Luna de Nieve: por qué se denomina así al fenómeno astronómico que se verá hoy en la Argentina
En Buenos Aires, el avistamiento de la luna llena sucederá este miércoles a las 20.09
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“Nadie se baña dos veces en el mismo río”, aseguraba Heráclito de Éfeso. También podría haber dicho: “Nadie ve dos veces la misma luna llena”. Cuando este miércoles la luna asome al atardecer, espléndida, redonda y llena, alguien podrá decir: “Otra vez la luna llena…”. Aunque, ¿podría esa persona asegurar que es la misma que fue hace un mes, en el primer plenilunio del año? ¿Y es igual que la luna llena que salvó a Julio César en su invasión a las Islas Británicas? Hoy habrá luna llena y en su eterna cara manchada se dibujarán misteriosos animales e historias.
Una rana, un sapo, un lobo, un zorro, una liebre o un conejo. Incluso un santo ensartando un dragón. Muchas civilizaciones aseguraron encontrar esas imágenes en las manchas de la luna. Incluso el gran Galileo Galilei, observando más lejos que ningún humano hasta entonces, apoyado en la tecnología de punta de inicios del siglo XVII, vio con su telescopio (de apenas 4 cm de diámetro) esas grises manchas lunares y las imaginó como mares de aguas calmas. Hoy cuando salga la luna con la totalidad de su cara visible, cada cual podrá ver qué imagen encuentra, o más aún, qué figura imagina.

Pero para eso ¿a qué hora sale? Ante esta duda es válido recordar: la Tierra es redonda, ¿parece obvio? Y en esta Tierra redonda, la Luna no se ve asomar por la línea del horizonte a la misma hora en todo el planeta, ni siquiera en toda la Argentina. Como puntos de referencia, algunas capitales y la hora de aparición de la Luna. Recordando que mientras más al oeste o al sur se esté, más tardará en aparecer. En Buenos Aires sucederá 20.09, en Mar del Plata 20.11, en Córdoba 20.28, en Mendoza 20.49, en Posadas 21.49, en Salta 20.24, en Bariloche 21.13, en Ushuaia 21.33. Siempre por el este y tomando el horizonte como referencia. Si en ese horizonte hay un edificio de ocho pisos, habrá que esperar para verla bastante más.
Por eso son buenas terrazas, parques, patios o más aún, un río, laguna o mar. Mirar hacia el este (el punto opuesto a donde se estará poniendo el Sol en esos momentos) y esperar que la magia suceda. Solo le toma dos minutos a la Luna cruzar el horizonte, y no espera a nadie, por más importante que sea el mensaje de WhatsApp que se esté respondiendo.
Leyendas antiguas
Una vez arriba, con toda su cara iluminada, ¿qué podemos encontrar? La rana y el sapo son animales lunares en muchas leyendas antiguas. Se los relacionaba como portadores del agua y se los dibujaba en las manchas de la Luna. Incluso en muchos rincones del Lejano Oriente aseguraban que un sapo de tres patas habitaba nuestro satélite. Más cercana, la cultura incaica narraba, noche tras noche, que tiempos atrás, había un zorro cautivado por la luminosidad de la luna llena. Cada mes la perseguía a lo largo del cielo, hasta que una noche, la esperó en la montaña más alta a la que pudo llegar… la Luna, que lo había visto tantas veces perseguirla con ojos anhelantes, le dejó caer una soga para que el zorro subiera. Este trepó extasiado hasta alcanzarla y se abrazaron con tal frenesí que se fundieron, y el zorro dio forma a las manchas que vemos hoy.
Si cuesta vislumbrar una rana o un sapo, un zorro o un lobo, en Brasil una tradición popular afirma que en sus zonas grises se dibuja a San Jorge y su lanza enfrentando al dragón… Al final, como en la vida misma, cada cual ve lo que quiere ver. Algunos ven un conejo o si quieren, una liebre.
Todo depende del ojo del observador. Tal es así, que a esta luna llena de febrero se la denomina: luna de la nieve. Con las temperaturas que azotan a la Argentina, la nieve parece tan cercana como la Luna misma. Pero así la ven los aborígenes norteamericanos que le pusieron ese nombre tan refrescante. Y así como en diciembre mencionamos la luna llena de frío y aprovechamos para descubrir la mayor predicción de Julio Verne, hoy descubriremos con esta Luna, qué animal, santo o dragón, ve cada uno en su imaginación.
No tendría ningún sentido explicar que esas manchas grises, no son mares ni animales, santos ni dragones; sino planicies extensas, oscuras y basálticas de la superficie lunar, conformadas por afloramientos basálticos en erupciones provocadas por impactos de meteoritos. Nada más frío que una Luna indiferente a la imaginación.
Dejemos entonces que Galileo vea sus mares y que los incas vean su zorro. Que Heráclito se asome a la costa de Éfeso, allá donde el río Caístro volcaba sus aguas marrones en el Mediterráneo. Donde quizá vio salir a una luna y pensó: “Nadie ve dos veces la misma luna llena”.
La misma que veremos este miércoles, la misma que marcó el calendario de la humanidad, la misma que cada noche es distinta. Tal vez esta sea una nota más sobre la luna llena, o quizás te permita verla como nunca antes. Si logra su cometido, ojalá puedas compartirla con quien más quieras, para que no sea una luna más, para que no sea la misma luna llena.
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