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Es una infusión ancestral reconocida por diversas culturas por sus numerosas ventajas medicinales. Proveniente de la planta de sauco, específicamente del género Sambucus; esta bebida no solo se destaca por su sabor dulce y reconfortante, sino también por sus potentes propiedades y beneficios para la salud entre los que se destacan: efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antivirales, entre otros.
El sauco, conocido científicamente como Sambucus nigra, es un arbusto que crece en las regiones templadas de Europa, América del Norte y Asia. Se caracteriza por sus pequeñas flores blancas y sus bayas negras/rojizas y se cree que antiguamente los egipcios lo empleaban para curar quemaduras y como tónico fortalecedor.
En lo que refiere al tamaño, se trata de un árbol pequeño que alcanza su altura máxima en 10 años y que, generalmente, crece en altitudes que van de los 20 a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, en una variedad de hábitats que pueden ser desde bosques de montaña hasta entornos tropicales.
Sus flores y frutos son comestibles y es a partir de la infusión que se hace con su flor que se puede sacar provecho de sus propiedades terapéuticas.
El té de sauco ha sido registrado con múltiples indicaciones terapéuticas, sobre todo las que se vinculan con el tratamiento de gripes y resfriados.
“Tiene muchísimas propiedades que se pueden aprovechar tanto de las flores como de las bayas. Es una planta con funciones antiinflamatorias, antisépticas y también sirve como laxante antiviral”, explica Yael Hasbani, Health Coach especialista en Nutrición Holística.
Según desarrolla, el fruto que emana de la planta tiene ese color rojizo fuerte debido a los fitoquímicos que aportan propiedades antioxidantes y combaten el daño celular y refuerzan las defensas.
Su composición nutricional es destacable, entre los que provienen de la planta de sauco se encuentran:
Cabe destacar que si bien el consumo de sus flores infusionadas es el más popular, también se puede hacer uso de sus beneficios mediante el empleo de jarabe o extracto de sauco que se produce con las bayas.
“El té de sauco es muy efectivo para tratar cuadros virales de resfríos mientras que el jarabe y el extracto –que son diluidos en agua– sirven para combatir afecciones puntuales de la garganta dadas sus altas concentraciones”, señala Hasbani.
Respecto de ambos, la especialista en alimentación explica que el jarabe y el extracto generalmente se consumen puros y de una dosis máxima de una cucharada. Contrariamente, el té de sauco se hace infusionando una pequeña porción de flores secas en agua caliente.
Hasbani sugiere esperar unos 5 minutos hasta colar definitivamente el brebaje y destaca: “también se puede llevar a hervor, pero hay que tener en cuenta que al hacerlo sus propiedades y eficacia disminuyen”.
Su riqueza en compuestos beneficiosos y su historia de uso medicinal subrayan la importancia de esta infusión como una aliada para la salud integral por lo que es una bebida ampliamente investigada en el ámbito científico. A continuación algunas de las pruebas más contundentes que se recabaron.
Hasbani destaca como obstáculo la dificultad de conseguir estos derivados del sauco en comercios. Sucesivamente, advierte sobre el cuidado que se debe tener con la procedencia de sus flores, extractos o jarabes ya que “hay partes de la planta que pueden llegar a ser tóxicas, en especial sus hojas”, dice.
Mujeres embarazadas, madres que estén en periodo de lactancia, niños y bebés no pueden consumirlo porque este tipo de planta puede generar interacciones a nivel placentario, resalta Hasbani.
Otro grupo de individuos que debe tener cuidado es el de los inmunodeprimidos, es decir, todo aquel que presente un diagnóstico de debilitamiento del sistema inmunitario.
