La película: Bullitt (1968), dirigida por Peter Yates. El escenario: las empinadas calles de San Francisco. Los actores mecánicos: un par de Ford Mustang 390 GT 2+2 Fastback (el auto del bueno) y dos Dodge Charger 440 Magnum R/T (el de los malos). Los conductores: Steve McQueen (teniente Bullitt), el actor y uno de los mejores dobles-conductores de la época Bill Hickman (Phil en la película y piloto de los Charger) y el también doble Bud Elkins (que sustituyó a McQueen en algunas tomas). La escena: quizás la mejor persecución de autos de todos los tiempos (con música del argentino Lalo Schifrin). Si no lo es, dejó sin duda huellas pioneras indelebles, porque ha sido copiada hasta el hartazgo.
Steve McQueen (24/03/1930-07/11/1980) era un fanático de los autos y las motos. En muchos de sus films hizo gala de su capacidad conductiva con unos y otras. También lo hizo en las pistas: con su propio sport prototipo Porsche 908 3.0 L (el mismo con el que filmó en 1971 buena parte de su película Le Mans) fue segundo en las 12 Horas de Sebring de 1970 (carrera válida por el Campeonato Mundial de Marcas) compartiendo el auto con Peter Revson, piloto profesional de F1 y Sport, y sobrino del magnate Charles Revson, dueño del gigante de los cosméticos Revlon. Llegaron apenas detrás de la ganadora Ferrari 512S 5.0 de Mario Andretti (subido a último momento para alcanzar y pasar al Porsche de los norteamericanos), Ignazio Giunti y Nino Vaccarella.
El Mustang de Bullitt (con algunas modificaciones, como las llantas de 17”) era, como se dijo, un 390 GT con motor V8 6.4 L de 335 HP a 4600 rpm de potencia y 579 Nm (59 kgm) a 3200 rpm de torque. Con caja manual de 4 marchas, aceleraba de 0 a 100 km/h en 7,8 s, de 0 a 400 m en 15,5 s y alcanzaba una velocidad máxima de 113 mph (182 km/h).
Tres de las cuatro unidades del film (los dos Charger y un Mustang, fueron destruidos), el sobreviviente fue una de las estrellas de esta edición 2018 del NAIAS, al llegar al escenario por un camino entre las butacas, para estacionarse junto al flamante Ford Mustang Bullitt (V8 5.0 L de 475 HP), que subió a la pasarela conducido nada menos que por Molly McQueen, nieta del gran Steve, y que constituye un excelente homenaje del óvalo a 50 años del estreno de esa gran película policial.
Salón de Detroit, el gran show americano
Los norteamericanos saben cómo hacer un excelente show. Nunca dejan pasar la ocasión para sorprender, divertir y hasta hacernos sentir nostalgia. Ya sea desde la ficción hollywoodense o desde la realidad de la industria automotriz local y mundial, en el ámbito del North American International Auto Show (NAIAS), que se desarrolla hasta mañana, como es tradicional, en el Cobo Center de esta ciudad.
No en vano, el máximo show de este NAIAS 2018 sin duda vino de la fusión de la ficción y la realidad. La primera fue puesta en la mesa por los 50 años del estreno de la película Bullitt de Peter Yates, protagonizada por Steve McQueen y su Ford Mustang 390 GT; la segunda, por el flamante Mustang Bullitt, nueva versión del modelo pionero entre los muscle car americanos, que rinde homenaje, precisamente, al verde Mustang de McQueen (que se creía desguazado). Así, ambos autos quedaron expuestos a las luces y los flash de decenas de fotógrafos, con el agregado de la participación estelar de la simpática Molly McQueen, nieta del fallecido actor norteamericano, famoso por su afición a los autos y las motos.
El Mustang Bullitt se basa en la plataforma 2018 del pony, pero con terminaciones especiales de alta calidad, llantas de 19”, cromados en las ventanillas y el color Dark Highland Green, idéntico al del 390 GT de la película. Está equipado, obviamente, con motor V8 5.0 L atmosférico, aunque con el sistema de admisión del deportivo Shelby GT350 y un dispositivo de escape activo, que permite variar el sonido del motor. Así, entrega una potencia de 475 HP (15 más que el GT estándar) y un torque de 570 Nm (58 kgm); se combina sólo con caja de velocidades manual de 7 marchas.
Con esta puesta en escena espectacular, Ford también muestra aquí en Detroit la pickup Ford Ranger 2019 para el mercado norteamericano (se fabricará aquí y con especificaciones locales) y el musculoso primer SUV deportivo de la marca, el Edge ST, con motor V6 Ecoboost 2.7 L de 335 HP.
Tres bloques
Además del óvalo, también General Motors y FCA (Fiat Chrysler Automobiles) disponen de un amplio despliegue en este NAIAS 2018. La primera, especialmente con la línea del superdeportivo Corvette, su gama de pickups Colorado y Silverado, y el anuncio de un futuro modelo autónomo sin volante ni pedales para 2019. También hay stands de las otras marcas de GM: Cadillac, Buick (muy fuerte en el mercado chino) y GMC, especialista en pickups y camiones. El grupo italo-norteamericano FCA, por su parte, expone modelos de todas sus marcas: RAM, con la nueva 1500; Fiat, con el 124 Spider Abarth; Jeep, con el flamante Wrangler; Dodge, en especial con sus muscle cars Challenger y Charger, y Chrysler, con la conocida van Pacifica.
Además de los tres grandes de Detroit, otro conglomerado fuerte en el mercado de Estados Unidos lo constituyen las empresas asiáticas. Tanto japonesas (generalistas y de lujo), como Toyota/Lexus, Honda/Acura, Nissan/Infiniti y Subaru, como las coreanas Hyundai, Kia y Genesis (la nueva marca de lujo del grupo). Algunos de los modelos más interesantes de este sector: el nuevo Honda Accord, el Hyundai Veloster, la primicia del Kia Forte (Cerato en nuestro país), el Toyota Avalon y el gran SUV Subaru Ascent.
El tercer bloque internacional con fuerte presencia en el mercado y la industria norteamericana es el alemán. Aquí, Volkswagen presentó la nueva generación del Jetta (nuestro Vento), que constituyó una de las principales primicias del salón; BMW el SUV compacto X2, que llegará a la Argentina a mitad de año; Audi, que mostró el A7 quattro y el R8 V10 Plus descapotable, mientras que Mercedes-Benz lanzó la nueva generación de la Clase G, su ícono off-road, y varios AMG.