Pese a los precios dolarizados, más de 100.000 argentinos coparon Punta del Este y se riega el optimismo
Hoteles premium con ocupación plena y selectos restaurantes; “Nos emociona saber que cada vez son más quienes nos están esperando”, dijo Leandro Quiroga Ferreres, dueño de Medio y Medio e integrante de la Cámara de Gastronómicos
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PUNTA DEL ESTE (enviada especial).- Los pronósticos de los principales operadores turísticos se alinearon con la realidad y se riega el optimismo en Uruguay. En la última semana, más de 100.000 argentinos llegaron a la ciudad esteña de Uruguay para despedir el año. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes gubernamentales, que –además- precisaron que los argentinos representan un 55% de los turistas internacionales.
“A pesar de todo lo que ha pasado, los argentinos siguen eligiendo nuestras playas y siguen siendo nuestro principal cliente turístico. Todavía es muy prematuro sacar conclusiones, pero se ve con satisfacción y optimismo la gente que ha venido y la que sigue ingresando al país”, dijo el viceministro de Turismo de Uruguay, Remo Monzeglio. “Hay muy buena ocupación, similar a lo que ocurrió el año pasado”, agregó la titular de la Cámara de Hoteles de Punta del Este, Analía Suárez.
En total, 104.790 argentinos cruzaron la frontera entre el 22 de diciembre y el 1 de enero, según datos de Migraciones. La cifra repitió la revancha que tuvo el último verano Punta del Este, cuando la ciudad recuperó gran parte del turismo que había perdido por la pandemia. Sin embargo, los índices todavía se mantienen un 25% por debajo del pico histórico de la temporada 2017/2018, el último momento en el que el país estaba más barato para la Argentina. En contraste, 2024 recibió a los turistas argentinos con un peso que vale tres veces menos que el último verano.
Siempre considerada un destino exclusivo y con precios por encima del promedio latinoamericano, la ciudad se ha vuelto casi un imposible para la clase media. Los altos precios dolarizados, no obstante, no se alejan de lo que han sido históricamente, sino que la economía argentina ha sido un espiral en caída.
Así, en una Punta del Este relegada para los turistas argentinos de alto poder adquisitivo, los brasileños se abrieron paso. Según cifras de la oficina de Migraciones de Uruguay, más de 45 mil brasileños llegaron en la última semana, un 20% más que el último año. Si bien históricamente por cada cinco turistas argentinos se registraba uno de Brasil, hoy la proporción es casi de dos a uno. “Hay un signficativo incremento en la cantidad de turistas brasileños”, destacó Monzeglio, y advirtió: “Esto responde a que apuntamos todas nuestras baterías en el sur de Brasil, sobre todo en un radio de kilómetros de gente que pudiera venir con su propio automóvil”.
También resulta cada vez menos extraño escuchar voces de Estados Unidos o de países europeos, quienes principalmente eligen hoteles de lujo en La Barra o José Ignacio. En este contexto, el presidente de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este, Javier Sena, auguró una ocupación de hasta el 95%, con un 100% de ocupación en “propiedades suntuosas”.
Los puntos más elegidos
El movimiento turístico, que comenzó principalmente después de Navidad, se dio en todos los barrios que atraviesan a Punta del Este. En Punta Ballena, el histórico restaurante y club de jazz Medio y Medio –enclave ideal para músicos argentinos y la región– celebró el comienzo de temporada y será anfitrión de una batería de propuestas con músicos como Fabiana Cantilo, Fabián “Zorrito” Von Quintiero, El Kuelgo y Axel.
“Nos emociona saber que cada vez son más quienes nos están esperando, que la tradición e historia de nuestra casa tuvo que echar raíces fuertes para sostener tanto amor por la música porque, claramente, el árbol que hoy es Medio y Medio es el que conformamos todos”, evaluó Leandro Quiroga Ferreres, dueño del establecimiento, que también integra la dirección de Cámara de Empresarios Gastronómicos en el Este. “Estamos cumpliendo 28 años de vida, y nuestro querido festival, nuestro espacio, el gran árbol, está más firme que nunca”, resumió.
