A la cárcel. Conducía borracho y a 116 km/hora; mató a un chico y lo sentenciaron a la pena máxima por homicidio culposo
La Justicia de Córdoba lo condenó a cinco años de prisión y le aplicó, además, diez años de inhabilitación para manejar vehículos; la familia de Luciano Gassmann, el adolescente de 16 años atropellado el 20 de diciembre de 2020, apelará: quiere que se aplique la figura de homicidio doloso
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PARA LA NACIONGabriela Origlia
CÓRDOBA.- Un día antes de que se celebre en la Argentina el Día de la Seguridad Vial, la Justicia cordobesa dictó un fallo ejemplificador: condenó a cinco años de cárcel e inhabilitó para conducir por diez años a Gonzalo Soria, que en diciembre del 2020 mató con su auto al adolescente de 16 años Luciano Gassmann e hirió a otro. Iba totalmente borracho y a 116 kilómetros por hora; después del hecho criminal, huyó y escondió el vehículo. Le aplicaron la calificación de homicidio culposo agravado.
El 20 de diciembre del 2020, Soria –ahora de 29 años– manejaba su camioneta Fiat Strada a 116,9 kilómetros por hora y con 2,46 grados de alcohol en sangre por la ruta nacional 9, a la altura de la localidad de Río Segundo. Gassmann y un amigo iban caminando cuando los atropelló.
Escapó del lugar y se fue a la casa de un amiga; seis horas después se entregó. Llegó al juicio detenido en la cárcel de Bouwer.
El tribunal hizo lugar al pedido del fiscal Fernando López Villagra, pero la familia apelará la sentencia porque exige que el caso se encuadre como dolo eventual, al igual que se lo juzgó a Alan Amoedo, quien hace dos semanas fue condenado a 9 años de cárcel por la “tragedia de la Circunvalación”.
Antes de la sentencia, Soria pidió perdón a los padres del adolescente: “Me hago cargo, fue un error mío, fue un error haber bebido alcohol y salir a manejar”.
La familia de la víctima esperaba otra condena. Leonardo, el padrastro del adolescente, señaló que están “indignados con la Justicia de Córdoba”.
“El caso Amoedo [el de la tragedia de Circunvalación] marcó jurisprudencia -agregó-. Lo dije siempre: Amoedo no vio a sus víctimas; Gonzalo Soria, sí. Eso encuadra y cierra todo. Si Gonzalo Soria los vio es que los quiso matar”.
La madre, Luciana Baudagna, prometió “no bajar los brazos” y ratificó: “Esto no fue un accidente, él estaba alcoholizado. Y mi hijo venía caminando, ni la moto le prestaba para que no le fuera a pasar nada”.
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