¿Se pueden usar criptomonedas para comprar en comercios de cercanía?
Qué alternativas hay para comprar en un negocio convencional con dinero en bitcoin o ethereum
El mundo cripto sigue creciendo en la Argentina. Según la consultora Chainalysis, el país es el noveno del mundo en “intensidad de adopción”. En contexto de inflación, puede ser un refugio de valor, aunque muchas de ellas (como bitcoin o ether) también tienen precios volátiles y no asegurados como sí las tienen las monedas que acompañan la evolución del dólar (las llamadas stablecoins). Pero en definitiva, hay una pregunta de fondo, más cercana al mundo cotidiano y no al financiero: ¿se pueden usar para comprar cosas en el comercio de cercanía? La respuesta es sí, aunque hay que tener bien claro lo que esto implica en el corto y en el largo plazo.
Hay varias empresas que además de ofrecer la posibilidad de comprar criptomonedas (funcionan como exchange, es decir, como intercambio con el dinero tradicional) otorgan una tarjeta de débito, cuyos saldos son el dinero adquirido en la aplicación, que pueden ser bitcoin, ether o cualquiera de las criptomonedas que ofrezcan.
Por cada compra, además, otorgan un cashback: una devolución del monto gastado (un porcentaje menor, cercano al 2 por ciento) que se acredita en la propia billetera cripto.
Lemon App
La aplicación, que acaba de expandirse a Brasil, tiene una tarjeta Visa prepaga contactless que se envía gratis a los usuarios de la app. Con saldo en criptoactivos, se puede empezar a comprar. Gastar cripto (ofrecen cuatro monedas) equivale a vender. Cuando se hace un consumo con tarjeta, en pesos, el sistema vende su equivalen te en criptomoneda para pagarle (en pesos) a quien recibe el pago. La tarjeta de débito en sí es estándar; es decir, se puede usar en cualquier comercio. Por último, ofrecen reintegros en bitcoin, un equivalente al 2 por ciento del valor de la compra.
Belo App
Desde hace ocho meses ofrecen la posibilidad de utilizar tarjeta de débito MasterCard, tal como funcionan las fintech más tradicionales (Ualá, por caso) con cuentas en pesos. En este caso, el saldo a utilizar son las criptomonedas del usuario (ofrecen tres estables, que siguen el ritmo del dólar, con Bitcoin y Ether). La tarjeta puede ser física o virtual. Esta última puede ser cargada en Mercado Pago, y pagar desde allí. Además ofrecen cashback, una devolución aleatoria que va entre el 1 y el 21 por ciento del valor de lo adquirido.
Buenbit
A diferencia de las otras dos, la tarjeta prepaga (MasterCard) de Buenbit requiere, por ahora, que se le cargue dinero previamente. El usuario puede elegir por ejemplo transformar bitcoin en moneda local, y entonces sí la tarjeta estará lista para ser utilizada en cualquier momento y lugar que acepte. Al igual que las otras, tiene reintegros. En este caso, del 2% de lo que gastes con tu tarjeta al momento. También existe una prepaga virtual y otra física.
A mirar con atención: la volatilidad y las comisiones
Las criptomonedas “operan” las 24 horas del día. Esto significa que su precio puede variar en forma significativa (subir o bajar) incluso varias veces durante el mismo día. Por lo cual un punto a tener en cuenta es mirar bien cuál es el precio de compraventa en el momento de la transacción, y pensando que históricamente el precio de las criptomonedas ha tendido a subir con el tiempo, pero también tiene, cada tanto, caídas importantes; esto implica que un gasto en criptomoneda puede, en el largo plazo, salir carísimo. Un ejemplo extremo es el de Laszlo Hanyecz: en 2010 se convirtió en la primera persona en pagar una pizza con bitcoin. Hanyecz compró dos pizzas por 10.000 Bitcoin en 2010 a la cadena Papa John’s. En aquel momento equivalían a 41 dólares. Ahora, su vlaor sería de más de 400 millones de dólares.
Por otro lado, Ignacio Carballo, docente e investigador, agrega que hay que “tener en cuenta las comisiones y las tasas de cambio, porque eso se termina agregando al valor final del bien, y las compras de bienes y servicios terminan siendo más caras”.