El neurocientífico desafía la idea de que el aprendizaje tiene límites de edad o capacidad, destacando la plasticidad del cerebro que permite adquirir nuevos conocimientos en cualquier etapa de la vida
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“Si te han dicho que no puedes aprender algo, es mentira”, afirmó Mariano Sigman en el ciclo de charlas Aprendemos Juntos 2030, la plataforma de contenidos inspiradores del BBVA. Con esta afirmación, Sigman invita a cuestionar las ideas preconcebidas sobre nuestras capacidades de aprendizaje, desafiando la noción de que existe un límite para adquirir nuevos conocimientos con la edad. “El cerebro no es rígido. Es algo que se transforma, que tiene una capacidad inmensa de reinventarse”, explicó al resaltar la plasticidad cerebral que nos acompaña toda la vida.
Mariano Sigman es un neurocientífico argentino, experto en neurociencia cognitiva y autor de los libros “La vida secreta de la mente” y “La pizarra de Babel”. Ha publicado más de 150 investigaciones científicas sobre cómo funciona el cerebro y sus aplicaciones educativas. Además, ha liderado iniciativas como el programa “One Laptop per Child” y ha sido galardonado con diversos premios internacionales, lo cual lo convierte en una figura destacada en el campo de la neuroeducación.
El objetivo de Sigman fue desmitificar la idea de que nuestras habilidades son fijas y predefinidas. Para él, la cuestión no es si podemos aprender algo, sino cómo hacerlo de manera efectiva. “La forma en la que aprendemos tiene que ver con el poder de la conciencia, de revisar lo que hemos hecho”, comentó. A menudo, las limitaciones provienen de creencias erróneas que internalizamos desde jóvenes, como la falsa dicotomía entre “personas de letras” y “personas de números”.
Sigman explicó que el cerebro es como un músculo: cuanto más lo entrenamos, más fuerte se vuelve. Sin embargo, el aprendizaje no se trata solo de repetir una tarea. “El error tiene que ser la forma de construir el conocimiento”, subrayó. Aprender implica entender la estrategia correcta para que los errores se transformen en puntos de inflexión y no en obstáculos definitivos.
Un aspecto importante de la charla es el papel de las emociones en el aprendizaje. Según Sigman, la motivación y la curiosidad son esenciales. “El poder de la curiosidad es la mejor herramienta para el aprendizaje”, menciona. Contrario a la idea de que solo se aprende bajo presión, Sigman destaca que la curiosidad predispone al cerebro a captar información, convirtiendo el aprendizaje en una aventura personal.
También abordó la importancia del entorno y la comunidad en el aprendizaje. “La interacción humana es lo que más nos ayuda a crecer, a pensar, a aprender”, recalcó. Aprender de otros y junto a otros facilita la adquisición de conocimientos y estimula habilidades como la empatía y la cooperación. Sigman señala que el aprendizaje es un acto colectivo que amplía nuestros horizontes.
Para ilustrar esto, menciona cómo el aprendizaje infantil, caracterizado por el juego y la experimentación sin miedo al error, puede ser un ejemplo para los adultos. “Los niños están todo el tiempo aprendiendo cosas que los adultos creen imposibles”, dice. El enfoque despreocupado hacia el error es clave para que los adultos también puedan aprender sin el temor al fracaso.
La plasticidad cerebral es otro concepto fundamental en la charla de Sigman. La neurociencia ha demostrado que el cerebro adulto sigue siendo maleable, y aunque hay etapas en las que ciertas habilidades se adquieren con más facilidad, nunca perdemos la capacidad de aprender. “La plasticidad no termina nunca, ni siquiera cuando somos viejos”, afirma, desafiando la creencia de que nuestra capacidad de aprender disminuye drásticamente con la edad.
Para el neurocientífico, aprender no se limita a la acumulación de conocimientos teóricos, sino que implica adaptarse, cambiar de perspectiva y enfrentar la incertidumbre. “No se trata solo de aprender cosas, sino de aprender a cambiar el punto de vista”, expresa. En el ámbito laboral, esto implica no solo adquirir competencias técnicas, sino también tener la capacidad de desaprender hábitos obsoletos y adoptar nuevos enfoques para resolver problemas. Esta transformación constante es lo que nos mantiene conectados con el mundo que cambia a nuestro alrededor.
Sigman anima a romper con las etiquetas y desafiar nuestros propios límites. Nos recuerda que la habilidad de aprender es inherente al ser humano y que, con la actitud adecuada, podemos abrirnos a un mundo lleno de posibilidades. “El aprendizaje es la herramienta más poderosa para transformarnos a nosotros mismos”, concluye. Esta perspectiva se alinea con el objetivo de Aprendemos Juntos 2030: inspirar a las personas a ser protagonistas de su propio aprendizaje y evolución.
El neurocientífico deja una reflexión poderosa: aprender no es un acto reservado solo para los jóvenes. Es una capacidad que llevamos con nosotros durante toda la vida y una llave para comprendernos y vivir de manera más plena. “Si te han dicho que no puedes aprender algo, es mentira”, y es momento de que todos, sin importar nuestra edad, nos atrevamos a descubrir cuánto podemos aprender si nos lo proponemos.
A continuación podés disfrutar de la charla completa que compartió el neurocientífico en Aprendemos Juntos 2030, la plataforma del BBVA con contenidos útiles e inspiradores para mejorar la vida de millones de personas de todo el mundo que desde mayo se emiten en forma exclusiva por LA NACION.
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