Rosario paralizada: liberaron a dos sospechosos demorados por el homicidio del playero y se entregó un prófugo
Para los investigadores no había pruebas de que estuvieron en la escena del crimen
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La Justicia liberó a dos de los sospechosos que habían sido detenidos por su presunta participación en el homicidio de Bruno Bussanich, el playero de una estación de servicio de Rosario ejecutado el pasado fin de semana por un sicario.
En un principio se pensaba que los dos jóvenes de 19 años podrían haber sido cómplices del sicario que cometió el crimen a sangre fría, pero con el transcurso de las horas se determinó que no estuvieron en las cercanías de la escena del crimen.

La Justicia reiteró el pedido de colaboración a la población par identificar al autor del crimen. Además, sigue vigente la recompensa de 10.000.000 de pesos para quien aporte datos para ubicar al sicario.
“Ofrecimiento de recompensa $10.000.000 para quienes puedan identificar a la persona que se ve en las imágenes, sindicada como el autor del hecho de homicidio ocurrido el 9/3/24 en Mendoza al 7600 de Rosario, donde resultó víctima Bruno Nicolás Bussanich”, dice el texto de la recompensa ofrecida por el gobierno de Santa Fe y agrega: “La identidad de aquellas personas que aporten información será preservada durante y después de finalizada la investigación”.
En las últimas horas, según informaron fuentes de la investigación, se entregó un sospechoso que tenía pedido de captura por su presunta participación en el homicidio de Diego Celentano, uno de los dos taxistas asesinados la semana pasada, cuando comenzó la espiral de violencia en Rosario.
En las próximas horas se realizará la audiencia imputativa y se conocerán las pruebas contra el sospechoso, explicaron las fuentes consultadas.
Celentano, de 32 años, estaba también casado, con una hija de cinco años, le dispararon un tiro en la cabeza dentro del auto que conducía.
Unas horas antes habían asesinado a su colega Héctor Raúl Figueroa, de 43 años. Este chofer, padre de dos chicos, tenía previsto contraer matrimonio el viernes pasado con su pareja, que, al igual que él, estaba al volante de un taxi y trabajaba en las peligrosas calles de Rosario.
“Los dos son taxistas, habían sacado la chapa nueva y estaban planeando un casamiento austero. Trabajaban entre los dos el taxi y con eso sostenían su vida. Dejaron a dos pibes sin papá”, se había lamentado tras el crimen José Iantosca, titular de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis (Catiltar).
Celentano había recibido un mensaje de WhatsApp cerca de las 23 del miércoles en el que pedían que atendiera un viaje en la zona sur de la ciudad. Se dirigió hasta Marcelo T. de Alvear y Garmendia, en las inmediaciones del parque Regional Sur y de las piletas de El Saladillo. Allí fue ejecutado de un disparo en la cabeza. El auto quedó con el motor encendido.
Según confirmaron fuentes del Ministerio Público de la Acusación, en este caso, como el crimen de Figueroa, se utilizaron municiones que tienen la inscripción “PSF”, es decir, Policía de Santa Fe. Como publicó LA NACION, ese lote de municiones (unas 450.000) fue adquirido en 2021. Se desconoce aún cómo fue que los sicarios se hicieron de esos proyectiles que deberían haber estado en poder de la fuerza de seguridad.
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