Los simuladores: activaron un sistema de tretas para controlar el desempeño de las fuerzas de seguridad
El Ministerio de Seguridad activó formalmente un plan para reforzar controles internos, y agudizar la precisión a la hora de supervisar la forma en que actúan los agentes federales cuando realizan operativos; se trata del "Programa de pruebas de integridad", para el cual –según explicaron fuentes oficiales a LA NACIÓN– seleccionaron a equipos especiales que, coordinados desde Buenos Aires a través de un moderno centro de monitoreo, tendrán la misión de fingir delitos y activar operativos y alarmas en controles de rutas y aeropuertos.
De esta forma, mientras los operativos falsos son registrados en tiempo real con cámaras ocultas y micrófonos, los jefes de las fuerzas federales pueden analizar detalladamente cómo actúan sus subalternos cuando deben tomar decisiones, aislados, en territorios alejados y marcados fundamentalmente por la ausencia del Estado. El material audiovisual, luego, es enviado a institutos de formación, donde es estudiado por aspirantes que se preparan en las escuelas de oficiales y suboficiales.
"Lo más importante de este programa es que genera un sistema de contagio. Las fuerzas nunca saben si se trata de un operativo verdadero, o no; y eso acomoda la conducta. Es un sistema muy fuerte, muy potente. Son pruebas de integridad. Un equipo organiza un operativo, como si fuera real, y analiza la conducta ética y profesional de los agentes, para ver si hacen lo que tienen que hacer", dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Damián Arabia, director de Prevención de Corrupción, explicó: "Son operativos ficticios, pero los agentes piensan que se trata de una situación rutinaria. Este programa requiere un nivel de sofisticación elevado, no sólo tecnológico, sino también de instrumentación legal. Tenemos que tener todos los puntos muy ajustados para que nada se descontrole".
Y agregó: "Queremos instalar la idea de que cualquier operativo puede ser una prueba. Este programa tiene un eje de integridad y uno de desempeño profesional. Si el operativo sale perfecto, podemos corregir detalles. Sirve para desbaratar bandas, pero además para trabajar sobre cuestiones puntuales, protocolares e importantes. Ponemos a prueba a los agentes para ver qué hacen con mucho dinero, o con varios kilos de droga, cuando están solos, en medio de la nada".
Arabia explicó, además, que este programa preventivo funciona en conjunto con otras medidas específicas que se realizan desde el área de prevención de la corrupción, como por ejemplo la realización de controles toxicológicos y el seguimiento de declaraciones juradas patrimoniales; en esa línea, tanto el como la ministra Bullrich señalaron que esta clase de programas de control "son estudiados en todo el mundo", y autoridades de distintos países, como Estados Unidos o Gran Bretaña, los han desplegado al interior de las fuerzas de seguridad.
Los funcionarios del Ministerio de Seguridad confirmaron que, durante la realización de pruebas de aplicación, "tuvieron muy buenos resultados"; destacaron que el programa no se gestó de un día para otro, sino que fue un proceso de más de siete meses de análisis. Y dijeron: "Este programa sirve para detectar situaciones graves, que merezcan una sanción por falta de integridad; pero también sirve para realizar pequeños ajustes de trabajo".
Con videos y fotografías, en el centro de monitoreo desde el cual se coordinan los falsos operativos del programa, Bullrich, Arabia y el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, mostraron cuatro casos recientes de simulaciones que –en puntos geográficos antagónicos– pusieron bajo prueba, simultáneamente, a grandes grupos de agentes de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal.
El registro audiovisual resultó amplio: desde un control de tránsito en Puerto Madero, donde un empleado del Ministerio intenta coimear a un prefecto, hasta las imágenes de un parador de ruta en Formosa, donde gendarmes hallan un bolso lleno de dólares.
En una de estas simulaciones, por ejemplo, un hombre elegante –y con valija de doble fondo– llega a las líneas de control en el aeropuerto internacional de Ezeiza; allí, al ser descubiertos en su equipaje algunos paquetes con polvo blanco que simulaba cocaína, el empleado del ministerio de Seguridad (que finge ser mula del narcotráfico) intenta disuadir al agente de la PSA para poder huir. Sin embargo, el policía activa inmediatamente el protocolo de seguridad y llega un equipo de refuerzo que captura al sospechoso.
El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, confirmó que –durante el desarrollo de pruebas piloto del programa– no se detectaron agentes corruptos, pero sí errores en procedimientos: "Estos detalles pueden ser mejorados cuando se llevan a un reentrenamiento".
Un segundo video muestra cómo un equipo de Gendarmería Nacional actúa sobre la Ruta Nacional 81, en la provincia de Formosa, frente a un llamado anónimo que alertaba sobre un intercambio de dinero entre narcotraficantes. Al llegar al sitio, las cámaras registraron que, antes de acercarse al dinero, contarlo o guardarlo, los agentes federales convocaron a un grupo de testigos y actuaron según indican las normas.
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