Se adelanta la compra de útiles escolares
La oferta de productos se inició a comienzos de mes; los precios subieron un 24%, pero los padres son más precavidos y selectivos
Están las madres que eligen la atención personalizada y los consejos del viejo librero de barrio, las que se agrupan para comprar al por mayor, las que aprovechan las promociones de los bancos y las que adelantan las compras para poder hacerlas en forma escalonada y así reducir el impacto en el bolsillo. Este año, llenar la mochila cuesta más caro, la oferta de productos se adelantó y cualquier estrategia es válida para gastar menos.
Un relevamiento efectuado por LA NACION en varias librerías y supermercados de Caballito, Once, Palermo, microcentro y otros barrios porteños arrojó un aumento promedio del 24,4% respecto de 2011. Como referencia se tomaron 14 productos indispensables. Otros relevamientos de entidades del sector estimaron los aumentos entre el 14 y el 33%.
"A fin de año, el colegio entrega la lista escolar y trato de ir comprando de a poco, en vez de todo en un solo día", dice Beatriz Roldán, mientras elige carpetas en Teorema con su hija Milagros, que pasó a séptimo grado. Fabiana Cassano, de Palermo, cuenta que en febrero sólo se lleva algunos productos, lo más básico, y que el resto lo compra a lo largo del año. "En el colegio ya no piden todo a principio de año, sino que van pidiendo a medida que se necesita", explica.
En los primeros días de febrero ya se podían ver en los supermercados algunas góndolas con útiles escolares. "Este fue el año en que más se adelantaron las compras, si tenemos en cuenta los últimos cinco. En vez de esperar hasta la tercera semana de febrero, la gente empezó a comprar a principio de mes", señala Daniel Dalul, presidente de la cadena de hiperlibrerías Koruya. Y agrega que los "prolijos" que empezaron en diciembre fueron pocos.
Daniel Iglesias López, presidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (Capla) y dueño de la librería Thesis, estima que el aumento de los productos masivos -los básicos e indispensables- fue del 7%, el mismo porcentaje de aumento que tendrá la canasta escolar "oficial" acordada por la Secretaría de Comercio Interior.
En el caso de los productos selectivos -los que por sus atributos diferenciales son elegidos por una clientela más exigente- Iglesias López sostiene que el aumento fue del 14 al 18%. "Los hay de todo tipo y calidad. Algunos aumentaron pero hay otros que ahora se consiguen más baratos", explica. Aldo Corbo, encargado de Teorema, avala estos porcentajes.
Para Dalul, los precios de los artículos de librería registraron una suba del 20%. Según sus estimaciones, el rubro papelería fue el que más aumentó. Los precios de los cuadernos, repuestos y carpetas se incrementaron un 25%. En cambio, el rubro escritura (lápices, bolígrafos, plumas y lápices de colores) fue el que menos aumentó: sólo un 18%. En el resto de los útiles (reglas, gomas de borrar, sacapuntas, tijeras) el aumento fue del 20%.
Un relevamiento efectuado por Consumidores Libres en negocios minoristas de la ciudad de Buenos Aires demostró que los productos de la canasta escolar aumentaron el 33,19% respecto de 2011. El relevamiento comprende 37 productos de librería y cuatro de indumentaria escolar. Así, un bolígrafo azul que el año pasado costaba $ 1,50, este año vale $ 2; un lápiz corrector que costaba $ 4,50, ahora cuesta $ 6 y un cuaderno forrado de 48 hojas que el año pasado salía $ 11, hoy cuesta $ 15.
"Si se seleccionan determinados productos puede que se refleje un aumento menor, del 7%, pero la realidad es otra", dice Héctor Polino, representante legal de la entidad.
Variedad
Iglesias López sostiene que con 100 pesos un chico puede tener todo lo necesario para ir a la escuela. Dalul, por otro lado, señala que la variedad de precios es muy grande y que todo depende de la elección. "Un chico de primer grado puede tener todo lo necesario por 300 pesos, haciendo una compra económica. Pero alguien de clase media y media alta, puede llegar a gastar, en promedio, alrededor de 900".
Al igual que en años anteriores, las primeras marcas se venden cada vez más en detrimento de las segundas marcas. "La gente prefiere gastar un poco más y llevar un producto de mejor calidad", dice Dalul. Tal es el caso de Alejandra García Pinasco, de Córdoba, que tiene tres hijos en edad escolar, y que prefiere comprar algunas cosas durante sus vacaciones en Buenos Aires porque, dice, consigue mejores y más variedad: "Ya me pasó de comprar barato y tener que hacer la compra dos veces porque no duraba nada". Y agrega que, en promedio, gasta 300 pesos por cada uno.
Capla aconseja recurrir a un librero de confianza y dejarse asesorar. "El librero de barrio es un «alto recomendador» y además, ofrece un servicio posventa: si te equivocás, te cambia el producto; si está fallado, te respeta la garantía", dice Iglesias López. Desde Consumidores Libres coinciden en que comprar en estas librerías en vez de en las grandes cadenas de supermercados resulta más económico. Sin embargo, hay quienes, como Susana Conti, prefieren comprarlos en los supermercados. "Al «super» tengo que venir sí o sí, entonces de paso compro los útiles de los chicos y, además, pago con tarjeta y me hacen descuento", dice.
Otra buena opción es realizar las compras en grupos o a través de las cooperativas escolares o recurrir a las promociones de las tarjetas de crédito que, en algunos casos, ofrecen un 20% de descuento y la posibilidad de pagar hasta en 6 cuotas sin interés.
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