Después de lanzar fuertes acusaciones contra Jamie Spears, la cantante viajó a Maui con su novio, Sam Asghari. Por el momento, la Justicia sigue sosteniendo que es su progenitor quien debe controlar su patrimonio

Son días de fuertes y dolorosas emociones para Britney Spears (39). Después de años de silencio, el pasado 23 de junio se presentó ante la justicia de Los Ángeles para declarar en contra de su padre, Jamie Spears, quien desde 2008 está a cargo de su tutela y de sus finanzas. Con el apoyo de fanáticos del mundo entero, quienes crearon el movimiento Free Britney (“Liberen a Britney”), la cantante se animó a abrir su corazón y habló por primera vez de distintos hechos desgarradores con los que convive desde que su padre administra su patrimonio –de unos 60 millones de dólares–, entre otros aspectos de su vida. “Durante todo este tiempo he dicho que estoy bien y feliz, pero estoy traumada. No puedo dormir y sólo quiero recuperar mi vida”, comenzó diciendo. Entre otras cosas relató que su padre no le permite ir al médico para quitarse un dispositivo intrauterino (DIU) porque él no quiere que tenga más hijos, como así también afirmó que, en contra de su voluntad, le administraron litio (se utiliza para tratar enfermedades psiquiátricas como el trastorno bipolar), que la hacía sentir “embriagada” y no le permitía mantener siquiera una conversación.

Días después del fuerte descargo que realizó de manera virtual, Britney fue fotografiada junto a novio, Sam Asghari (27), descansando en el hotel Montage Kapalua Bay, en la isla de Maui, en Hawái. Según trascendió, volaron a bordo de un jet privado y allí compartieron plácidos momentos en un entorno paradisíaco. El complejo de casi diez hectáreas donde se hospedaron está ubicado frente al mar, en la bahía de Kapalua, y cuenta con las exclusivas comodidades de un 5 estrellas. Una suite de dos habitaciones con vistas al jardín ronda los 4.200 dólares por noche.





VOCES DE APOYO
Tal como era de esperarse, cuando se hizo público el testimonio de Britney, el mundo entero se hizo eco de su pedido de ayuda, incluidos familiares, amigos y ex parejas. A través de su abogado, Lynne Spears –madre de la cantante– transmitió su seria “preocupación” ante la complicada situación que está viviendo su hija y desea que “se atiendan sus peticiones” de manera rotunda. Jamie, su padre, no tardó en contestar a las acusaciones a través de un comunicado remitido por sus abogados que descoló a muchos: “Lamenta ver sufrir a su hija con tanto dolor. El señor Spears quiere mucho a su hija”. A su vez, su ex marido y padre de sus dos hijos, Kevin Federline, sostuvo que la apuntala en su batalla para recuperar la autonomía de su vida. También Mariah Carey, Sarah Jessica Parker, Khloe Kardashian y Justin Timberlake –con quien Britney estuvo en pareja desde 1999 hasta el 2002– lanzaron con fuerza sus voces de apoyo. “Esperamos que los jueces y su familia hagan las cosas bien para que la dejen vivir como ella quiera. Después de lo que hemos visto, todos debemos apoyar a Britney”, sostuvo Justin.


¿PERDIÓ LA BATALLA?
Pese a las repercusiones que causaron las declaraciones de Britney, se supo que el tribunal decidió que sea padre, Jamie Spears, quien siga controlando su patrimonio. Sin embargo, esta sentencia se refiere a la presentación que ya había hecho la estrella pop en noviembre pasado [cuando exigió que un fondo llamado Bessemer Trust se convirtiera en su único responsable]. Ahora resta saber si el nuevo testimonio que dio la cantante la semana pasada, cambiará el rumbo de la causa o no.



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