
Una nueva zona roja en pleno centro
A partir de las 21, la calle Marcelo T. de Alvear comienza a ser transitada por prostitutas; quejas de los comerciantes
1 minuto de lectura'
Cae la noche sobre la plaza San Martín. Los oficinistas presurosos parten rumbo a sus casas, los negocios de Florida comienzan a bajar sus persianas o a encender las luces de las vidrieras. Sólo algunos turistas se quedan todavía recorriendo sin prisa las calles de una de las zonas más coquetas de la ciudad.
De entre el grupo de personas que están aún en las calles llama la atención media docena de atractivas mujeres que, como si esperasen un colectivo, se detienen en el borde de la vereda de Marcelo T. de Alvear, frente a la plaza.
Sus ojos siguen los automóviles y paseantes, que poco a poco empiezan a entender de qué se trata el juego.
"Ni te podés imaginar lo que podemos ofrecerte en una noche", insinúa una de las mujeres que desde hace algunas horas esperan la llegada de un eventual cliente.
La escena, tal vez habitual en otros barrios de la ciudad, como Palermo, Constitución, Flores o Núñez, sorprende al ser reproducida con el tradicional edificio Kavanagh y el imponente Círculo Militar de fondo.
Jóvenes y bellas
Natalia es alta. Mide 1,80 metro. Tiene pelo largo y oscuro. Sus ojos son como los de una gata. A su lado está Karina, un poco más baja y con el pelo ensortijado. Las dos son jóvenes y visten con pantalones oscuros y remeras poco llamativas, como si acabaran de salir de una reunión de trabajo.
Si no fuese porque están paradas durante horas en el mismo lugar y por mantener sus miradas fijas y penetrantes sobre los hombres que circulan por Marcelo T. de Alvear, casi imposible sería adivinar que se trata de dos prostitutas.
De hecho, muchos vecinos consultados por La Nación jamás se habían percatado de la presencia de las meretrices hasta que se les hizo la observación.
Natalia y Karina son sólo algunas de las chicas que trabajan allí desde hace pocas semanas. Ellas saben que no están ni en Godoy Cruz ni en una calle de Constitución o de Flores. Por eso, actúan con mucha más discreción.
Primero, buscan el contacto visual. Mantienen la mirada hasta que esgrimen una sonrisa cómplice. Luego esperan escuchar alguna proposición y, en caso de no recibirla, preguntan, en un murmullo: "¿Podemos ofrecerte algo?" Los servicios que brindan, obviamente, no son económicos. Acostumbradas a tratar con extranjeros, dada la gran cantidad de hoteles establecidos en la zona, el precio lo expresan directamente en dólares.
"Por cien dólares hacemos casi todo. Pero por ciento cincuenta hacemos lo que quieras", ofrece Karina.
Los comerciantes de la zona se muestran molestos con la aparición de "las chicas". Aseguran que "cada vez son más" y reconocen que no les ocasionan grandes inconvenientes. Una vecina que vive en el edificio Kavanagh, a menos de cien metros de donde se reúnen las jóvenes, comentó a La Nación :"La verdad es que a mí no me molestan; es más, me dan lástima. Me da la impresión de que no son ni sucias ni ordinarias porque nunca vi ningún tipo de desorden por ahí. No son como las que andan por Godoy Cruz o por el Bajo, esas sí andan con mucha menos ropa y son mucho más demostrativas".
Crece la vida nocturna
Es que, además de esta nueva zona roja instalada frente a la plaza San Martín, en los últimos años ha surgido otra a la sombra de los nuevos bares y pubs que se fueron estableciendo en este sector de Retiro.
Con el crecimiento de la vida nocturna, las prostitutas comenzaron a ofrecer sus servicios en la zona comprendida por la avenida Córdoba, y las calles San Martín y 25 de Mayo. Durante el día, pero especialmente a la noche, las prostitutas circulan por las calles o se sientan a esperar en alguno de los tantos bares con vidrios oscuros que abundan en la zona.
Según autoridades de la comisaria 15a. de la Policía Federal, las prostitutas empiezan a trabajar a partir de las 21, sobre Marcelo T. de Alvear.
"Cada vez que se las encuentra en el momento en que están llevando adelante la oferta de sexo se les labra un acta de contravención al Código de Convivencia Urbana y se las intima a que cese la contravención. En el caso de que continúen, se llama al fiscal de turno para que autorice el traslado de la contraventora a la fiscalía", explicó el subcomisario Jerónimo Molina.
Según la policía, hay días en los que se realizan más de quince actas contravencionales. Sin embargo, reconocen que dada la discreción con la que trabajan las prostitutas en la zona, son difíciles de reconocer para quienes no suelen andar por esas calles.
Aunque el jueves último, a la medianoche, la escena fue muy diferente. Dos suboficiales registraban a los ocupantes de un Renault Clio, cuando cuatro "chicas" pasaban por allí sin inconvenientes.
"Vamos chicas, vamos", dijo una de las cuatro, vestida con minifalda, a sus compañeras. "El poli me dijo que estaba todo bien."
1
2Nuevo estudio: advierten sobre una práctica muy peligrosa para la salud que cada vez es más usada con intereses comerciales
- 3
Hay alerta amarilla por tormentas y calor extremo para este jueves 4 de diciembre: las provincias afectadas
- 4
Bajo Belgrano: el gobierno nacional subastará una manzana y hay inquietud en los vecinos

