Cuál es el impacto ambiental de los videojuegos, y cómo reducirlo
Jugar videojuegos no es neutral para el ambiente. Las consolas y juegos en línea demandan gran cantidad de energía, generan emisiones de gases de efecto invernadero y residuos electrónicos contaminantes al desechar pantallas y equipos. Pero este impacto se puede reducir y te contamos cómo hacerlo
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La industria de videojuegos es hoy más grande que las industrias del cine y la música combinadas. Según el informe 2023 de Playing for the Planet, el programa ambiental de Naciones Unidas para los videojuegos, hoy más de 3000 millones de personas juegan en línea o usando consolas en sus hogares alrededor del mundo y gastan casi 140.000 millones de dólares en juegos al año (casi la mitad del PBI de Argentina).
Estas cifras tienen su correlato en el impacto climático y ambiental de la industria gamer. “La huella de carbono de los videojuegos se genera a lo largo de toda la cadena de producción, consumo y descarte de los equipos”, comenta Federico Falcón, director de The Carbon Sink, consultora dedicada a medir y compensar la huella de carbono de personas, empresas y organizaciones públicas y privadas.
“Comienza con la fabricación de las consolas, cascos de realidad virtual, joysticks y otro equipamiento; el consumo energético y de datos que insume la programación de los juegos, pasando por el consumo eléctrico para su uso en los hogares y lo generado por el descarte cuando aparece un nuevo modelo de consola y rápidamente se vuelven obsoletas”, explica Falcón.
Según el informe de Playing for the Planet, el impacto ambiental de la producción anual de consolas, dispositivos y computadoras que se usan para jugar, es tan grande que se necesitarían entre 33 y 89 años para compensarlo. Sin embargo, estos dispositivos suelen desecharse o reemplazarse cada cinco años, lo cual contribuye al calentamiento global y la generación de residuos electrónicos altamente contaminantes.
El volumen de la basura electrónica (incluyendo consolas, auriculares, joysticks y otros dispositivos) aumenta anualmente a un ritmo acelerado. Solo un 20% logra ser reciclado, y se proyecta que para 2050 alcanzará los 120 millones de toneladas a nivel mundial.
Estos equipos, al ser descartados, liberan al ambiente sustancias contaminantes como plomo, mercurio, níquel y cadmio, que contaminan suelos, ríos, lagos y mares, y emiten gases a la atmósfera que provocan desequilibrios en los ecosistemas.

Por otro lado, jugar en línea genera un gasto energético mayor a hacerlo mediante videojuegos instalados en la computadora. El “cloud gaming” se basa en centros de datos y redes para procesar los juegos, de forma similar a los servicios de streaming. Según diversos estudios, una consola utiliza entre 50 y 150% más de energía cuando se juega en la nube.
Jugar con conciencia
Frente al enorme impacto de los videojuegos en el ambiente, “tanto los fabricantes y desarrolladores, como los gamers pueden hacer cosas para mitigarlo”, dice Falcón. Las empresas de gaming podrían:
- Utilizar servidores basados en energías renovables o carbono neutrales (esto es, que compensan las emisiones generadas invirtiendo en proyectos de forestación, por ejemplo).
- Diseñar estrategias de economía circular para disminuir los desechos electrónicos, que incluyan educación del usuario, programas de recompra y recuperación y reciclaje.
- Aprovechar sus sistemas y plataformas para generar conciencia, dar a conocer organizaciones o impulsar causas ambientales a través de sus sitios y juegos.
- Medir su huella de carbono y mitigar sus emisiones, mediante créditos de carbono certificados.
En tanto, por el lado de los usuarios, se recomienda:
- Apagar los dispositivos de juego cuando no estén en uso para tratar de reducir algunas de las emisiones que generan.
- Descargar juegos solo si realmente serán utilizados, y eliminar aquellos que no se usan con frecuencia para hacer un uso eficiente del espacio en el servidor o la consola.
- Intercambiar y compartir videojuegos con amigos, en lugar de comprar nuevos. Esto genera además lazos de amistad y sociales.
- Actualizar los sistemas periódicamente o reparar los equipos antes de descartarlos, para prolongar sus años de uso. En caso de descarte, averiguar cómo se desechan correctamente en cada municipio para su posterior reciclado, o consultar organizaciones que reciban equipos para reparar y donar como la Fundación Equidad.
Videojuegos ecológicos
Siendo los videojuegos una enorme herramienta para la educación y el cambio de hábitos, cada vez más desarrolladores se vuelcan a lanzar títulos que fomentan la conciencia climática y ambiental.
- Más allá del Azul (Beyond Blue): los jugadores asumen el papel de Mirai, una joven científica que investiga los misterios del océano y lucha contra la contaminación de los mares.
- Minecraft: ciudad sostenible: Desarrollado por Microsoft, e inspirado en su reporte anual de sostenibilidad, este juego enseña a los jugadores sobre las energías limpias, la eficiencia energética en los hogares, el tratamiento del agua, el reciclado y otras acciones en favor del ambiente.
- Los Sims 4: en esta versión de la saga, el foco está puesto en tomar decisiones para lograr una vida sostenible en una comunidad colaborativa: desde las fuentes de energía hasta los medios de transporte para trasladarse y los materiales para construir las viviendas, cada elección y cada acción tienen un impacto en el futuro de la sociedad.
- Argentina Recicla: El primer “videojuego cartonero”, desarrollado por programadores argentinos junto a recicladores y recicladoras, enseña las claves de la separación de residuos en origen y cuál es el camino de la basura.
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