En la otra punta del corredor esteño, en José Ignacio, las playas Brava y Mansa se colman de locales y turistas que se sorprenden al ver la ciudad inmersa otra vez en un mar de turistas, a pesar de la economía desfavorable para los argentinos.
Las reservas en lugares más solicitados, como el clásico Parador La Huella, son difíciles de conseguir. Hasta al 12 de enero no hay una mesa disponible en el sistema para conseguir un cubierto. En Kero by Osaka, una de las propuestas novedosas de esta temporada del hotel Enjoy, la realidad también superó las perspectivas iniciales. La sede pop-up con origen en Lima, Perú, llegó como segunda sede a la Punta, con la primera abierta en José Ignacio.
En La Barra y Manantiales, foco neurálgico sobre todo para los jóvenes, se concentra una amplia oferta gastronómica de la ruta 10, muchas de las que ya pasaron a abrir sus puertas los 365 días del año, como los clásicos Baby Gouda, Rex, La Linda y Legua. Allí se despliega también gran parte de las fiestas que, a pesar de que las entradas superan los 100 dólares, se llenan y multiplican al pasar los días.
“No dudamos nada en venir porque teníamos dónde alojarnos”, explicaron a LA NACION Thomas Breda (24), Gerónimo Lallana (25), Bruno Ferre (23) y Agustín Lavallén (23), cuatro amigos de la ciudad de Córdoba, que llegaron a Punta del Este en auto un día antes de despedir el año. “Es la misma movida que el año pasado, aunque hay más fiestas”, destacaron y, al ser consultados por los precios, resumieron con una muletilla: “El que convierte, no se divierte”.
A pesar de la brecha y precios equiparables a otros destinos internacionales, la mayoría de los turistas argentinos confiesan un cariño entrañable por Punta del Este, motivado por los años de veraneo en el balneario uruguayo. Así, muchos están dispuestos a desembolsar una pequeña fortuna por visitar el destino, sobre todo los que no son propietarios, pero suelen limitar el viaje a menos días que los que solían.
La ocupación en los llamados The Big Five –cinco resorts de máxima categoría– supera el 85% para la primera quincena, mientras que hasta el Día de Reyes llega al 100% en la mayoría de los casos. “El comienzo de la temporada para nosotros fue alentador”, definió Javier Azcurra, director de Relaciones Institucionales & Ventas del Hotel Enjoy. “Tuvimos 1600 personas cenando en el hotel; agotamos todos los lugares del 31. Estamos con 100 por ciento de ocupación hasta el 8 de enero”.
Azcurra destacó una “muy buena respuesta del público argentino, confiado y esperanzado por el cambio de gobierno se han animado a venir”. “Ha habido consultas para febrero e incluso y marzo en la oficina comercial de Argentina, donde tenemos la posibilidad de que nos paguen incluso en pesos”, agregó.
El pronóstico
El rendimiento del resto de la temporada de verano –tal como ocurre desde hace años- se mantiene en una incógnita. Autoridades y referentes de la industria turística advierten que los datos probablemente sean similares a los del último año, aunque destacan el clásico declive acompañado por la salida del flujo de turistas después del 10 de enero.
La presidenta de la Cámara de Hoteles de Punta del Este, Analía Suárez, señaló que, dado el contexto económico desfavorable, se instaló la tendencia de dejar las reservas a último momento. “Así se vuelve más complicado definir cómo continuará la temporada”, dijo a este medio.
“La situación argentina es incierta, porque la segunda quincena solía ser el momento en que llegaba la clase media y puede ser que venga menos”, advirtió, y cerró: “El año pasado mermó bastante, tengo expectativas de que no merme tanto y de que sea una mejor temporada. Hay muy buena recepción, la gente está viniendo de alguna manera u otra”.
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