Para qué sirve el Tirzepatida, el medicamento para adelgazar que llega a la Argentina
La nueva droga inyectable con doble mecanismo hormonal se presentó en el país; el tratamiento promete resultados comparables a la cirugía bariátrica; las advertencias al respecto
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La droga inyectable tirzepatida se presentó oficialmente en la Argentina. Este nuevo fármaco representa un avance significativo en el tratamiento de la obesidad crónica y la diabetes tipo dos (DMT2). Su funcionamiento se basa en una doble acción que imita la tarea de dos hormonas que el organismo produce naturalmente.
¿Qué es Tirzepatida y cómo funciona su doble mecanismo?
El inyectable tirzepatida se distingue por su mecanismo de acción dual, ya que, activa los receptores del GIP (Péptido insulinotrópico dependiente de glucosa) y del GLP-1 (Péptido similar a glucagón tipo-1), lo que contribuye a un mayor descenso de peso.

El GLP-1 es una hormona que el organismo libera en el intestino que reduce la ingesta de alimentos porque aumenta la sensación de saciedad. También enlentece el vaciamiento gástrico y potencia la secreción de insulina, una hormona que el páncreas secreta y regula los niveles de azúcar en la sangre. El GIP es la segunda hormona involucrada que actúa como un modulador del metabolismo del tejido adiposo y de la eficiencia energética.
Mónica Katz, coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), explicó el impacto de la combinación de ambas acciones y destacó, durante la presentación oficial del nuevo inyectable, que la droga “genera un efecto sinérgico: mientras GLP-1 disminuye el apetito, mejora la saciedad y favorece un vaciamiento gástrico más lento, el GIP actúa directamente sobre el tejido adiposo y genera pérdida de peso, predominantemente a expensas de masa grasa”.
Hasta ahora, los medicamentos disponibles solo tenían acción agonista sobre el GLP-1. La nueva clase de fármaco augura resultados más potentes en el descenso de peso y la mejora de otros indicadores metabólicos y cardiovasculares.
Eficacia clínica: resultados en la reducción de peso y beneficios metabólicos
El fármaco mostró una notable eficacia en estudios clínicos. Redujo hasta un 26% el peso en setenta y dos semanas de tratamiento, un resultado que se compara con el inyectable que precede a la tirzepatida, la semaglutida, que llegó hasta el 17% en dosis máximas. Mónica Katz puntualizó que estos resultados se asimilan a los de las cirugías bariátricas, pero sin necesidad de pasar por el quirófano.
Jorge Tartaglione, expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), afirmó que la obesidad tiene una relación directa con factores de riesgo cardiovascular. Los trabajos sobre este fármaco de efecto dual demuestran un descenso de peso y además, muestran una reducción del perímetro de cintura, el hígado graso, la presión arterial e insuficiencia cardíaca. Tartaglione explicó que el GIP y el GLP-1 “hablan” con el páncreas, lo ayudan a acomodar la energía y le indican cómo tiene que gastarla.

Sobre el mantenimiento del peso a largo plazo, Katz indicó que existen investigaciones que demuestran que aun dejando el fármaco se mantiene el 60% del peso perdido. Ella aclaró que “la dosis de mantenimiento todavía no ha sido establecida. Lo importante es que el 94% de los pacientes responden con alguna de las dosis, y hace falta un descenso mayor al 20% para lograr objetivos como, por ejemplo, la remisión de diabetes o prediabetes”.
Indicaciones médicas, modo de aplicación y disponibilidad en el país
El medicamento Mounjaro se usa únicamente bajo prescripción médica y se utiliza como complemento de la dieta y el ejercicio. Está indicado para el tratamiento de la diabetes tipo dos insuficientemente controlada y se prescribe para el manejo crónico del peso. Esto aplica a personas con obesidad o sobrepeso que además presenten una condición de salud relacionada y sean mayores de 18 años. Entre estas condiciones se encuentran la hipertensión arterial, el colesterol alto, la enfermedad cardíaca, la prediabetes o la apnea del sueño.
La tirzepatida se administra como una solución inyectable de aplicación subcutánea y frecuencia semanal. Las dosis van desde los 2,5 mg a los 15 mg, en un esquema de tratamiento escalonado. El producto se encuentra disponible en formato de lapicera prellenada multidosis (KwikPen). Como todo inyectable, se debe mantener en frío, entre dos grados Celsius y ocho grados Celsius.

El laboratorio Adium promueve, comercializa y distribuye tirzepatida en el país, tras un acuerdo con el laboratorio Eli Lilly. Adium aclaró que por el momento estarán disponibles en la Argentina las dosis de 2,5 mg y 5 mg y que las dosis mayores, hasta la máxima de 15 mg, llegarán a partir del año próximo.
Como todo fármaco, tirzepatida tiene efectos adversos. Estos incluyen náuseas, vómitos y diarrea, que según los expertos disminuyen con el tiempo.
El debate sobre el tratamiento crónico y las advertencias globales
Tanto Katz como Tartaglione coincidieron en que la medicación para la obesidad debe indicarse de por vida. Tartaglione aseguró: “Nadie duda en tomar antihipertensivos o estatinas para reducir la presión arterial o el colesterol. Son enfermedades crónicas y demandan tratamientos permanentes. La obesidad también lo es”.
En cuanto a los costos, las cuatro dosis mensuales de Monjaro de 5 mg se cotizan a $783.858,40. Javier Waistblat, director del laboratorio Adium, indicó que el laboratorio tendrá un sistema de beneficios con hasta un 30% de reducción del precio. Waistblat aclaró que “la comparación con otros productos no parece justa porque Mounjaro tiene doble mecanismo de acción”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado. Recomienda el uso de estos fármacos en adultos con IMC mayor a treinta para tratar sobrepeso, obesidad y diabetes.
La OMS sostiene que, como máximo, estas drogas podrían beneficiar a cien millones de personas. Esto es menos del 10% de quienes viven con obesidad en el mundo. La organización advierte que las drogas no deben aumentar la desigualdad en el acceso, pues son caras.
También existe preocupación acerca de la autoprescripción en personas que no son obesas ni diabéticas. Un artículo publicado en Obesity analizó este fenómeno y advirtió que la expansión del uso avanza más rápido que la generación de datos científicos. Las conclusiones de este trabajo enfatizan la necesidad de investigaciones interdisciplinarias e interseccionales para dar cuenta de las implicancias de esta “medicalización de la delgadez”.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por Gabriela Navarra Camerucci.
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