Moto Z2 Play: probamos el heredero del trono modular
Cómo es el segundo teléfono de la línea Moto Z que se vende en el país, y que es compatible con sus accesorios, incluyendo el nuevo gamepad
Motorola presentó hoy en la Argentina el Moto Z2 Play, que debutó en el mercado internacional en junio último y que estuve probando en las últimas semanas. El Z2 Play viene a extender el renombre de su antecesor, el excelente Moto Z Play (el smartphone más vendido del país en su segmento de precio en la primera mitad de este año), con un equipo que mantiene algunos de los conceptos y toma decisiones polémicas respecto de otros.
El Moto Z2 Play es el quinto teléfono de la familia Moto Z , que ofrece una serie de accesorios que se adosan al teléfono gracias a un conector magnético en el dorso: baterías externas, parlantes, una cámara de fotos con zoom óptico, un proyector y, acompañando a este modelo, una cámara 360 y un gamepad (que tiene un precio local de 3000 pesos). Todos los Moto Z nuevos y viejos son compatibles con todos los MotoMods (como se llaman estos accesorios) disponibles y con los futuros también (al menos, hasta los del año próximo).
En breve
Como el Moto Z Play original, el Moto Z2 Play no incluye un hardware de super alta gama, pero logra igual un muy buen rendimiento, encontrando un balance correcto entre la velocidad del procesador, la batería (más chica que la anterior, pero que igual alcanza para todo el día con comodidad), una cámara más que decente y una interfaz de usuario impoluta que le da agilidad al equipo, con los accesorios modulares como atractivo secundario.
Motorola lo vende sin línea a 14.999 pesos en su oferta de lanzamiento; incluye el nuevo MotoMod de parlantes JBL ($ 3500 si se compra por separado), o la cámara 360 ($ 8000 si se compra por separado); también se venderá en las cadenas de electrodomésticos (al mismo precio) y en las operadoras, a diferente precio según el abono elegido. Por ahora, sin embargo, tanto Claro como Movistar lo ofrecen a un precio mayor (cerca de 18 mil pesos), porque incluyen cuotas; en el caso de Claro incluye un MotoMod. Es probable que más adelante lo ofrezcan a un precio menor.
Cómo es
El Moto Z2 Play es -a la fuerza- casi idéntico a su antecesor: tiene la misma silueta para mantener la compatibilidad con los accesorios.
Ofrece la misma pantalla Super Amoled de 5,5 pulgadas y resolución Full HD, que está lejos de las pantallas sin marcos de este año de Samsung, LG y otros, pero igual es muy buena, con buena reproducción de color y visibilidad al sol directo (aunque sin la saturación de color de otros paneles).
La parte trasera del teléfono abandona el vidrio y ahora es de metal, con los laterales redondeados, por lo que resulta cómodo al tacto, aun sin usar las tapas cosméticas: hay de varios colores, de madera, cuero, nylon, etcétera. También se puede usar sin ellas, pero deja los conectores al aire.
Es más delgado que el Z Play (apenas 6 mm para el cuerpo; la cámara sobresale un par de milímetros), lo que contribuye a la comodidad en la mano, y hace que aun con un MotoMod el equipo no sea tan grueso.
Los botones de volumen y bloqueo están en una buena ubicación en el lateral derecho del equipo; al frente está el infalible sensor de huellas digitales, más grande y sin el borde molesto que tenía el modelo anterior.
El motorcito
Detrás de la pantalla está un procesador Qualcomm Snapdragon 626, casi idéntico al Snapdragon 625 del Z Play original (o del Moto G5 Plus): es apenas un poco más veloz, y por lejos el punto más flojo de la nueva propuesta de Motorola... hasta que se lo usa por un tiempo. Y es que en efecto, no llega a la velocidad del Galaxy S8 (o algún otro equipo con un Snapdragon 835), pero esto sólo se notará con ambos equipos lado a lado; en la enorme mayoría de las tareas esta lentitud relativa no se nota, ni siquiera en los juegos. Cuando mucho, es que tarda más en cargar un juego pesado, pero es algo difícil de percibir (y no es nuevo ni exclusivo de Motorola). Lo ayudan los 4 GB de RAM para que no pierda agilidad, como el hecho de que corre un Android 7.1 con apenas algunos agregados menores (los clásicos de la compañía) que no ralentizan el sistema operativo.
Completan el hardware interno los 64 GB de almacenamiento (expandibles por microSD), la radio FM, la conectividad 4G (sin problemas de recepción: tiene varios micrófonos para cancelación de ruido que cumplen muy bien su tarea), Wi-Fi, GPS, Bluetooth 4.2, el conector de audio miniplug y el conector USB-C (reversible) que admite carga rápida.
Menos autonomía, pero no tanta
Para hacer el teléfono más liviano y delgado, la compañía incluyó en el Moto Z2 Play una batería de 3000 mAh, contra los 3510 mAh del Z Play de 2016. En el modelo del año pasado, esto era una razón de venta ineludible: la batería era eterna y permitía llegar al final de un segundo día sin cargar. Aquí la autonomía es más modesta, pero no hay razón de alarma: gracias a que el procesador privilegia la economía de recursos por sobre la velocidad extrema, es fácil llegar al fin del día con 30 por ciento de batería o más.
Así, mantiene al menos la idea de que el Z2 Play es uno de esos equipos en los que la batería sólo se carga por la noche, y no importa si es tarde en la noche. Por supuesto, siempre se puede sumar un MotoMod de batería, que es lo que quiere Motorola: más inversión en los accesorios implica un mayor compromiso con la marca. El teléfono se puede cargar con cualquier batería externa o cargador que tenga un cable USB-C.
