Inédito en América del Sur: un ícono porteño servirá de sede a un encuentro científico con más de medio siglo de historia
En los lagos de Palermo, alojará la conferencia bienal de la Sociedad Internacional de Planetarios
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¿Buenos Aires es la mejor ciudad del mundo? “¡Sin duda! Yo la amo. Así que para mí fue muy fácil venderla”, afirma entusiasmada Estefanía Coluccio Leskow, directora del Planetario de Buenos Aires. Con esa convicción promocionó a la Capital para que sea anfitriona de todos los planetarios del mundo. Y la Sociedad Internacional de Planetarios (SIP) “compró” para que sea la primera sede sudamericana de su conferencia bienal, en más de medio siglo de historia. Pero antes que esa historia de estrategia y triunfo estelar, hay que aclarar algo: ¿cuántos saben exactamente qué es un planetario?
Un planetario es una máquina del tiempo disfrazada de domo, un teatro especial donde el cielo se enciende incluso de día. Técnicamente, es una instalación equipada con un proyector estelar (analógico o digital) capaz de simular el firmamento en cualquier fecha, hora y lugar del universo conocido. Se apaga la luz y empieza el show.

Buenos Aires tiene el Planetario Galileo Galilei que destaca, desde 1967, por su edificio único en el mundo. No solo parece un plato volador aterrizado en los lagos de Palermo, sino que también recibe más de 400.000 visitantes por año dentro de esa “nave espacial”, con intenciones de ser abducidos por el conocimiento astronómico.
Gracias al planetario de la ciudad y su equipo de trabajo, se logró algo único en más de medio siglo de conferencias de la SIP: que la sede esté en América del Sur. Ya lo habían intentado planetarios tan importantes como el de Bogotá o el de Río de Janeiro, aunque sin éxito. Sin contar algunas excepciones como Osaka, Alejandría, Pekín o Melbourne, la sede siempre había sido en países de América del Norte o Europa. A esto se sumaba que no le asignaban a Estados Unidos una plaza desde hacía dos décadas. Entendiendo que en este país había nacido la SIP, un fuerte candidato para el próximo evento en disputa era Connecticut con su Mystic Seaport Museum-Treworgy Planetarium. Así que había que “vender” Buenos Aires como una opción disruptiva que cambiase la historia.

“En la conferencia bienal de planetarios que se realizó en Berlín, en 2024, hablando con varios colegas me propusieron que nos postuláramos. Y sí, me convencí de que Buenos Aires podía ser plaza, de que podíamos hacer algo tan bueno como Berlín”, explica la doctora en física de partículas Coluccio Leskow. “Así que cuando regresé se los propuse a la ministra de Cultura de la ciudad, Gabriela Ricardes, y a la subsecretaria de Gestión Cultural, Alejandra Cuevas. Y ellas me dijeron que estaba buenísima la idea, que aplicáramos”, cuenta a LA NACION en las oficinas del subsuelo del planetario, aún con el entusiasmo del logro intacto.
La primera instancia fue en octubre del año pasado, cuando se debía demostrar no solo las virtudes del planetario, sino también de la ciudad, para recibir a unas 800 personas para la conferencia: directores de planetarios, investigadores, educadores, especialistas en tecnología de proyección, productoras de contenidos, empresas proveedoras de equipamiento científico y audiovisual, desarrolladores de software, especialistas y creadores de experiencias inmersivas de todos los continentes.

Pero recién se había propuesto la sede, todavía faltaba la elección final. A esa instancia llegaron Buenos Aires y Connecticut, para definir todo en una selección presencial que se realizó en Santiago de Chile el 19 de junio pasado. Ante los doce directivos de la SIP, Coluccio Leskow explicó por qué amaba tanto a la Capital y todo lo que esta tenía para ofrecer en esa primera visita global a América del Sur. Hizo hincapié en la importancia de incluir más tiempo para el intercambio informal entre los asistentes y la relevancia del apoyo gubernamental local. Las cartas estaban echadas, solo faltaba esperar un día para saber la decisión.
Y Buenos Aires ganó la plaza para ser la sede en 2028. Puede parecer un poco lejano, pero los tiempos astronómicos se anticipan con amplio margen. Así sabemos que el eclipse de sol más largo del milenio será en 2186 y que el cometa Halley nos visitará nuevamente en julio de 2061. “Es un reconocimiento al trabajo silencioso y sostenido de quienes, desde hace décadas, hacen del Planetario Galileo Galilei un lugar único, capaz de inspirar, educar y despertar vocaciones y es el resultado de un gran equipo de trabajo, liderado por el ministerio de Cultura”, destacó Coluccio Leskow.

Anticipó que quiere que la conferencia sea distinta a la de Berlín. “No debemos copiar tal cual lo que hicieron en Alemania. Nuestra idea es que los chicos y adolescentes también tengan una participación en la conferencia. La experiencia nos enseña cuán significativo puede ser el Planetario en las futuras vocaciones”, detalla Coluccio.
“Por su oferta cultural, educativa y científica, el Planetario constituye uno de los pilares que definen a Buenos Aires. Por eso es un orgullo que científicos de todo el mundo lo hayan elegido. Creo que es un reconocimiento histórico que proyecta a la ciudad como referente global en ciencia, cultura, educación e innovación tecnológica”, agrega la ministra Ricardes.
Mientras se espera 2028, se puede ir visitando esta icónica atracción porteña –que tiene una oferta enorme de actividades– y recordar que un planetario es un lugar donde el universo baja la persiana, apaga la luz y se encienden las estrellas.
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