Cronograma: a qué hora es el paro rotativo de cada línea de subte durante hoy, miércoles 20 de noviembre
La medida de fuerza afecta a las distintas líneas por dos horas en distintos momentos del día; a las 10 dejaron de funcionar las líneas A y B, que reanudarán sus servicios a partir del mediodía
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El paro de subtes en la ciudad de Buenos Aires (CABA) ya comenzó a las 10, momento en el que las líneas A y B dejaron de funcionar. La medida, anunciada por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), que es el gremio que agrupa a los metrodelegados consisten de un cese de actividades rotativo, es decir que cada línea frenará en un horario y tiempo determinado. En ese sentido, muchas personas se preguntan cómo es el cronograma.
Cronograma: a qué hora es el paro rotativo de cada línea de subte durante hoy, miércoles 20 de noviembre
El esquema de paralización del servicio previsto para el paro de subtes de este miércoles 20 de noviembre es el siguiente:
- Líneas A y B: de 10 a 12
- Líneas D y H: de 12 a 14
- Líneas C, E y Premetro: de 14 a 16
Durante el cese de actividades de los metrodelegados, se harán paros de dos horas en las líneas A, B, C, D, E, H y Premetro. De todos modos, no serán en hora pico para evitar afectar en lo posible a los usuarios de este medio de transporte.
Quejas de los usuarios
En la estación Carlos Pellegrini, minutos antes de que comenzara el paro, los trenes circulaban con normalidad y los carteles electrónicos marcaban intervalos de tres minutos. Sin embargo, a las 10 en punto, un anuncio por altavoces confirmó la suspensión del servicio en la línea B, lo que tomó por sorpresa a muchos pasajeros que aguardaban en el andén.
“Normalmente viajo desde Carlos Pellegrini hasta Leandro Alem para llegar al trabajo. Sabía que el paro iba a empezar, pero esperé hasta último momento para tomar el subte. Es un caos, pero no tengo otra opción”, comentó a LA NACION Gabriel Ramos, de 39 años, empleado de comercio.
“Recién me enteré acá, en Carlos Pellegrini, que la línea B no iba a funcionar hasta las 12. Trabajo en una escuela cerca de Medrano y ahora tengo que reorganizarme para tomar la línea D y después un colectivo. Esto es más caro y más lento”, señaló Micaela Carballo, docente de 31 años.
Una joven, visiblemente molesta, sube apurada por las escaleras mecánicas en la estación de combinación entre las líneas B, D y C. “Tengo una bronca, así voy a llegar tarde al trabajo”, dijo mientras deja un mensaje de voz en su celular. Su enojo refleja el de muchos pasajeros que, sorprendidos por la interrupción del servicio, buscan alternativas en medio del caos.
Uno de los metrodelegados, al ser consultado, explicó que la medida responde a la reciente muerte de un trabajador y a las condiciones laborales que enfrentan. Sin embargo, la falta de información concreta desorienta a los pasajeros que intentan reorganizar sus trayectos. Un hombre no vidente, al necesitar ayuda para continuar su viaje, se acercó a una metrodelegada. Ella le indicó que debía dirigirse a Medrano, pero recordó que esta estación pertenece a la línea B, que está interrumpida. Tras dudar por un momento, intentó buscar una solución adecuada para guiarlo.
En medio del caos generado por el paro escalonado de subtes, una mujer mayor, visiblemente molesta, increpó a los metrodelegados en la estación Carlos Pellegrini. “Son unos hijos de puta, porque no avisan con tiempo. Vayan a laburar”, gritó con enojo mientras se dirigía hacia ellos. Uno de los delegados, sin inmutarse, le respondió con firmeza: “Estamos laburando”. La escena refleja la tensión que se vive en las estaciones, donde la falta de información clara y las interrupciones del servicio generan confrontaciones entre usuarios y trabajadores.
Un joven, visiblemente molesto, expresó su enojo a LA NACION mientras intentaba reorganizar su viaje. “Siempre los metrodelegados nos cagan la vida. Ellos no laburan nunca. Vengo desde Constitución, me tomé un colectivo, el subte C, y ahora me falta la B, que está parada. Así no se puede”, dijo con frustración al ver interrumpido su trayecto. Su caso refleja el descontento generalizado entre los usuarios que dependen del servicio para trasladarse.
