Está en prisión desde 2013: con otra condena por venta de drogas, Guille Cantero acumula simbólicas penas por 132 años
El jefe de Los Monos es el delincuente argentino que suma sentencias por la mayor cantidad de años de cárcel, aunque 50 años es el máximo tiempo permitido de reclusión
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ROSARIO.-Máximo Cantero, conocido como Guille, uno de los líderes de la banda de Los Monos, es un criminal particular, sobre todo por su prontuario. De los 132 años que acumula de condenas 110 fueron por delitos que cometió dentro de la cárcel, después de que se entregó a la policía de Santa Fe el 21 de junio de 2013. Asesinatos, atentados contra jueces, venta de drogas, extorsiones y secuestros fueron los delitos que cometió estando en prisión.
En los tribunales aún se juzgan causas que tienen que ver con la condición de este recluso, que siguió con el control de su organización desde las siete prisiones provinciales y federales por las que pasó. El pasado jueves el líder de la banda Los Monos fue sentenciado a 19 años de prisión por el manejo de un puesto de venta de drogas, lugar donde fue secuestrado el hijo de un empresario. Sin embargo, fue absuelto por el rapto.
Actualmente, Cantero está en un régimen especial de detención en el penal federal de Marcos Paz, con severos controles, según las autoridades. De tener un teléfono fijo disponible 24 horas sobre un escritorio de su celda, el líder de Los Monos enfrenta ahora un ostracismo que jamás imaginó. Dentro del nuevo régimen del Servicio Penitenciario Federal, que se comenzó a implementar este año, Cantero está solo en una celda. Tiene una hora al día permiso para salir a un pequeño patio con luz solar, y no puede mantener una conversación con nadie dentro de la cárcel, ni siquiera con los guardias, que le alcanzan la comida encapuchados para que el recluso no los pueda identificar y no enfrentar represalias.
Cantero sólo puede hablar por teléfono con sus familiares directos y su abogado. Tampoco lo pueden visitar personas por fuera de esa lista. Por eso, se gestó la polémica sobre su pedido para cambiar supuestamente de sexo, que algunos de su entorno consideran como una tomada de pelo.
El abogado del líder de Los Monos, Leonel Iesari, advirtió que presentó diez habeas corpus para que se flexibilicen las condiciones de detención del jefe narco. Como todos fueron rechazados, el letrado contó que “nunca se presentó un documento en la justicia advirtiendo que Cantero se autopercibía mujer. Él declaró meses atrás que se consideraba bisexual para que le permitan ingresar a un hombre y a una mujer a la cárcel federal de Marcos Paz, petición que fue denegada”. Si aceptaban que Cantero era bisexual podrían ingresar a las visitas íntimas tanto hombres como mujeres.
“Nunca se autopercibió mujer, no quiso cambiar de género, ni cambiarse de nombre, ni solicitar así un traslado a otra cárcel u a otro sector del penal. Se declaró bisexual y ya hubo un fallo de la Justicia de Morón que habló de eso. Como en un momento le negaron el ingreso a un hombre a la cárcel de Marcos Paz, porque no los unía una relación familiar ni sentimental, Cantero lo que hizo una presentación personal en el área social del penal donde pedía casarse con él para que lo autoricen, cosa que no ocurrió”, explicó Iesari a Rosario3.
Estas maniobras muestran la desesperación de Cantero por las condiciones de encierro que enfrenta en la prisión de Marcos Paz. Antes seguía cometiendo delitos. Esto lo muestra claramente el fallo por el que fue condenado a 19 años de cárcel el jueves pasado.
El Tribunal Oral Federal 3 de Rosario condenó a Cantero por articular desde la cárcel un bunker de droga donde en julio de 2021 el hijo de un empresario de Arroyo Seco fue secuestrado y luego liberado tras recibir pesos, dólares y joyas como forma de pago. Con esta nueva condena, Guille acumula 132 años de prisión, pero la justicia federal unificó esas sentencias en 50 años, que es el máximo período por el que un recluso puede estar en la cárcel.
En esta causa también fueron sentenciadas otras 12 personas y se destaca que el líder de la banda narcocriminal fue absuelto por el beneficio de la duda de la otra acusación que pesaba contra él por secuestro extorsivo. Los fundamentos de los jueces Osvaldo Alberto Facciano, Mario Jorge Gambacorta y Eugenio Jorge Martínez Ferrer se darán a conocer el próximo 23 de diciembre.
Este grupo que fue condenado, que trabajaba para Cantero en la venta de drogas que dominaba desde la cárcel, tramó un secuestro que no salió como se esperaba y tuvo momentos dramáticos. El secuestro extorsivo, una actividad criminal para la que se necesita cierta logística y planificación, no es uno de los fuertes de Los Monos, una banda caracterizada por usar una violencia extrema y brutal.
La dureza del pedido en los alegatos que hicieron los fiscales Federico Reynares Solari y Matías Scilabra tuvo que ver que en este caso de secuestro fue tramado desde la cárcel federal de Marcos Paz. En la investigación aparecen otros delitos, como tráfico de drogas y tenencia ilegal de armas.
La provincia de Santa Fe estuvo siempre “alambrada” de los secuestros extorsivos, un tipo de delito muy grave, con alto impacto social, que en otras provincias, como Buenos Aires e incluso, Córdoba, desató en las últimas dos décadas crisis de seguridad profundas. El secuestro de un joven en Arroyo Seco en julio de 2021 provocó en ese momento extrema preocupación en el gobierno del entonces gobernador Omar Perotti.
