La costa ya vive el regreso del turismo y empiezan a reactivarse los hoteles
MAR DEL PLATA.– Se perdieron una decena de feriados y también las vacaciones de invierno, que suelen ser las oportunidades habituales que el turista de verano aprovecha para regresar a esta ciudad con escalas fugaces durante períodos de media y baja temporada. En este año de características inéditas, ocho meses y medio transcurrieron para volver a abrirles las puertas de los hoteles, darles la bienvenida en el lobby y ofrecerles que disfruten de las habitaciones y de los servicios.
Un volver a vivir para para los visitantes, con la reapertura de la actividad turística. Y, sobre todo, para los anfitriones, en particular los hoteleros, que estuvieron desde marzo con sus establecimientos desiertos y a oscuras a la espera de esta oportunidad.
La mejora en las condiciones sanitarias generales habilitaron desde el martes pasado el libre desplazamiento de viajeros hacia las localidades bonaerenses. Y este fin de semana largo se convirtió en la primera experiencia seria para medir los comportamientos y la convivencia con los nuevos recaudos y exigencias que dominarán el período de veraneo.
En el sector, reinó la incertidumbre. Sobre todo, porque había muchas consultas, pero pocas reservas. Una situación que se mantuvo hasta ayer. Sin embargo, hoy el escenario cambió y esperanzó. Las expectativas de buenas condiciones meteorológicas para la costa y ese rumor de playas no tan concurridas parece haber animado a quienes ya andaban por aquí o estaban en camino, decididos a respirar aire de mar luego de tres cuartos de año de encierro.
"Será esta una gran oportunidad para medir al turista y su comportamiento, pero también para medirnos a nosotros en nuestros servicios", dijo a LA NACION el presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Pinamar, Pedro Marinovic.
En ese distrito, se viven horas de entusiasmo, optimismo y gran expectativa de cara al futuro por la respuesta obtenida a esta primera fecha fuerte desde que se habilitó el turismo. Según datos de la asociación hotelera, a partir de un relevamiento entre sus socios, en Cariló la ocupación asegurada hasta el martes próximo era del 78% y del 53% en Pinamar, Ostende y Valeria del Mar.
En Mar del Plata, de acuerdo a información recabada entre operadores del sector, habían logrado cubrir entre 50% y 60% de las plazas en hoteles de cuatro y cinco estrellas. La demanda confirmada, en tanto, alcanzaba el 40% en el resto de la oferta de alojamiento.
Algunos turistas llegaron anteayer y otros, las primeras horas de hoy, cuando se dio el mayor movimiento en rutas. De acuerdo a Aubasa, la empresa concesionaria de las vías de comunicación que llevan a la costa atlántica, por la Autovía 2 circularon hasta casi 2000 vehículos por hora, según los registros del peaje de Samborombón. Ese flujo se reparte luego entre los balnearios que se extienden desde San Clemente del Tuyú hasta Mar del Plata, Miramar o Necochea. A la misma hora pico, por el peaje de Maipú pasaban unos 400 autos.
Aforos
Con este fin de semana largo también se puso en marcha el Sistema de Atención al Turista (SAT), un operativo sanitario dispuesto por el gobierno bonaerense con presencia en 19 distritos y refuerzos de personal y equipamiento en puestos de ruta y playas, ambulancias y guardias hospitalarias. En días más se sumará el Operativo Sol, con un despliegue adicional de más de 10.000 policías en los principales centros turísticos.
Cada turista debió llegar con un certificado de circulación nacional, que tuvo que tramitar. Hasta hoy, se habían solicitado 150.000. "¿Cuál fue la reacción de los huéspedes? De mucho respeto por los protocolos y mucha consulta sobre cómo moverse, lo que está permitido o no dentro del hotel", explicó Marinovic.
Los hoteleros de Pinamar, en acuerdo con el municipio, resolvieron un aforo del 85% de la capacidad total de cada establecimiento. El turista que elija esta opción perderá algunos servicios como piscinas, gimnasios y recreación en espacios cubiertos. Esas mismas propuestas al cielo abierto tienen aires de la vieja normalidad.
Los desayunos en servicios de hotelería serán en la habitación o en áreas parquizadas del mismo complejo. La otra opción, muy elegida este primer día por los que están muy cerca del mar, es una vianda para disfrutar de medialunas, café y jugos en la playa.
"La gente es muy comprensiva con las medidas y entiende que son necesarias", explicó Nelson Valimbri, al frente del complejo de aparts Saint Germain, de Cariló, donde confirmó una muy buen nivel de demanda.
En Mar del Plata se vive algo distinto. La ocupación a medias que logra la hotelería por estos días intenta ser un alivio para un sector al que la pandemia le dio el cachetazo más duro de su historia. El principal destino turístico del país llega a este verano con 100 establecimientos menos, en su mayoría pequeños y que no tuvieron espaldas para sobrellevar tantos meses sin oportunidades de facturar.
"A la fecha nosotros tenemos registrados 1400 empleos perdidos en el sector, con el agravante de que a la par se achicó la oferta de trabajo por tantos hoteles que tuvieron que cerrar", confirmó la secretaria adjunta de la seccional local de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), Nancy Todoroff.