El Nido. Así es el desarrollo que está redefiniendo Punta del Este desde sus raíces
Con una visión de largo plazo, legado familiar y un enfoque en el bienestar, el emprendimiento inmobiliario es una comunidad nacida de una historia auténtica.
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El mercado inmobiliario de Uruguay vive un momento de expansión sofisticada. Cada vez son más los desarrollos que combinan diseño, naturaleza y amenities de alto nivel. Pero en la franja más codiciada de Punta del Este, entre Manantiales y José Ignacio, hay un proyecto que no solo acompaña esa tendencia, sino que propone una nueva categoría.
El Nido, de él se trata, es un barrio privado concebido como un refugio natural y fue presentado en sociedad en un evento exclusivo en el restaurante Enero de la Costanera. En un ambiente distendido y elegante, la gerente de Ventas de El Nido, María Dotti, fue la encargada de darle la bienvenida a los asistentes. “Este lugar espectacular será nuestra casa por un par de horas, para hablarles de un lugar realmente mágico: El Nido. Queremos que se lleven no solo información, sino una sensación. Porque El Nido no es solo tierra: es alma, es futuro y es comunidad”, dijo.

El primer gran diferencial de El Nido es que se trata de un proyecto con una raíz profunda. Maximiliano Schabsis, socio del proyecto y miembro de Donato Group, contó la historia de su tierra. “El Nido está ubicado en un lugar único: entre Manantiales y José Ignacio, probablemente la zona más exclusiva de Punta del Este. Este terreno forma parte de la historia de mi familia. Mi padre lo compró en 1975. Siempre fue un visionario, y decía que los proyectos sin alma no prosperan. Por eso guardó esta tierra como una reliquia, esperando que llegara el momento y el proyecto adecuado.” Y ese momento, agregó, es hoy. “Durante años pensamos qué hacer con este lugar. No queríamos hacer un barrio más, ni repetir fórmulas. Queríamos algo que realmente aportara valor. Así nació El Nido: una propuesta que conjuga el bosque y el mar, el diseño y la naturaleza, lo privado y lo comunitario. Es un refugio cuidadosamente diseñado para ofrecer lo mejor de la naturaleza, la privacidad y la exclusividad”, contó.
Dentro de un predio de 250 hectáreas de bosque nativo con pendientes suaves que permiten vistas al mar y a las sierras, el barrio ocupa, en su primera fase, 70 hectáreas. Y cada lote, de entre 1.000 y 1.100 m², fue concebido para mantener ese equilibrio. Hasta hoy, ya se ha vendido más del 55% de los 430 terrenos disponibles, a un valor promedio de USD 295.000.

La infraestructura de El Nido también fue pensada con el mismo criterio. Además de la primera piscina de olas de Uruguay, El Nido cuenta con la propuesta más amplia de amenities. “Contamos con canchas canchas de tenis, pádel, squash, fútbol, basket, bowl de skate, pump truck, canchas de beach tennis, beach volley, piscina climatizada interior, piscinas exteriores, gimnasio, spa, espacios de relajación, beach club, senderos y áreas verdes. Todo está orientado a una experiencia de vida sofisticada pero simple, conectada con la naturaleza”, explicó Federico Fischer, socio del proyecto, quien también hizo hincapié en el avance del proyecto: “Ya tenemos acuerdos firmados con empresas de primer nivel para cada etapa de obra. Y lo más importante: esto no es solo una propiedad, es una inversión sólida, ubicada en una de las zonas con mayor proyección de crecimiento de Sudamérica. Punta del Este tiene baja oferta de productos con este nivel de amenities, y El Nido está pensado para generar valor a largo plazo. No solo se va a alquilar solo en verano: es un producto con demanda todo el año”, aseguró.
Uno de los aspectos que más llamó la atención en el evento fue la piscina de olas WaveGarden, un amenity que combina tecnología y emoción. El cofundador de la firma vasca, Fernando Odriozola, ofreció una breve explicación técnica sobre cómo funciona el sistema generador de olas —con 52 palas metálicas que se mueven como un piano gigante—, pero rápidamente conectó con la visión del proyecto. “WaveGarden no se instala en cualquier lugar. Elegimos El Nido porque su filosofía encaja con la nuestra: naturaleza, comunidad, innovación. No es una pileta, es un estilo de vida”, afirmó.

Si algo quedó claro en la presentación es que El Nido fue concebido para personas que buscan no solo un lugar donde vivir, sino una forma distinta de habitar. Se trata de un espacio que combina lujo con autenticidad y que apuesta a una comunidad basada en el respeto por el entorno y el bienestar colectivo. El evento cerró con un brindis entre amigos, celebridades e inversores, donde la frase más repetida fue: “Esto tiene algo especial.” Y así parece ser: El Nido no es solo un desarrollo. Es una visión compartida. Un capítulo nuevo en la historia de Punta del Este.
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