La muerte del cantante. Seguirá preso el empleado de un hotel que le entregó droga a Liam Payne
Sobre Ezequiel David Pereyra pesa un pedido para que sea sometido a juicio oral por un delito que tiene una expectativa de pena de 4 a 15 años de prisión
5 minutos de lectura'


Para el Ministerio Público, Ezequiel David Pereyra habría suministrado cocaína a Liam James Payne en dos oportunidades: el 15 de octubre de 2024, a las 03.25 y el 16 de octubre entre las 15.30 y 16.00. Una hora después de la última entrega, el cantante de la banda One Direction murió al caer a un patio interno del hotel de Palermo en el que se alojaba.
Pereyra, que trabajaba en el hotel y Braian Nahuel Paiz, quien conoció a Payne cuando se desempeñaba como mozo en un restaurante de Puerto Madero, fueron acusados de “suministro de estupefacientes a título oneroso, reiterado en dos oportunidades para cada uno y que en ambos casos las dos entregas concursan materialmente entre sí”.
Ambos esperan el juicio oral presos en el penal de Ezeiza. En las últimas horas, Pereyra solicitó la excarcelación, pero el juez Sergio Paduczak del Tribunal Oral Criminal y Correccional N° 30 rechazó la solicitud y Pereyra seguirá detenido.
“Se estaría cometiendo una injusticia al privar de libertad. Sería lo mismo que anticipar una pena a la sentencia, lo cual está en contra de principios generales del derecho universalmente reconocidos. No concurren actualmente riesgos procesales que justifiquen la resolución de la medida de coerción oportunamente dispuesta”, se consignó en la solicitud presentada por la defensa de Pereyra.
A partir de la reconstrucción de las horas previas a la muerte de Payne, ocurrida el 16 de octubre de 2024 a las 17.07, el fiscal Andrés Madrea consideró que Pereyra suministró cocaína al artista mediante un pago, una vez el 15 de octubre de 2024, a las 03.25 y la otra el 16 de octubre de 2024, entre las 15.30 y 16.00.
“Pereya lleva diez meses con prisión preventiva. Carece de antecedentes condenatorios o causas en proceso, cuenta con solo 21 años y posee una familia que le brinda contención y un domicilio constatado donde podrá ser ubicado en el caso de hacer lugar a la presente petición”, agregó la defensa del imputado.
“La escala penal aplicable al delito imputado, que va de 4 a 15 años de prisión, por el máximo de la pena, excede ampliamente lo permitido y el mínimo de la pena no permite una eventual condena condicional, a lo que se aúna la imposibilidad de acceder a la libertad condicional. La gravedad del suceso que se le imputa, me lleva a considerar la necesidad de mantener la prisión preventiva para asegurar el proceso y prevenir tanto la fuga del encausado como el eventual entorpecimiento de la investigación”, expresó el representante del Ministerio Público.
Según se consignó en el requerimiento de elevación a juicio, la acusación contra Pereyra se fundó en los testimonios de cinco empleados del Hotel Casa Sur -donde Pereyra trabajaba- y en las imágenes de las cámaras de seguridad y anotaciones detectadas del domicilio del acusado en el celular de Payne.
Uno de los testigos que más comprometió a Pereyra, fue el jefe de mantenimiento general de Casa Sur, quien declaró que minutos antes de las 21 del 14 de octubre encontró a Pereyra en un ascensor y vio que tenía un billete de US$ 100 en la mano. Cuando le preguntó si era una propina y quien se la había dado, le respondió que tenía que “hacer un mandado para un huésped” y agregó que ese encargo habría sido “traer droga”.
Luego de analizar los fundamentos del pedido de la defensa de Pereyra y del dictamen de la fiscalía que se opuso a la posibilidad de que se conceda el beneficio excarcelatorio, el magistrado del tribunal oral consideró que correspondía rechazar el pedido de Pereyra.
Dicha resolución se fundó en la gravedad de los hechos por los que fue acusado y la elevada pena prevista tanto en su mínimo como en su máximo, entre cuatro y quince años de prisión. Los mismos elementos habían sido tenidos en cuenta el 15 de septiembre pasado cuando Paiz pidió el beneficio de la prisión domiciliaria.
“No habiéndose celebrado aún el debate, no puede descartarse sin más que, en caso de ser puesto en libertad o de morigerar su detención, Pereyra despliegue actos de hostigamiento contra los testigos antes, durante o después de su declaración en el eventual debate”, expresó el juez en la resolución.
Al requerir que Pereyra sea sometido a juicio oral, el fiscal Madrea tuvo en cuenta el testimonio del chofer de la remisería que hizo el viaje. Además, al revisar las imágenes de las cámaras de las afueras del hotel, se observó que Pereyra llegó a las 3.25 a Casa Sur y se encontró en la calle con Payne. Ambos caminaron juntos hacia la esquina de Costa Rica y Dorrego donde una cámara registró que el imputado tenía “algún tipo de envoltorio en una de sus manos”.
Además, un técnico informático que trabaja para el hotel declaró que compartió con Payne un viaje en ascensor y lo escuchó en inglés decir que iba a necesitar otros siete gramos.
“Vale la pena recordar lo que ya ha sido analizado en la etapa procesal anterior por el tribunal de alzada, cuando se expuso que no puede obviarse que, al menos, Pereyra fue empleado del Hotel Casa Sur donde ocurrieron los sucesos, lo que pone en evidencia su conocimiento sobre el establecimiento y los demás empleados que podrían ser convocados a declarar en la próxima etapa, por lo que debe garantizarse que se presenten sin condicionamientos en el ulterior debate”, sostuvo el magistrado en la resolución en la que se rechazó la solicitud de la defensa del acusado Pereyra.
1Cayó un andamio en Villa Devoto y mató a una joven de 20 años que caminaba por la vereda
2Abasto: desalojaron una casa que estuvo usurpada durante treinta y tres años
3Acusan a una suboficial de la Federal de armar la escena de un crimen: la víctima fue su expareja
4Asaltaron a una maestra, la arrastraron 50 metros y dispararon contra los vecinos que quisieron defenderla





