Referente de la radio en el país, Oscar Gómez Castañón cuenta que aprendió a manejar solo en un auto inglés “con volante a la derecha”; qué auto tiene ahora
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Oscar “Cholo” Gómez Castañón es sinónimo de radio en la Argentina. Nacido en Puerto Deseado, Santa Cruz, este reconocido conductor actualmente conduce el programa Pan casero por Radio Nacional Folklórica. Tranquilo y jovial, recordó sus inicios al volante y señaló qué es importante para él hoy al manejar.
“Aprendí a manejar solo en un auto con volante a la derecha, uno de estos pocos autos ingleses que había en la Argentina. Mi padre era un ejecutivo del Banco Nación en Esquel y dejaba el auto siempre estacionado en el frente de nuestra casa. A la hora de la siesta en el pueblo no había nadie, así que yo me subía y ahí iba practicando. Luego de mirar y analizar mucho, por mucho tiempo lo ponía en marcha, colocaba la primera y despacito desembragaba, lo adelantaba unos 10 metros y lo retrocedía 10 metros. Al estar en el campo sabía cómo se manejaba una camioneta Ford del 52 o la Chevrolet doble cabina, pero de tres puertas”, comentó el conductor.
Sus pinitos como músico y otros trabajos le permitieron poder comprar su primer auto a los 16 años. “Era tipo coupecita, una Rugby modelo 1929 que abría el baúl y tenía un asiento atrás, de cubiertas con rayos de madera. Entonces, siempre manejaba en un lugar chico y conocido, y andaba despacito hasta que aprendí”, recordó el Cholo.
Ya como conductor de radio, su primer auto fue un Fiat 128 IAVA, “tipo de competición. Me había llamado una empresa muy importante para organizar un departamento de producción de programas de radio, un área que desarrollé mucho y desde el inicio demostré que me gustaba y sabía armar equipos. Y obviamente, por eso me pagaban mucho más que mi programa de radio”, señaló.
En su vida ha tenido diversas marcas y vehículos: “Por ejemplo, compré un Peugeot 308 cuando salió fabricado acá, y me defraudó porque era muy blando y me trajo muchos problemas. También tuve una pick up Ranger, dos Jeep Cherokee (muy buenos) y muchos Ford (el último fue un Focus). Ford siempre me gustó, hacen buenos autos”, aportó Gómez Castañón.
Actualmente tiene un Fiat Cronos aunque antes de adquirirlo había pensado en un Toyota Corolla y en varios Volkswagen. “Pero cuando quise comprarlos había mucha demora en la entrega y dije: ¡No! si te pago un auto y tengo que esperar muchos meses a que me lo entreguen es que algo está andando muy mal”, mencionó. Ante esto, un amigo le sugirió el Fiat Cronos: “Fui a probar el modelo Full 1.3 L y realmente me sorprendió. Es un auto muy firme, me da confianza. La verdad es que estoy chocho. Para hacerle los primeros kilómetros me fui a recorrer la Patagonia. Es gris visón, aunque también me gusta el blanco o el gris claro, no salgo de estos tres colores”.
En cuanto a la tecnología destaca las ayudas al conductor como fundamentales y el cambio automático que “es un placer manejar, además, es secuencial, estacionás con cámaras, te ayudan los sensores, arrancás con botón... no sé cómo sería volver si me toca uno con caja manual”, afirmó Gómez Castañón.

El Sur ha sido su cuna y es un lugar en el mundo al que vuelve constantemente para seguir recorriéndolo. “Hacer todo el camino de la ruta 40, sobre todo desde Neuquén para abajo, es maravilloso. Salís de Bariloche y en vez de ir por la 40, vas a Cholila por ejemplo. Me nutren esas cosas, más las rutas de montaña porque estos vehículos de ahora con tracción delantera se meten en cualquier lado. Invito a recorrerla, meterse en lugares diferentes sobre todo en Río Negro y Chubut”, sugirió.
Con tantos viajes, ante una falla se anima a cambiar un neumático, no más ya que para él meter mano a estos autos “no existe, no hay que hacerlo nunca. Vendí mi Focus recientemente con 150.000 km y jamás le pasó nada porque lo hice y recomiendo ir al concesionario oficial y hacer los services en el tiempo indicado, porque aunque parezcan caros, no vas a tener que ir a otro mecánico de vuelta. Ellos saben por el manual qué repuestos cambiar y que no te ocurra nada”.
Así como él aprendió a manejar en la calma de un pueblo explicó que cuando sus hijos le pidieron que les enseñara, se dio cuenta que ya sabían porque en el campo habían ‘robado’ su auto para practicar con sus amigos. “Les enseñé no en lo técnico sino las reglas que tiene la calle o cualquier ruta como el uso de las luces o los adelantamientos”.
Es una persona segura y cede el volante. Así, en su reciente viaje a la Patagonia con Silvana, su pareja, manejaron a la par: “Le tengo mucha confianza y acompaño porque son caminos muy largos y puede agarrarte somnolencia. No tengo esa cuestión antigua de no ceder el volante”.
En su auto siempre lleva ropa, libros, diarios y el material de trabajo de un periodista y cuando piensa en el auto de sus sueños, es claro: “El último Jaguar mediano que haya salido en Inglaterra; obvio verde inglés y con el tapizado crema”.
Finalmente, como conductor de un vehículo se siente tranquilo: “Si bien tuve un modelo único de Renault Alpine que llegó al país en el que volaba, ahora me gusta disfrutar, ir tranquilito; me he vuelto muy conservador. Pero para beberme la vida de a segundos mirando todo lo que ocurre”, concluyó el Cholo Gómez Castañón.