Uno de los casos más resonantes y que provocó intensos cambios en la policía bonaerense hace una década fue el secuestro seguido de muerte de la niña de once años Candela Rodríguez, que fue raptada el 22 de agosto de 2011 cerca de su casa en Hurlingham. La investigación destapó una trama sucia en la que se mezclaban piratas del asfalto, narcos, policías corruptos y funcionarios ineficientes de la provincia de Buenos Aires.
Los sectores oscuros de la policía de Santa Fe han participado en todo tipo de delitos, entre ellos, el de narcotráfico, formando parte de bandas como Los Monos o la que lideraba Esteban Alvarado. Pero nunca se detectó hasta ahora que hayan formado parte o ser cómplices en este tipo de delito, para el que se necesita una logística y un nivel de inteligencia criminal elevado.
Hasta ahora los casos de secuestro que se concretaron en Santa Fe se llevaron adelante dentro de la geografía narco. Cantero intentó iniciar un emprendimiento de ese tipo hace un tiempo, al tramar raptos de personas ligadas al mundo narcocriminal, a los que podía extorsionar sin tener complicaciones con la Justicia, debido a que se aseguraba que nadie iba a denunciar. Ese es un rasgo de Cantero: siempre se mueve en esa zona oscura donde la ilegalidad genera garantías de impunidad, como ocurrió con muchas de las extorsiones.
El primer intento de Guille Cantero de meterse en esta rama criminal de los secuestros extorsivos le salió muy mal. Se equivocaron al capturar a la víctima. Por este hecho, en octubre de 2019 Cantero fue condenado a 10 años de prisión por el secuestro extorsivo de un joven, a quien los cómplices del jefe narco se equivocaron cuando lo raptaron en el barrio Triángulo, en el sur de Rosario. Era el hijo de un carnicero que nada tenía que ver con el narcotráfico.
En las escuchas telefónicas Guille habló de conseguir “plata fácil”, “por lo menos tres palos”, con este tipo de operaciones, recordó el fiscal federal Santiago Marquevich, jefe de la Unidad Antisecuestros de la Nación. En ese momento la justicia federal de Rosario buscó “cortar” rápidamente este tipo de emprendimiento para evitar el posible efecto contagio.
Los secuestradores que recibían órdenes de Cantero desde la cárcel de Coronda, donde estaba preso en ese momento, eran los hermanos Ezequiel y José Fernández, que encontraron rápido la muerte. Fueron acribillados junto a Gerardo Abregú dentro de un auto en Granadero Baigorria. El sicario que los ejecutó fue Mauricio Laferrara, conocido como Caníbal, un asesino a sueldo del narco Esteban Alvarado, que presumía que Cantero quería hacerle daño a su hijo. Laferrara logró huir de la cárcel de Devoto y fue recapturado en una casa en Andino en junio pasado.
En junio de 2021 ocurrió un secuestro que se originó en la localidad de Arroyo Seco, que provocó preocupación en las autoridades de Santa Fe. En la historia del secuestro de un joven de 21 años se mezclaron delincuentes improvisados, una víctima con presuntas deudas por drogas y una investigación que casi naufraga porque la familia difundió audios que intercambiaba con los captores en un canal de televisión de Buenos Aires, antes de hacer la denuncia. El padre de la víctima confió más en un antiguo amigo vinculado con ese medio que en un fiscal.
Las declaraciones de los familiares y de la víctima se extendieron varias horas durante dos días en la fiscalía federal Nº2 de Rosario. Se necesitó ese tiempo para poder desentrañar una historia que por momentos parecía confusa. El muchacho que fue secuestrado debía dinero a los narcos a los que les compraba los estupefacientes en Arroyo Seco. Para obligar a su familia a cobrar las deudas secuestraron y lo llevaron a Rosario al hijo de un empresario, dueño de una estación de servicio.
Durante las horas en que el joven estuvo cautivo, los raptores exigían a la familia del joven 50.000 dólares para liberarlo, aunque una confusión por parte de los delincuentes, en un primer momento mencionaron 50 millones de dólares, generó confusión. El rescate se pagó, pero fue por mucha menos plata de la exigida. La duda que persiste es si el secuestro sólo quedó reducido a una deuda por drogas o había una intención de fondo de extorsionar al empresario.
Otro problema que hubo en las alocadas negociaciones fue que la madre de la víctima bloqueó en un primer momento el número del que le hablaban los secuestradores al pensar que se trataba de una estafa telefónica.
La situación se puso más tensa con el correr de los minutos. Los diálogos telefónicos mostraron la desesperación de los secuestradores para que la madre desbloquee el número. Luego, los captores empezaron a usar el teléfono de la víctima. “Desbloquee a los pibes que le mandaron primero (un mensaje) porque si no a tu hijo no lo vas a ver mas. Así, cortá la bocha”, advirtieron.
Para lograr que la familia pagara el rescate llamaron por el teléfono de la víctima e hicieron hablar al joven retenido. “Papi podés entregar la plata, los dólares, y todas las joyas por favor. Todo papi, entregá todo lo que te piden por favor ya. ¿O no valgo nada pa?”, afirmó el muchacho.
En ese plan para demostrar que el secuestro iba en serio los secuestradores le arrancaron un pedazo de uña. La situación llegó a ese nivel de violencia que desembocó en el pago de una suma de dinero y joyas que la familia entregó a los raptores, que liberaron al muchacho en Villa Gobernador Gálvez. Luego fue hospitalizado por las heridas en un brazo y la mano que había sufrido. Todo se difundió por un canal de televisión mientras en la Justicia no sabían de qué se trataba el hecho. La irresponsabilidad de la familia pudo costarle caro.
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