
La prostitución que viene del Caribe
Admiten que ya detuvieron a 3500 mujeres que llegaron engañadas al país.
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Ximena y Vanessa llegaron desde Santo Domingo en octubre último con la idea de trabajar como empleadas domésticas o para cuidar chicos. Ahora están paradas en una esquina del barrio de Constitución ofreciendo sexo por 50 pesos, esperando a algún cliente que quiera pasar "una noche inolvidable, chico".
Son caribeñas, claro, y mulatas, con trenzas jamaiquinas, visten ropa llamativa, hablan poco y salen corriendo cuando el fotógrafo dispara el flash.
Buenos Aires es testigo de una verdadera invasión de jóvenes dominicanas que viajan desde Santo Domingo para hacer tareas domésticas, pero que, engañadas por una organización ilegal, terminan prostituyéndose en las calles de la ciudad por unos pocos pesos.
Durante los últimos seis meses de 1998 fueron detenidas 3500 mujeres dominicanas que ejercían la prostitución en los barrios de Constitución, Flores y Recoleta y que no tenían sus documentos en regla. Muchas de ellas fueron deportadas.
La preocupación de los autoridades de la República Dominicana en el país llegó hasta tal punto que denunciaron la situación ante la jueza de instrucción María Fontbona de Piombo.
La magistrada investiga a un grupo de dominicanos y argentinos que "importarían" a las jóvenes para que trabajen de prostitutas, amenzándolas con denunciar su situación irregular ante las autoridades locales si revelan la identidad de los proxenetas.
Por estos días, la policía busca a Juanito, un dominicano que se mueve en un Peugeot 504 blanco y que regentearía a decenas de dominicanas en la zona.
En el último semestre de 1998, la División Seguridad Personal detuvo a más de 3500 dominicanas ilegales que ejercían la prostitución.
Amanda Cabral, cónsul de la República Dominicana en Buenos Aires, informó que hay más de 6000 connacionales suyas que residen en la ciudad, pero no pudo precisar la cantidad que se halla en forma ilegal.
La diplomática se mostró muy preocupada por la situación y reconoció que han comunicado a la Cancillería la necesidad de investigar a una presunta organización ilegal integrada por inescrupulosos dominicanos y argentinos que ofrecen trabajos inexistentes a las jóvenes caribeñas, que llegan atraídas por paridad cambiaria que las favorece sobremanera.
Mecanismo de engaño
Según los testimonios de las dominicanas, el mecanismo de engaño funciona así: se contactan en su país con los rufianes mediante avisos que aparecen en publicaciones de Santo Domingo o por contactos que han hecho otras chicas en bares de la capital dominicana. Ellos les ofrecen, previo pago de una suma de entre 2500 y 3000 pesos, pasaje en avión, trámites migratorios, hotel por un mes con comida y, antes de los 30 días de llegadas a Buenos Aires, un trabajo para limpiar comercios, departamentos, casas con cama o cuidar chicos, por el que cobrarán unos 500 pesos por mes.
Pero una vez aquí el panorama no es como se lo pintaron en su tierra natal: La habitación de hotel con baño privado que les prometieron se transforma en una precaria pieza en una pensión que deben compartir con otras chicas.
Las tres comidas diarias pasan a ser dos: un mate cocido con pan y un plato caliente para la cena.
Pero lo más grave es el trabajo: pocas son las que por las suyas consiguen ubicarse como domésticas en casas de familia. La mayor parte de las chicas termina prostituyéndose. Los rufianes les piden un porcentaje de lo que ganan a cambio de no ser denunciadas; aquí la extorsión gana varias varias batallas.
Las que no se adaptan al ruido de la ciudad intentan suerte en el interior: Misiones, Trelew o Jujuy.
El caso más resonante fue el de una decena de dominicanas que trabajaban en un cabaret deGeneral Madariaga y que se casaron con gauchos de la zona para obtener la residencia. El mes último, la revista Gente dio cuenta de ello en una nota con el título: "Matrimonios y algo más".
Actualmente, los empleados de Migraciones en Ezeiza les solicitan que justifiquen su residencia en el país con dinero o tarjetas de crédito. Algunas llegan con apenas 100 dólares y sólo las autorizan a quedarse por 10 días. Aotras les dan 1000 dólares y consiguen la visa por 90 días, pero al llegar se les quitan ese dinero.
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