Jardín de infantes: ¿sirve que la sala de tres sea obligatoria?
Muchos especialistas aseguran que la escolarización temprana es vital, sin embargo otros especialistas y países modelo en educación ofrecen otra perspectiva
El año pasado la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto oficial del Gobierno para convertir en obligatoria la educación a partir de los tres años. Para muchos especialistas la decisión es correcta, mientras otros creen que debe ampliarse la oferta, pero que la decisión debería seguir siendo optativa para las familias.
“Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo integral de todos los chicos. Diferentes investigaciones han demostrado el impacto que tiene en la vida escolar de los estudiantes el inicio de su proceso de aprendizaje a temprana edad”, dice a LA NACION Mercedes Miguel, Secretaria de Innovación y Calidad Educativa, justificando la iniciativa.
Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo integral de todos los chicos
Miguel agrega que la escolarización temprana favorece la terminalidad de la educación básica. “Cada etapa de la vida y del aprendizaje de los niños y niñas es fundamental. Preparar a los chicos para cumplir con la obligatoriedad de la secundaria es un desafío mundial y nacional que comienza en el nivel inicial. Estamos convencidos de que la inserción escolar temprana es fundamental para el logro de mejores oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida”, afirma.
No todos los padres están de acuerdo
Mientras tanto, en el seno de cada familia el debate va creciendo en la medida que el proyecto oficial va tomando forma.
Ana, mamá de una nena de dos años que concurre a un jardín de infantes en Ramos Mejía, acompaña la decisión oficial. “Me parece acertado. Veo muchas madres que recién escolarizan a sus hijos a los cuatro años. Así creo que pierden la posibilidad de aprender a socializar, a adaptarse a la convivencia grupal, a jugar con otros chicos y en cambio pasan mucho tiempo de ocio frente a la televisión”, señala.
Carla y Rodrigo son padres de dos nenes, uno de siete años que concurre a una escuela primaria de Palermo y otro de tres que no está escolarizado. No creen que sea correcto que una ley los obligue a escolarizar a su hijo menor. “Nosotros queremos que pase tiempo en casa, que juegue con su hermano a quien también enviamos a un jardín recién en sala de 4”, dice Carla. Para Rodrigo el Estado no debería obligar a los padres a tomar esa decisión. “Tendría que ser voluntario. Creo que debe existir una mayor oferta pública y gratuita, para que los padres que sí lo quieran puedan hacerlo. Pero no me gusta que a esa edad tan temprana nos obliguen a hacer algo con lo que no estamos de acuerdo y que concierne a la vida de nuestros hijos pequeños”, repite convencido.
No me gusta que a esa edad tan temprana nos obliguen a hacer algo con lo que no estamos de acuerdo
Estela vive en Villa Domínico y trabaja en Barracas. Es mamá separada y tiene tres hijos, el más pequeño de un año. Para ella es fundamental contar con la escuela a una edad temprana. “Necesito que mis hijos vayan cuanto antes mejor a la escuela y si es posible a jornada completa. Porque solo cuento con la escuela como lugar para dejar a mis hijos para poder trabajar. Así que me parece bien que sea obligatorio”, opina.
¿Cómo es en otras partes del mundo?
En la región solo México, Perú y Venezuela tienen sala de tres obligatoria, mientras que países como Finlandia, Suecia, Canadá y Escocia establecen la obligatoriedad recién a partir de los seis años y algunos desde los siete. En la Argentina, desde enero de 2015, cuando se promulgó la Ley 27.045, es obligatorio escolarizar a los chicos a partir de los cuatro años. Antes era obligatorio a partir de los cinco, según lo disponía la Ley Federal de Educación de 1993.
Para los especialistas la obligatoriedad no es el punto central del debate
Alejandra Cardini, codirectora del programa de Educación de Cippec, cree que la discusión acerca de la obligatoriedad de sala de tres es equivocada. “Habría que poner el acento en cuestiones políticas más importantes que no están discutiéndose, como garantizar el acceso, asegurar la calidad y articular la política educativa y la social”, dice a LA NACION, y agrega: “Con respecto al acceso, el Estado ya es responsable de garantizar la oferta proveyendo las vacantes a todos los que quieran ocuparlas. Pero la brecha entre las vacantes existentes y las necesarias es enorme. Más de la mitad de los chicos de tres años no asiste hoy al jardín de infantes. Incluir a estos 400.000 chicos implicaría crear 12.000 secciones y 30.000 cargos docentes, en un contexto donde todavía en algunas provincias están fuera del sistema el 10% de los chicos de preescolar , que es obligatorio hace más de 20 años y, a nivel nacional, el 20% de los de sala de cuatro , obligatoria hace dos años”.
Cardini destaca además que “la oferta para los chicos de tres años depende del Ministerio de Educación y del de Desarrollo Social. Para alcanzar una oferta universal y de calidad hay que asegurar una mayor articulación entre ambos espacios. Frente a estos desafíos, la obligatoriedad de la sala de tres es una discusión poco significativa”.
Verona Batiuk, Especialista en Educación Inicial de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), recuerda que en nuestro país también resulta apremiante mejorar las propuestas de enseñanza en particular para la población en situación de pobreza. “En un trabajo que realizamos OEI y Unicef centrado en dos cuestiones clave en los procesos formativos de niños pequeños: el juego y el desarrollo lingüístico. Se registraron notables deficiencias ya que, por ejemplo, no se garantiza la lectura diaria de un cuento, que es una estrategia privilegiada en la alfabetización temprana, ni se definen propuestas de juego planificadas y sostenidas cuando el juego es la principal experiencia de aprendizaje en edades tempranas”.
Batiuk remarca por último que “la asistencia al nivel inicial puede hacer una diferencia sustantiva, siempre que garantice una educación de calidad”.
10.000 salas de educación inicial
Mientras tanto el gobierno insiste y se propone para el año 2026 garantizar la cobertura universal del nivel inicial desde la sala de tres “porque esta es también una de las metas prioritarias del Plan Maestro”, recuerda Mercedes Miguel. En ese sentido, el gobierno asumió compromisos para poder encarar de manera efectiva el proyecto. “Anunciamos la construcción de 10.000 salas para la educación inicial. Para esta política, el financiamiento es aportado principalmente por el gobierno nacional y su distribución entre las jurisdicciones contribuye a la disminución de las desigualdades de inversión educativa”, destaca la funcionaria.