Otro pasajero, al encontrarse con la línea B fuera de funcionamiento, no ocultó su furia. “No puede ser, acabo de pagar el pasaje”, exclamó mientras se dirigía a uno de los metrodelegados en busca de una solución. “Devolveme el pasaje”, exigió, a lo que el delegado respondió: “Yo te avisé”. El intercambio se intensifica cuando el pasajero replicó: “¿Cuándo me avisaste? Nunca. Devolveme la plata”. Ante la negativa del trabajador, el hombre, fuera de sí, golpeó un molinete y abandonó la estación con indignación.
En la estación Catedral de la línea D, los usuarios esperaban con incertidumbre la llegada de un tren que, sin previo aviso, solo realizaba el recorrido de una estación. A minutos de que comenzara la segunda parte del paro convocado por los metrodelegados, las dudas y la frustración aumentaban. Muchos desconocían la medida y esperaban que el servicio se normalizara.
“¿Va a pasar el subte?”, preguntaban insistentemente a los policías presentes, quienes respondían que no tenían información. La situación generó desconcierto hasta que un metrodelegado confirmó que el subte recién retomaría su funcionamiento completo a las 14. Las quejas no tardaron en aparecer. “Yo me acabo de enterar y tengo que ir caminando hasta Paseo Colón para tomar un colectivo que me va a dejar en dos horas. Con el subte llegaba en media hora”, comentó un usuario molesto a LA NACION.
Con el subte fuera de servicio debido al paro parcial, las paradas de colectivos cercanas a las estaciones se llenaron de pasajeros en busca de alternativas para llegar a sus destinos. En algunos puntos, la espera se volvió interminable, con filas que avanzaban lentamente mientras los colectivos llegaban con frecuencia limitada. “No sé cómo ir, tengo que ir a Belgrano y nadie me dice cómo hacerlo. No soy de acá”, expresó una usuaria en una parada de colectivo sobre la Avenida de Mayo, visiblemente angustiada ante la falta de opciones.
Por qué hay paro de subtes este miércoles 20 de noviembre
Las huelgas de los metrodelegados se deben al fallecimiento del trabajador Jorge Navarro, quien fue víctima de cáncer de pulmón producido por la exposición al asbesto, según informaron los metrodelegados. Navarro integraba la lista de los 107 trabajadores reconocidos por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo que fueron afectados por el contacto con esa fibra, también conocida como amianto.
“La muerte de nuestro compañero nos llena de profunda tristeza e indignación, porque pudo haberse evitado: el asbesto está prohibido en la Argentina desde 2003. A pesar de ello, durante muchos años trabajamos sin ser informados de su presencia en nuestro ámbito laboral. Las autoridades lo negaron hasta que nuestro sindicato demostró que los trenes CAF 5000 contenían ese mineral cancerígeno usado como aislante”, sostuvo la Agtsyp a través de un comunicado.
A pesar de todas las acciones que llevó adelante el gremio para solucionar esta situación, como la sanción de la Ley de Asbesto en el Congreso de la Nación, los gremialistas aseguran que el mineral cancerígeno continúa presente en infraestructura y trenes.
Por esto, en el mismo documento, los metrodelegados exigieron a las autoridades un cambio urgente de las flotas que contienen productos con amianto en su composición. “Basta de postergar la licitación de trenes para la línea B. Necesitamos que se aceleren las tareas de descontaminación en base a un plan integral de desasbestización. Todas las personas que trabajan en el subte y el Premetro deben ser incorporadas a la vigilancia médica, que debe extenderse también a las y los trabajadores jubilados, dado que el período de latencia de la enfermedad puede ser de varias décadas”, agregaron.
“Nuevamente, el asbesto mata. Desde la Agtsyp seguimos pelando para que se retire totalmente el asbesto del subte y Premetro, y se compren nuevas flotas libres del material cancerígeno. Necesitamos que los usuarios sepan que el asbesto instalado es un problema de salud pública. Nos declaramos en estado de alerta y movilización”, concluye el documento.
Emova, la empresa que tiene la concesión de los subtes, respondió a la medida este domingo a través de un comunicado propio. En se lamentó el fallecimiento de Navarro y se remarcó el trabajo de la mesa interdisciplinaria para llevar adelante el Plan de Desasbestizado.”La compañía ratifica que las más de 3000 mediciones realizadas sobre la calidad del aire en todas las áreas de trabajo del subte arrojan resultados considerados adecuados para la salud. Las mediciones se realizan constantemente y están a cargo de instituciones y laboratorios especializados que fueron validados por la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires”, añadió.
Con información de Camila Súnico Ainchil
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