La 12a. generación del sedán compacto de la marca japonesa llega completamente renovada: agrega equipamiento y estrena diseño, mecánica y hasta una versión híbrida; como para seguir liderando en su segmento
Toyota buscó cerrar este 2019 tan complicado nada menos que con uno de los lanzamientos del año: la 12ª generación del Corolla. Y no es para menos: el sedán mediano es el vehículo más vendido del mundo (son más de 45 millones las unidades comercializadas en los 53 años que lleva en el mercado) y es el modelo que lidera las ventas de su segmento en nuestro país desde hace 8 años en forma consecutiva. El Corolla 2020 se fabrica en la planta de Toyota de Brasil y, por el momento, está disponible solo en las dos versiones tope de gama: 2.0 SEG CVT, con impulsor convencional, y HV 1.8 SEG eCVT, con mecánica híbrida. El resto de la familia se completará en los primeros meses del año próximo.
Tuvimos la oportunidad de tener un primer contacto con ambas variantes en Balcarce. Y hay mucho para analizar. Para empezar, estrena una nueva plataforma global –denominada GA-C– que busca mejorar el confort de marcha, la habitabilidad, el rendimiento, la seguridad y la practicidad de uso; luego, y en el caso del híbrido, es el primer vehículo con este tipo de propulsión producido en América Latina, toda una declaración de principios de la marca japonesa, que ya fue pionera en la introducción de híbridos con el Prius.
Además de un diseño totalmente renovado (realmente luce mucho más moderno), tuvo un leve cambio en las dimensiones: es 10 mm más largo, 5 mm más ancho y es más bajo (-25mm en la versión SEG y -5mm en la HV) que la generación anterior. Esto permitió una redistribución del interior de manera de ganar un poco más de espacio para los ocupantes. Por otra parte, la disminución en el tamaño del parante A permitió que se incrementara la visibilidad al ampliar el campo visual y se mejoró la insonorización del habitáculo. El interior fue completamente remozado y luce materiales y terminaciones de mayor calidad.
Además de muchos agregados tecnológicos de confort (nueva pantalla con una interfaz más rápida y comandos por botones), sumó varias ayudas a la conducción para que ofrezca mayor seguridad en un paquete llamado Toyota Safety Sense (compuesto por un radar y una cámara en el frente), como sistema de pre colisión frontal (alerta ante la posibilidad de un choque), alerta de cambio de carril, luces altas automáticas, control de velocidad crucero adaptativo, control de estabilidad y de tracción con asistencia activa en curvas y 7 airbags de serie entre otros.
La versión naftera está equipada con un propulsor 2.0 L de 4 cilindros en línea que entrega 170 CV a 6600 rpm y 20,5 kgm entre 4400 y 4800 rpm que incorpora un sistema de sincronización variable inteligente de válvulas denominado VVT-iE que, por medio de un motor eléctrico anexado, modifica los tiempos de apertura de las válvulas de admisión; al mismo tiempo, suma un nuevo sistema de inyección directa e indirecta de combustible (conocido como D-4S) que adapta el flujo de combustible a las condiciones de manejo para lograr mayor potencia con bajo consumo. Este se asocia a una nueva caja automática CVT (llamada Direct Shift CVT) de 10 marchas preprogramadas, que tiene la particularidad de contar con un engranaje mecánico adicional para el arranque en bajas velocidades (como si fuese el de una primera convencional) y que luego pasa directamente a la CVT.
La híbrida, en tanto, cuenta con un propulsor de ciclo Atkinson 1.8 L también de 4 cilindros en línea que genera 98 CV a 5200 rpm y otro eléctrico que entrega 72 CV, para lograr una potencia combinada de 122 CV a 5200 rpm, junto a una flamante caja eCVT. La batería que alimenta el eléctrico es de níquel metal hidruro de 201 V auto recargable (se regenera durante la desaceleración y el frenado).
¿Se traduce en un ahorro de consumo real? Según lo declarado por la compañía, en el caso del atmosférico gasta 5,8 L/100 km en uso mixto, 4,8 L/100 km en ruta y 7,5 L/100 km en ciudad, mientras que el híbrido los consumos son de 3,9 L/100 km en ciclo urbano, 4,3 L en uso mixto y 4,5 L en ruta. Realmente muy bajos.
No terminan ahí las novedades, ya que también es muy distinta la sensación que transmite el auto al manejarlo; en otras palabras: hay un notable mejoramiento del comportamiento dinámico, algo que pudimos notar al conducirlo en el autódromo Juan Manuel Fangio y donde se lo sintió muy agarrado en las curvas y bien estable en las rectas. Para eso, los ingenieros de la firma hicieron un profundo trabajo: primero, redistribuyeron los pesos; luego, hicieron que las estructuras del chasis y la carrocería sean más rígidas pero más livianas. Además, ubicaron más abajo tanto el propulsor como la transmisión, el capot y los asientos para bajar el centro de gravedad. Por otra parte, lo dotaron de una arquitectura de suspensiones diferente: la trasera ahora es independiente de doble horquilla y en la delantera fue reubicada la posición de los amortiguadores.
Con precios de $1.912.500 para el naftero y de $2.010.600 para el HV (son las versiones tope de gama), el Corolla 2020 suma argumentos para seguir reinando en su segmento.