El nuevo Camry no solo se destaca por su comodidad y nivel de equipamiento sino también por su mecánica potente, que estrena nuevo motor y caja de velocidades
En estos tiempos en los que los SUV parecen imponerse en todas las porciones del mercado, todavía queda espacio para los sedanes de buen porte, esos que durante décadas fueron símbolo de comodidad y distinción. Eso entienden desde Toyota y eso fue lo que llevó a la marca japonesa no sólo a actualizar sino a mejorar al modelo que es su nave insignia, el Camry.
Ya en su octava generación (fue lanzado a nivel mundial en 1982), esta berlina del segmento D llega importado de Japón en dos versiones, la 4L con motor de 4 cilindros en línea y la V6 (que probamos), y disputa esa porción del mercado en el que también se encuentran el Honda Accord, el Ford Mondeo y el Volkswagen Passat (aunque, vale aclararlo, en esta pelea queda un poco relegado debido a que su precio resulta poco competitivo al ser alcanzado por todos los impuestos por ser extrazona).
Este nuevo Camry fue rediseñado casi por completo para que la silueta no luciera tan conservadora como en las generaciones anteriores; de hecho, ahora se lo ve más fresco, casi juvenil. Así el frente muestra un diseño más agresivo, con faros angostos y alargados (tienen luces de LED direccionales) y una parrilla inferior alta y voluminosa que cubre casi la totalidad del ancho. También se le bajó un poco la línea de cintura y se le dio una mayor caída al techo (le da un look más deportivo). Mientras que la parte trasera sobresalen los volúmenes amplios que dan idea de robustez.
Lo mismo sucedió con el interior: moderno y elegante, a su amplio espacio se suma la buena calidad de los materiales escogidos (cuero en los tapizados y puertas, apliques en símil madera, recubrimientos mullidos) y terminaciones de primera. Ahí domina una nueva consola de diseño asimétrico (le queda muy bien) en la que destaca la pantalla táctil de 8", debajo de la cual se hallan los controles del climatizador de tres zonas.
La posición de manejo es fácil de encontrar ya que la butaca electrónica no sólo tiene el siempre bienvenido ajuste lumbar sino que permite múltiples ajustes, al igual que la columna de dirección. Cortinas tipo parasol en las ventanillas traseras, computadora de viaje con display digital de 7", techo panorámico, GPS, TV digital, lectora de DVD, cámara de retroceso, sensores de estacionamiento y hasta purificador de aire son parte del completo equipamiento.
Otra de las grandes novedades de este Camry 2018 está bajo del capot: el propulsor V6 de 3.5 L que impulsa a esta generación tiene una potencia de 302 CV a 6600 rpm (contra los 277 CV que tenía la anterior) y un torque de 36 kgm a 4700 rpm (antes era de 35 kgm); además estrena una nueva transmisión automática secuencial Direct Shift de 8 marchas.
La experiencia de manejo es sobresaliente. No sólo es silencioso, sino que el conjunto motor-caja funciona de maravillas para lograr un andar en el que el impulsor nunca va forzado –entre 1500 y 2000 rpm en autopista– y en el que los cambios pasan siempre en las vueltas justas. Y cuando se lo exige, el V6 comienza a hacer lo suyo y saca a relucir lo mejor que tiene: le sobra potencia y torque tanto para hacer sobrepasos como para lograr una conducción más divertida. Las prestaciones son muy buenas: acelera de 0 a 100 km/h en 6 s y alcanza una velocidad máxima de 240 km/h.
Pese a tratarse de un propulsor grande (el más potente del segmento), los consumos promedios no son tan drásticos: unos 9,8 L/100 km.
La dirección es rápida y precisa y responde con solvencia (y con el mínimo esfuerzo) tanto en recta como en curvas en velocidad. Y es precisamente en esas situaciones en las el auto transmite mucha seguridad por su agarre y aplomo notables, sin movimientos nocivos, ítem en el que colabora (y mucho) el renovado esquema de suspensiones del tipo McPherson adelante y de doble horquilla atrás, ambas con barra estabilizadora.
Punto muy destacable el de la seguridad activa y pasiva, ya que posee controles de estabilidad y tracción, siete airbags, dos anclajes Isofix, asistente de arranque en pendiente y frenos con asistente de frenado emergencia, ABS y EBD.
Como se dijo, el precio de US$ 58.900 no lo ayuda contra sus rivales. Pero sin dudas tiene argumentos de sobra para ser tenido muy en cuenta.