Arrolló y mató a su hija cuando sacaba el auto del estacionamiento
Al subir la rampa desde la cochera subterránea, el vehículo aceleró cuando la chica, de 16 años, cruzaba por delante; tratan de precisar las causas que produjeron la fatalidad
El drama más inconcebible se desató ayer a las 7.20 en Retiro. Una mujer que sacaba el auto de un estacionamiento subterráneo en Paraguay al 1100, casi Cerrito, perdió el control del vehículo y arrolló y mató a su hija, de 16 años, cuando iba a llevarla al colegio.
No se sabe aún qué pasó en esas décimas de segundo previas a la tragedia. Sólo que cuando terminaba de subir la rampa, y justo en el momento en el que la adolescente cruzaba la calzada desde la vereda para pasar por delante del coche y subirse del lado del acompañante, el Peugeot 308 de caja automática aceleró bruscamente y, en lugar de frenar, embistió a la chica, que cayó al suelo y, según testigos, fue arrastrada por el coche hasta que terminó su descontrolada carrera contra un Fiat Uno.
Las causas están, por ahora, en el terreno de las hipótesis; la de un inconveniente técnico o mecánico con la caja automática o con los pedales es, quizá, la de menor fuerza. A la espera de los peritajes, la teoría de mayor peso es un error en el manejo de los pedales del auto, un modelo 2015 con un poderoso motor y un freno tan potente como eficiente, según los expertos.
Es materia de investigación si la presencia del caniche toy de la familia, dentro o fuera del auto, influyó en el hecho. En principio se aseguró que el perro estaba en el interior del vehículo y pudo haber entorpecido el control de los pedales. Pero otra versión indicó que el animal se habría cruzado delante del coche y que la hija de la conductora fue en su auxilio con el fatal resultado conocido.
El caniche fue luego encontrado a pocas cuadras del lugar, en la calle, por policías de la Metropolitana.
Cuando llegó el SAME, a los pocos minutos, el drama estaba consumado. La mujer, en una inevitable crisis de nervios, fue asistida de inmediato y trasladada al hospital Fernández, donde se le dio contención psicológica, más aún porque habría intentado de algún modo quitarse la vida.
Orlando Lucena, el encargado de un edificio situado frente al lugar de la tragedia, fue tajante al contar lo que observó: "Cuando la señora vio a la nena ya la tenía encima". Relató que la chica, identificada por la policía como María Cruz Rosina, bajó a la acera para cruzar hacia el lado del acompañante cuando vio que su madre subía con el auto.
Dijo que no advirtió si la conductora, Isabel de Ocampo, de 52 años, llevaba al perro encima. Sí vio que el Peugeot no se detuvo y embistió a la adolescente, que golpeó con la cabeza contra el pavimento. El auto continuó la marcha hasta que chocó contra un Fiat Uno que estaba estacionado sobre Paraguay y que, a su vez, embistió a una camioneta Ford Eco Sport. La víctima terminó unos cinco metros más allá del choque.
Dolor inenarrable
La escena tras la tragedia fue desgarradora. "La mamá se bajó gritando. Lloraba y lloraba. Se subió sobre la joven a caballito y le limpiaba la sangre que tenía en la cara. Le decía que no la dejara", contó Lucena, quien dijo que creyó ver que la chica aún movía los dedos de sus manos.
Algunas versiones destacaban que, desesperada, Ocampo corrió hacia Cerrito, quizá con intención de quitarse la vida. Nadie lo confirmó.
El director del SAME, Alberto Crescenti, explicó que al arribar la ambulancia, un par de minutos después de la tragedia, se constató que la chica ya estaba muerta. "La madre fue trasladada al hospital Fernández para que fuera vista por el equipo de psiquiatría y psicología", añadió. Crescenti opinó que la menor "falleció en el acto, posiblemente tras sufrir un golpe en su cabeza".
La familia de la víctima vive a pocas cuadras del lugar de la tragedia. Sus allegados serían propietarios de una talabartería ubicada a cien metros de allí. LA NACION intentó comunicarse con el comercio, sin respuesta. La víctima tenía una hermana gemela y otros dos hermanos que junto a su padre viajaron a Inglaterra para presenciar el Mundial de rugby.
Ayer, los peritos comenzaron a trabajar sobre el Peugeot 308 para establecer el funcionamiento del vehículo al momento de la tragedia. Las primeras revisiones se realizaron junto a la plaza Libertad, donde el auto se detuvo tras el incidente. Buscan establecer si el pedal acelerador se trabó o si el de freno no funcionó. También, si la caja automática tuvo algún desperfecto.
Al respecto, especialistas automotores interpretaron que, incluso si el acelerador se hubiese trabado, la conductora debió haber podido detener la marcha con el otro pedal, ya que el Peugeot 308 tiene un circuito doble de freno muy potente.
La tragedia de Retiro se produjo horas después de otra ocurrida en Villa Carlos Paz, Córdoba, donde una niña de cuatro meses murió tras ser arrollada por la camioneta que conducía su padre.
Según informó el diario cordobés Día a Día, cuando la madre bajó de la Chevrolet S 10, el vehículo, que no tenía el freno de mano puesto, se deslizó por la pendiente del terreno. En ese momento, por motivos que se desconocían, la bebé cayó de los brazos de su madre y el rodado la pisó.
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