últimas horas a LN + que "la baja de retenciones es insuficiente". El CAA plantea llevar las retenciones al 25% en la próxima campaña, para llegar a cero en diez años.

El Gobierno aspira a conservar el diálogo con el CAA, que se reunió con el Presidente, la vicepresidenta y con Sergio Massa, pero también con legisladores de Juntos por el Cambio.

Por eso, junto con los anuncios, el Gobierno convocó para el 14 de agosto a una reunión al CAA para trabajar en el proyecto de ley que impulsa esa entidad para incentivar la exportación de alimentos con valor agregado. Era lo que que esos empresarios querían escuchar, porque esperan soluciones de fondo. Recién entonces se sabrá si se alcanza un punto de encuentro.