Magalí Tajes y Angie Sammartino cuentan cómo usan Instagram para triunfar como escritoras
Las redes sociales me atrapan. Como muchos de los 800 millones de usuarios registrados que tiene Instagram -la plataforma de videos y fotos que se lanzó en octubre de 2010- empiezo la jornada con una rutina. WhatsApp. Instagram. Instagram. WhatsApp. Varias noches me desvelo con ese universo que muestra la famosa "lupita" de aquello que, por algún tipo de algoritmo, el cerebro detrás de Instagram cree que me va a interesar. Memes, bloopers, algún desafío viral. Desconozco qué me motiva pero con devoción dejo de cuestionar y miro. Uno tras otro. Hago un café, respondo un mensaje, repaso la agenda del día. Lo de siempre: interactuar con el teléfono mientras estoy en otras cosas. Aunque toda regla tiene una excepción. En ese universo hay quienes rompen los esquemas y te obligan a frenar, como Magalí Tajes y Angie Sammartino, dos instagramers que triunfaron como escritoras, en buena parte, por su habilidad en las redes . Ellas cuentan sus secretos para alcanzar una popularidad impensada.
La instagramer del millón de seguidores
Magalí Tajes cree que la clave de su éxito está en el "trabajo constante" y que su "trío mágico" está anclado a sus tres pasiones: la escritura, la psicología y la comedia. Eso fue lo que le permitió alcanzar el millón de seguidores en Facebook e Instagram y, sobre la base de "follows" y "likes", abrir el juego.
En 2014 publicó Arde la vida, su primer libro. En sus páginas, Magalí relata algunos hechos que marcaron su personalidad: la difícil relación que tiene con su papá, el descubrimiento de su bisexualidad, los problemas alimenticios de adolescente, amores, rupturas, risas y aprendizajes. "Fue un impulso, implicó hacerme cargo", reconoce.
Ya había escrito acerca de estas vivencias pero siempre con pseudónimo. Hoy su realidad es otra e, incluso, muchas noches pauta reuniones virtuales con sus seguidores para leerles, en los vivos de Instagram, los fragmentos de sus libros que ellos quieren escuchar. Literatura a la carta.
"Es lo primero a lo que le puse mi nombre. Tenía ahorros guardados para viajar y los aposté en el libro. No me arrepiento, fui una persona más libre después de poder decir todas esas cosas", reflexiona. Es psicóloga y esta es su forma de ejercer su profesión. "Creo que ayudé a que mucha gente se sienta menos perseguida con sus fantasmas y a mí me ayudó con los míos. La vida está en abrirse a los otros y a uno mismo".
En esa época, Magalí cargaba una veintena de libros en su espalda y los entregaba personalmente a quienes lo compraban. "Me quedaba tomando mates... Gasté más de un libro pagando la cerveza o el café con la persona. No se trataba de vender mi historia, sino de compartirla. Se sigue tratando de eso, a pesar de que ahora no sea yo quien lo reparta".
Según sus cálculos, ya hay más de cien mil personas que leyeron el libro que, en diciembre, tendrá una quinta edición, la cual incluye nuevos textos pero que mantienen la esencia del original. "Tomé la decisión de no mancharle el alma", explica la autora.
Pero el gran salto para triunfar se lo Instagram -entre otras redes- y el stand up . "La gente ve la autenticidad. Mostrarse vulnerable y errante en una red social que vive mostrando una perfección artificial es un batacazo", opina en diálogo con LA NACION y, con alegría, agrega: "Pasé de repartir el libro en bicicleta a tomar un avión para un show y ver mis libros en las librerías de los aeropuertos".
Esta comediante empezó a hacer stand up en 2013 y hoy llena teatros en toda la Argentina y en los países vecinos con su show Los Otros. "Junto a la escritura, el escenario es para mí el lugar donde no hay nada más que el aquí y el ahora, donde todo puede suceder, donde todo es nuevo y ya vivido al mismo tiempo. Es una adicción que no daña".
En medio de ese éxito, Magalí publicó Caos. No podía dormir por la presión que sentía al cargar con la expectativa de sus seguidores pero, tal como dice, "escribir depende de escribir, así que en algún momento, la presión se corrió y dejó paso a las letras". Así fue como optó por hacer algo distinto al libro anterior: "No quería repetirme, además sentía que no tenía otro arde adentro. Lo que sí tenía era un caos y eso fue lo que di".
En sus libros intenta interpelar al lector. "No sé qué voy a escribir en unos años pero creo que eso es lo único que no voy a cambiar, el deseo de que a quien lea, le pasen cosas con lo que escribo". Por el poder de las redes sociales, día a día, recibe en su celular cientos de mensajes de personas que le cuentan cómo sus libros los transformaron.
La impronta de su escritura despierta esos cambios. "¿Hasta cuándo vas a tener miedo?" y "Nadie puede decirte quién sos", son las frases que acompañan ambos títulos en la tapa. "Y al que le quepe el sayo, que se lo ponga", dice la autora. Se ríe.
Una comunidad transmedia de "negadores" e "innombrables"
Para Angie Sammartino, todo empezó el 2 de febrero de 2016 con un simple posteo en Instagram. "Era mi forma de hacer catarsis. Era algo que ya no me dolía y que tenía ganas de contar", explica a LA NACION. En ese texto, que se convirtió en el primer capítulo de su libro El Arte de Negar, sembró las bases de su novela.
Entre emojis, memes y listas de canciones en Spotify, Angie contó una historia de desamor que vivió durante su adolescencia. Lo hizo a través de distintas plataformas digitales aunque con Instagram en el centro de la escena. Por la recepción que tuvo entre sus seguidores, publicó cada día un capítulo durante un año. "Se unieron la necesidad de contarlo para que otras personas se sintieran identificadas y no lo padezcan tanto como yo y mis ganas de ser escritora".