La cámara va mejorando
El elemento que falta describir es la cámara. La frontal es de 5 megapixeles (como el Moto Z Play original) y tiene su propio flash de dos tonos, para asegurar que las autofotos salgan bien iluminadas.
La cámara trasera, que sobresale del cuerpo del equipo para hacer de anclaje para los MotoMods, es de 12 megapixeles, con sensor Dual Pixel, apertura f/1.7 y foco por láser y por detección de fases (PDAF). Es una cámara 100% Motorola: es rápida, es fácil de usar y logra fotos muy buenas… pero no está al nivel de lo que sus competidores ofrecen en sus equipos más sofisticados. Las imágenes son correctas, tienen buena definición y color; sus limitaciones se notan en situaciones de poca luz, o de claroscuros, donde equipos como el Galaxy S8 (o incluso el S7) obtienen mejores resultados. Un responsable aquí también es el procesador: el Snapdragon 626 no puede hacer magia al procesar todos los datos que obtiene el sensor.
Lo de la cámara es una pena, porque es el elemento en el que Motorola mejora año a año, pero manteniendo la distancia (en vez de acercarse) respecto de las demás compañías.
El Z2 Play tiene un hermano, el Z2 Force, con doble cámara trasera, una pantalla resistente a golpes (pero no a rayones) y un procesador de última generación, pero no se venderá en el país por ahora.
Gracias por el software
Donde sí acertó Motorola desde el primer día del Moto X de 2013, y lo sigue haciendo, es con el software. Es el mismo Android que sale de Google, con unos pocos agregados, todos muy bien resueltos: sobre todo, las notificaciones con la pantalla bloqueada, que son las mejores de todo el ecosistema Android, porque se puede actuar sobre ellas sin desbloquear el equipo; los gestos con la muñeca para activar la cámara; los comandos de voz sin tocar el teléfono (fue la primera en lograrlo); le agrega un filtro de luz azul, como otras compañías, una herramienta de “belleza” para la cámara frontal, y recupera el gesto de acercar la mano al teléfono -sin tocarlo- para que muestre la hora.
Además, como en el Moto G5, es posible configurar el sensor de huellas digitales para que reemplace los tres botones de control de Android: un toque va al inicio, deslizar el dedo del sensor a la izquierda equivale al “atrás”; mover el dedo del sensor a la derecha abre la lista de aplicaciones recientes. Funciona muy bien, y permite aprovechar mejor la pantalla.
Y como es Android 7.1 puro, tiene cosas que Google ofrece y que otros fabricantes deshabilitan, como los menús emergentes con acciones específicas al hacer una presión larga sobre un ícono (similar al 3D Touch de Apple).
Una buena del Moto Z2 Play: como usa el Android 7.1 casi pelado, sobreviven ideas de Google como esta (presión larga sobre el icono) pic.twitter.com/7U7n2xAmJJ&— Ricardo Sametband (@rsametband) 7 de septiembre de 2017
Los accesorios
Los MotoMods funcionan muy bien tanto los nuevos como los viejos: la vinculación es instantánea y sólida. Los de la batería y los parlantes son muy convenientes, y este año la compañía los mejoró: los parlantes JBL ahora son resistentes al agua, y la batería TurboPower ofrece carga rápida y duplica la autonomía del teléfono.
El gamepad, que tiene su propia batería de 1035 mAh para no matar la del teléfono, funciona muy bien y es muy cómodo; la limitación está, en rigor, en la compatibilidad de Android con este tipo de accesorios. Motorola creó Moto Game Explorer, que promociona juegos compatibles. Este sitio recopila todos los juegos de Android compatibles con gamepads (sea el de Motorola o uno estándar Bluetooth)
Por supuesto, el valor de los accesorios modulares no está en el precio: se puede comprar un parlante Bluetooth o una batería externa de mil marcas y precios, y que funcionarán con este equipo igual que con cualquier otro; pero no permitirán el mismo grado de integración; quedan muy bien acoplados (como si fuera un único dispositivo, más grueso), no ocupan el puerto USB, la activación es instantánea, etcétera.
No es super alta gama ni necesita serlo
Para quienes ya tienen la versión anterior, las mejoras no son enormes, pero son notorias (sobre todo en la cámara); y pueden seguir usando los accesorios anteriores; para el resto la clave estará en el interés por los MotoMods y en el precio al que se pueda conseguir en las compañías telefónicas; por ejemplo, el Galaxy S8 (por poner el ejemplo de máxima para el mundo Android) tiene un precio local liberado sin línea de 20 mil pesos, es decir, 5000 pesos más que el Z2 Play; las operadoras venden el Samsung Galaxy S8, con los abonos más caros ($ 600 para arriba), al precio que Motorola vende el Moto Z2 Play sin línea.
Lo mejor que tiene el Moto Z2 Play es que gracias a la combinación de hardware y software es un equipo sólido, que nunca te va a dejar a mitad de camino: es cómodo, el diseño es clásico pero bien logrado, funciona bien y rápido, la batería dura un montón, la cámara es muy confiable. A la vez, no es el que más autonomía ofrece, no es el equipo más rápido del mercado, la cámara no es impactante como lo último de Samsung, Apple, LG, OnePlus o Huawei (que están, en general, en otro nivel de precios). Pero es un teléfono que, sobre todo, es muy placentero de usar, y donde las limitaciones se olvidan rápido: es un dispositivo con el que uno nunca se pelea, a diferencia de lo que sucede a veces con modelos de otras compañías, porque todo funciona como debe y como uno espera. Es un gran teléfono por el precio que tiene.
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