
Cada vez más casos, más graves y a edad más temprana
Los hospitales y centros asistenciales continúan asistiendo a personas con cuadros agudos de intoxicación por sustancias psicoactivas. La frecuencia es creciente, por cuadros cada vez más graves, y es cada vez más temprana la edad de los pacientes que consultan.
Tienen una relación casi lineal con cualquier evento relacionado con la reunión de pares, salidas de fines de semana, fiestas de graduación y viajes de egresados, recitales, competencias o prendas de "fondo blanco", preparación "previa" antes del ingreso a algún local o fiesta bailable. También con celebraciones religiosas tradicionales reservadas inicialmente para ciertas comunidades, que fueron extendiendo su ámbito auspiciadas por grandes campañas publicitarias.
Así, el consumo de bebidas alcohólicas en exceso o de otras sustancias se convirtió en algo "normal" en la adolescencia y en grupos de adultos jóvenes. El objetivo, en muchos casos, es "perder el control", para lo que es "necesario" intoxicarse. Además, en estos grupos "no consumir" significa quedar afuera, ser excluido del grupo de pertenencia.
Durante 2012 fueron atendidas 2202 consultas por intoxicaciones agudas con sustancias de abuso en la guardia de la División Toxicología del Hospital Juan A. Fernández, de la ciudad de Buenos Aires. De ellas, el 66% correspondió a intoxicaciones agudas graves por sustancias legales (bebidas alcohólicas y medicamentos), siendo el grupo de menores de 20 años y el del sexo femenino el de mayor crecimiento.
Los motivos de ingreso en las guardias hospitalarias son múltiples: intoxicación aguda, estados de inconsciencia, alteración de la conducta, agitación psicomotriz, lesiones por caídas, lesiones por riña, accidentes de tránsito; todas situaciones de gran riesgo personal y graves implicancias médicas.
Pero no son las sustancias el problema, sino las conductas de las personas en un contexto social determinado.
Este fenómeno no se da sólo en la temprana edad: somos los adultos quienes debemos hacer una reflexión para entender qué están copiando los más jóvenes, qué modelos estamos ofreciendo. Tenemos una sociedad con un alto consumo de alcohol por habitante, sobremedicada y polimedicada, que cree que siempre una sustancia puede solucionar el problema del momento; y que sea rápido.
Es necesario que los adultos les dediquemos más tiempo a los más jóvenes, que compartamos más actividades juntos, que conversemos más. Pero también es indispensable que los adultos seamos coherentes: debemos cuidar nuestra salud, comer mejor, realizar más actividades físicas y al aire libre, beber y automedicarnos muy responsablemente.
Las campañas de promoción de la salud desde el Estado, el estímulo hogareño de hábitos y conductas más saludables, acompañado de una actitud consecuente de los padres para con estas conductas, y una restricción a las publicidades de sustancias son algunos caminos que es posible recorrer para quebrar la tendencia.