Todos los días se despertaba dos horas antes de ir a trabajar o a la facultad para escribir el contenido que subiría a la noche. La historia giraba en torno a dos personajes: Ana y su "innombrable", a quien dio en llamar N dado que está basada en hechos reales. Según describe, el innombrable es aquella persona a quien "no podés nombrar, no porque no recuerdes su nombre, sino porque duele".
A dos años y medio de ese primer capítulo, El Arte de Negar es hoy una novela transmedia, es decir que fusiona múltiples plataformas digitales. Además, ya tiene dos ediciones en papel, una obra de teatro y una comunidad de "negadores" que comparten sus historias en las redes sociales.
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La clave de su éxito está en que conoce a su audiencia. En Instagram encontró el combo perfecto: "Los códigos y el lenguaje que necesitaba y la gente quería. Las plataformas son útiles de acuerdo a tu público objetivo y a lo que estás contando". Y agrega: "Mis amigos subían todo el tiempo fotos de comida y a mi se me ocurrió escribir una novela. Es probar".
Angie logró publicar la edición en papel a través de una campaña de la plataforma digital de financiamiento colectivo Ideame y, para eso, se adentró en todos los pasos del proceso de publicación. "Cada pequeña cosa era algo que tenía que aprender, buscar tutoriales o a alguien que me ayude", recuerda esta escritora que estudió todas las cuestiones legales que se necesitan para publicar un libro y fue, durante meses, al correo para entregar, ella misma, los ejemplares.
Registró cada etapa del proceso en las redes sociales y, a través de las historias de Instagram, involucró a sus seguidores que ya era parte. Al nacer en estas plataformas, la novela se gestó a partir del contacto directo de la autora con su público. "Me servía para saber cómo mantener la atención", cuenta. Además, sentía el compromiso de publicar el capítulo periódicamente porque sabía que alguien, del otro lado de la pantalla del celular, lo esperaba.
Tenía claro a dónde quería que llegue cada personaje, cómo pensaba y qué modificación quería que tuviera. "En el medio había un terreno que podía variar según lo que iba surgiendo", explica. Recuerda que el rol de la comunidad era tan activo que hasta votaron el nombre de un personaje y participaron de la elección de los colores del logo y del desarrollo de la marca.
Pero más allá de esto, Angie quería potenciar el contacto "cara a cara" con el público. Así nació el show El Innombrable, que también fue consecuencia de la autogestión. Esta escritora está atravesada por la audacia pero también por el humor. Como ella es comediante de stand up y su hermana Virginia es actriz, decidió sumarla al proyecto y, juntas, armaron el espectáculo que combina teatro, stand up y contenido multimedia y con el que hoy recorren el país. "Nunca podés desentenderte. Tenes que mover el proyecto, poner el cuerpo", sostiene.
Además, lanzaron un perfil de Instagram 100% avocado a El Arte de Negar. "Fue un gran acierto. En mi cuenta tengo un perfil muy amplio de seguidores y cuanto más general es, más difícil es entender quién es el que te sigue y qué contenidos tenés que hacer. El Arte de Negar es otro lenguaje a base de memes, fotos y canciones. Segmentar, me dio más libertad porque esa cuenta está más asociada a la novela y no tanto a mi".
Por la diversidad de contenidos y plataformas que envuelven a este proyecto transmedia, el año pasado ganó el concurso de "Mediamorfosis" y fue invitada a participar de un festival que se hará en Amsterdam en octubre. Una vez que termine el evento, Angie planea viajar a Londres no solo porque es "la tierra de Harry Potter" -uno de sus primeros amores en la literatura- sino porque será la locación de su segunda novela.
Para escribirla, se creó una playlist de Spotify con canciones que van en línea con el nuevo relato. "El otro día estuve 3 horas escuchando música mientras me imaginaba, sin escribir, los personajes y las escenas. Cuanto más conocés a un personaje, más sabés cómo reaccionaría. Si no terminás resolviendo todo como si lo hicieras vos y no es la idea".
"Siempre estoy pensando en qué más hacer, me cuesta mucho frenar a ver lo que logré", reconoce y recuerda la emoción que sintió al ver su libro en la Feria de Buenos Aires una vez que lo reeditó con Tinta Libre. "De chica ni lo tenía como sueño posible o realizable. Está bueno saber que si le ponés laburo, tiempo y esfuerzo siempre se puede y no es algo tan inalcanzable".
Cómo ser escritor en plataformas digitales
El seminario "Ser escritor en plataformas digitales" se realizará esta sábado 8, de 14 a 20, en el Laboratorio Marte (Arévalo 1473, CABA). Es con inscripción previa y lo organiza Luminaria, un instituto de formación digital que busca combinar la teoría con la experiencia para educar a los que asistan sobre cómo pueden utilizar estas herramientas para alcanzar sus metas.
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Apunta tanto a escritores consagrados como a aquellos que escriben tímidamente sin mostrar nada, explica su directora académica, Milagros Manzano, a LA NACION y agrega que el foco está en la persona "como escritor y no en su escritura en sí". De esta manera, el encuentro busca responder a cuestiones tales como: cómo financiar un libro y diseñar un modelo de negocios, cómo trabajar con una editorial, qué herramientas se pueden implementar para potenciar la creatividad y cómo acercarse más a los lectores y ampliar el público.
Durante el seminario, Magalí Tajes y Angie Sammartino se convertirán en profesoras para revelar cuáles son las claves para transformarse en escritores en esta era digital.
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