Tras 18 años de producción, se despidió del mercado; sin embargo, nuevas tecnologías podrían devolverlo a las calles en no mucho tiempo
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La industria automotriz suele despedirse de sus modelos más icónicos con un dejo de nostalgia y, en ocasiones especiales, promesas de futuro. Esa parece ser la estrategia de Nissan, que en febrero pasado anunció el fin de la producción de su histórico GT-R R35, su deportivo que marcó una época y que, tras 18 años en el mercado, dejó un vacío entre los entusiastas de la velocidad.
Sin embargo, la firma japonesa ya adelantó que el nombre no desaparecerá para siempre. El deportivo, conocido entre los fanáticos como Godzilla, por su capacidad para desafiar a superdeportivos mucho más costosos, fue presentado en un primer momento en 2007 durante el Salón del Automóvil de Tokio.
A lo largo de casi dos décadas, recibió múltiples actualizaciones y mejoras, la última de ellas en 2023, pero el avance de las normativas de emisiones en los principales mercados internacionales terminó por sentenciar su producción.
El 28 de febrero, a través de un comunicado en su sitio web oficial, Nissan confirmó que la producción para el mercado japonés —el último en mantenerlo vigente— había llegado a su fin. “Hemos recibido muchos pedidos del Nissan GT-R y ahora hemos terminado de aceptar pedidos para la cantidad de producción planificada. Nos gustaría expresar nuestro sincero agradecimiento a todos nuestros clientes por su apoyo desde su lanzamiento en 2007”, expresó en su momento la automotriz.

Antes, el modelo ya había sido discontinuado en Europa en 2022, mientras que Australia y Nueva Zelanda dejaron de recibirlo incluso antes, en 2021. América del Norte, tradicional bastión del GT-R, fue la penúltima región en la que cesó la producción, en octubre del año pasado.
Una promesa de regreso
A pesar de su salida del mercado, su historia parece estar lejos de terminar. Ponz Pandikuthira, jefe de planificación de productos de Nissan en Estados Unidos, aseguró en declaraciones al medio especializado Motor1 que: “No hay dudas de que el GT-R volverá. La tecnología de baterías y de motores tiene que alcanzar ciertos estándares para permitirlo, pero sucederá, aunque tome algunos años”, afirmó.
La referencia a las nuevas tecnologías no es casual. La necesidad de cumplir con normas de emisiones cada vez más estrictas plantea desafíos para la continuidad de los deportivos de alto rendimiento tradicionales. Por eso es que se puede esperar que el futuro modelo, identificado tentativamente como R36, estaría basado en una motorización eléctrica, en línea con el concepto Hyper Force que la marca japonesa presentó hace dos años.

El Hyper Force Concept, un prototipo de diseño agresivo y mecánica avanzada, anticipa la orientación que tomará la próxima generación del mencionado deportivo. Sin embargo, el proyecto enfrenta condicionantes: dependería de baterías de estado sólido, una tecnología que aún está en desarrollo y que, según los propios plazos de la compañía, no estará disponible antes de 2028. Esto implica que la llegada del nuevo GT-R no ocurrirá en el corto plazo.
Godzilla: un legado difícil de igualar
A lo largo de su vida comercial, el vehículo fue ganándose un lugar entre los deportivos más respetados del mundo. Equipado con un motor V6 biturbo de 3.8L, comenzó entregando 473 CV, una cifra que fue incrementándose con el tiempo hasta alcanzar unos 565 CV en las versiones de 2023. Para los más exigentes, la variante Nismo ofrecía aún más: 600 CV, acompañados de una puesta a punto específica para circuitos.
Con esta mecánica, el modelo supo ser definido como un “asesino de superdeportivos”, por su potencial capacidad de desafiar a modelos con precios muy superiores gracias a su impresionante rendimiento en manos expertas.

El hasta luego del R35 no solo marca el cierre de una etapa para Nissan, sino también para una forma de entender la conducción deportiva. Para muchos fanáticos, el linaje clásico del GT-R podría haberse cerrado, dando paso a una nueva era eléctrica que, aunque prometedora en términos tecnológicos, plantea el desafío de preservar el espíritu que convirtió a Godzilla en una leyenda.









