“Con todo respeto, vengo a robar”: protagonizó un insólito hecho delictivo en un comercio de Villa Crespo
Escapó con $150.000, prendas de vestir y el teléfono celular de la empleada
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LA NACION
Un episodio tan insólito como peligroso sorprendió a una comerciante de Villa Crespo. Un delincuente a cara descubierta, con una calma que descolocó a la víctima, asaltó el local de ropa situado en avenida Corrientes al 4700 y escapó con la recaudación de $150.000, prendas de vestir y el teléfono celular de la empleada. Según advirtieron fuentes oficiales a LA NACION, el hombre permanecía prófugo.
El hecho ocurrió alrededor de las 17 del jueves pasado, cuando la empleada del comercio Eyelit fue abordada por un hombre que, lejos de gritar o usar violencia explícita, se presentó con un tono casi cordial. “¿Todo tranquilo? En una de esas tenemos suerte… ¿Cómo estás? ¿Bien?”, fueron sus primeras palabras.
El ladrón mantenía la mano sobre un bulto bajo la remera, a la altura de la panza, insinuando que allí llevaba un arma. Sin decirlo abiertamente, llevándose un dedo a los labios, buscó dejar en claro que no debía ser desafiado.
Acto seguido, sin perder su aparente calma, lanzó una advertencia que mezclaba amenaza con cortesía: “Con todo respeto vengo a robar, hacé de cuenta que está todo bien y dame toda la plata. No te va a pasar nada”.
Acorralada y atemorizada, la mujer entregó el dinero y su celular. Sin embargo, el delincuente no se conformó con los $150.000 y el dispositivo: también se llevó varias prendas del local. “Mis amigos se quedaron en el coche. No salgas por nada porque va a ser peor. Metete en el fondo”, le ordenó antes de huir tranquilamente con una bolsa roja, dejando a la víctima en estado de shock.
“Es la primera vez que vivimos algo así”, contó Carlos, dueño del local, en diálogo con el canal TN. Lo que más le impactó fue la calma con la que actuaba. “No estaba nervioso … es como si tuviera un posgrado en eso”, expresó con indignación.
Luego del robo, fue la empleada del comercio quien lo llamó para avisarle lo que había sucedido. Bajaron las persianas del local y fueron rápido a la comisaría a hacer la denuncia. “Hasta el momento, no tenemos novedades, pero la chica no quiso venir a trabajar porque todavía está muy nerviosa”, confesó el dueño.
Carlos también señaló que la presencia policial en la zona es habitual, pero ese día no había ningún agente en la cuadra. “Estaba viendo si puedo poner cámaras afuera para que, al menos, sirvan de disuasión. La verdad es que en estos casos uno se siente indefenso”, concluyó el comerciante.
Al llegar al lugar, los efectivos analizaron las cámaras de seguridad del local y de la zona para reconstruir los movimientos del sospechoso. Por ahora, el ladrón permanece prófugo y se investiga si actuó solo o si lo esperaba un cómplice en las inmediaciones.
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