The Police volvió a lo grande, a 27 años de su primera visita
Esta vez el público adolescente no fue mayoría en el estadio de River Plate, porque la convocatoria resultó un poco más amplia, y era de esperar que así fuera dada la veteranía de la banda convocante. Aunque se vieron algunos padres con sus hijos, en general se impusieron las parejas y los grupos de amigos, de veinteañeros, treintañeros y hasta cuarentones; como un grupo de una decena de brasileñas y brasileños que muy cerca del escenario ostentaban como uniformados remeras que decían The Police Buenos Aires 2007 .
Pero todos se fundieron en una sola voz cuando, minutos antes de las 21.30 (la hora estipulada para el comienzo del show), Sting, Andy Summers y Stewart Copeland salieron a escena y con "Message in a Bottle" y un "¿Qué tal Buenos Aires?" de parte del cantante y bajista, The Police dio comienzo a un show que se convirtió en una catarata de clásicos.
Entre ellos, "Synchronicity II", al que siguió "Walking on the Moon" y, a lo largo de la noche, otros como "Voices Inside My Head" y "Don t Stand so Close to Me", entre la veintena de temas interpretados de los álbumes grabados entre finales de los setenta y mediados de los ochenta Outlandos d Amour , Reggatta De Blanc , Zenyatta Mondatta , Ghost In The Machine y Synchronicity .
Los tres músicos, vestidos de oscuro, eran reproducidos y magnificados por una de las tres pantallas ubicadas al fondo del escenario, y a las que se sumaron, ya con imagen global, dos a ambos lados.
Beck, el brujo
También fue muy puntual la actuación de Beck, que, a las 19.30, y mientras comenzaba tímidamente a llenarse la capacidad del estadio, comenzó un show que se extendería por una hora y 16 temas, entre los cuales se anotaron "Loser", "Devil s Haircut", "Where It s At", "Girl" y "The New Pollution", "The Information" y "Nausea", estos dos últimos del más reciente álbum de este extraño y ecléctico artista.
Acompañado por una banda clásica -guitarra, bajo, batería y teclados-, el californiano se limitó a tocar, sin decir una sola palabra a lo largo de la hora en que ocupó el escenario vestido de negro y con un sombrero en punta, casi de bruja, pero brindó la mejor forma de esperar a The Police: con buena música.
Es que la gente que iba llegando al estadio mientras caían algunas gotas aisladas de lluvia sabía que esa noche habría algo más. Por un lado, la memoria y la nostalgia se pondrían en acción, con cada uno de los temas que la banda tocara.
Pero, además, casi todos estaban al tanto de que The Police había elegido grabar estos dos conciertos en Buenos Aires para ser editados en DVD como registro de esta gira del regreso del cantante y bajista Sting, el baterista Stewart Copeland y el guitarrista Andy Summers.
Lujos locales
A su llegada, y lejos de los escenarios, los músicos del trío fueron declarados "huéspedes de honor" de Buenos Aires por la Legislatura porteña. Según el proyecto del legislador Alejandro Rabinovich, fue por su "compromiso social" y su labor "en defensa del cuidado del medio ambiente".
Un regreso a lo grande, tras 27 años, cuando The Police tocó por primera vez en Buenos Aires, con un show en New York City y otro en el estadio Obras, que pasó a la historia del rock local, porque en plena dictadura, el guitarrista de la banda, harto de que la policía obligara al público a quedarse sentado, le propinó un puntapié a uno de los uniformados.
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