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Surgió a mediados de la década del 70 en California, Estados Unidos, en un contexto de auge de nuevas corrientes psicológicas y de desarrollo personal. Fue creada por Richard Bandler y John Grinder, quienes estudiaron cómo se comunicaban y trabajaban algunos de los terapeutas más influyentes de la época, como Milton Erickson (hipnoterapia), Fritz Perls (Gestalt) y Virginia Satir (terapia familiar). Su idea fue identificar los “modelos de excelencia” en la comunicación y el cambio personal, convirtiéndolos en técnicas que pudieran enseñarse y aplicarse en distintos ámbitos.
El resultado es lo que hoy se conoce como Programación Neuro Lingüística (PNL), un enfoque interdisciplinario basado en la idea de que es posible cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento para lograr objetivos y mejorar la calidad de vida, a partir de la comunicación, el desarrollo personal y la psicoterapia. Tal como lo expresa su nombre, trabaja sobre los patrones de pensamiento y comportamiento adquiridos a lo largo de la vida, a la vez que indaga en la experiencia sensorial y neurológica que se procesa a través de los cinco sentidos y su articulación con el lenguaje.
“La PNL es una ‘tecnología emocional’ enfocada en estudiar cómo se relacionan los procesos mentales, el lenguaje y las conductas. A través de distintas técnicas, propone reconocer y transformar patrones de pensamiento y de comunicación con el fin de potenciar objetivos personales y profesionales”, explica Gonzalo Henry, secretario general de la Fundación PNL Argentina.
Es decir, utiliza un conjunto de herramientas o “tecnologías” que buscan identificar cómo las personas perciben el mundo, procesan sus experiencias internas y construyen las representaciones que influyen en su conducta “emocional”, para luego trabajar sobre aquellos patrones internos que pueden estar limitando el desarrollo personal o profesional. Para eso se vale de ejercicios de lenguaje, visualización creativa, cambios de perspectiva, gestión de la ansiedad y el estrés, superación de creencias limitantes, reestructuración de pensamientos y modelos de excelencia.

“La PNL es una metáfora de la mente, como un ordenador que podés programar de maneras inadecuadas o adecuadas para alcanzar objetivos, metas y propósitos en la vida. Hace referencia a un enfoque psicológico, una manera de ver algo abstracto como lo es la mente humana”, señala por su parte Jeremías Bianchi Duran, Licenciado en psicología, presidente y miembro fundador de la Fundación PNL Argentina.
“El término “programación” hace referencia a la idea de que, al igual que una computadora, nuestro cerebro funciona con patrones aprendidos de pensamiento, emoción y comportamiento”, sigue Henry.
En todo caso, el enfoque se basa en la idea de que se puede comprender y modificar los propios pensamientos, emociones y comportamientos al analizar la forma en que el cerebro procesa la información y cómo se lleva adelante la comunicación con uno mismo y con los demás.
“Se puede decir que la PNL es una prima hermana de la terapia Gestalt, que se vale de un conjunto de técnicas como ensayo mental, autohipnosis visualización, relajación progresiva, sugestión. Una modalidad terapéutica alternativa y complementaria que usa la habilidad natural de la mente para crear una actitud positiva para apoyar la asistencia médica, reducir el estrés, y relajar el sistema nervioso, aplicable tanto al área terapéutica, como al área organizacional”, -amplia Bianchi-. Y añade: “Mi es especialidad son las emociones molestas, como miedos, tristezas, culpas, enojos, angustias, ataques de pánicos, ataques de ansiedad, fobias y conductas nocivas como el tabaquismo o el alcoholismo. También sirve para tratar problemas psicosomáticos como dolores crónicos, fibromialgia, gastritis, alergias, colon irritable, entre otros”, amplía Bianchi
Por lo pronto, la PNL se aplica en una amplia gama de campos, desde el coaching personal y ejecutivo, la psicoterapia, la comunicación o educación hasta el área de ventas y liderazgo. Se valora por su enfoque práctico y orientado a resultados. Un modelo que busca identificar y replicar las estrategias de las personas exitosas para alcanzar sus metas.
“El programador tiene un permanente ejercicio de crear confianza con las personas. Es un juego de confianza, una de las sensaciones más poderosas que podemos tener para desbloquearnos, estar tranquilos, seguros y en paz. De esa forma es muy difícil que tengamos ataques de pánico o fobias, que fumemos, comamos demás o nos auto saboteemos”, señala el presidente de la Fundación PNL Argentina.
Si bien muchas figuras destacadas en el deporte como Cristiano Ronald, Michael Jordan, Tiger Woods, Serena Williams o Novak Djokovic, han utilizado la Programación Neuro Lingüística y se han beneficiado de sus principios, igualmente ha sido cuestionada desde la comunidad científica, argumentando que carece de evidencia empírica sólida que respalde sus afirmaciones o de que algunas de sus técnicas se basan en principios que no están científicamente probados. A pesar de esto, la PNL sigue siendo utilizada por muchas personas como una herramienta de desarrollo personal y profesional.




