Desde el 1° de marzo y hasta el 31 de mayo, pagarán la primera escala del 20% los modelos con precio al público desde $7 millones, y 35%, a partir de $13 millones; los modelos alcanzados por el tributo
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A partir de mañana, 1° de marzo, empezarán a regir los nuevos valores del impuesto interno a los autos, conocido como impuesto al lujo. Por el incremento trimestral aplicado por la AFIP, pagarán el tributo en la primera escala del 20% los modelos que cuesten más de $4.905.632,82 de precio salido de fábrica o distribuidor, lo que equivale a unos $7 millones de precio de venta al público (al incorporar los otros impuestos, como el IVA, y la comisión del concesionario, que suele ser del 14%). Sobre ese monto se aplica el 20%.
La segunda escala, que grava con el 35% a los modelos, arranca en los $9.056.552,90 de precio salido de fábrica, lo que se traduce en unos $13 millones de precio de venta al público de base sobre el que hay que añadirle el 35%. Los montos pueden variar según los precios que determina cada marca en sus listas oficiales.
Hasta hoy 28 de febrero inclusive, pagan la primera escala del impuesto al lujo los autos cuyo valor final supera los $5,8 millones, y la segunda categoría, los que cuestan $10,8 millones.
Por la forma en la que se calculan los impuestos internos, la aplicación del 20% del impuesto al lujo se transforma en una suba del 25% en el precio que paga el comprador en el concesionario. Y, en el caso de la segunda escala, del 35%, el modelo se encarece un 50%. Esa distorsión viene alterando la conformación del mercado desde hace años y redefine la lista de modelos alcanzados dentro de las respectivas escalas cada vez que la AFIP realiza la actualización trimestral de los valores.
Uno de los síntomas más visibles de esa distorsión es el “topeo” al que apelan las automotrices al definir sus listas de precios oficiales: para evitar que un modelo caiga en la primera o la segunda escala del impuesto, publican al mismo precio dos variantes de una misma gama con diferente equipamiento. Pese a ese “esfuerzo” en los papeles –porque en muchos concesionarios se piden sobreprecios para acceder a un 0km-, cada vez más autos son alcanzados por el tributo.
Con los precios vigentes de febrero, por ejemplo, la primera escala del 20% del impuesto afecta a las versiones tope de gama del SUV Citroën C4 Cactus hecho en Brasil ($7.07.100), al SUV Chevrolet Tracker (que ahora se fabrica en el país, y cuya versión Premier cuesta $8.329.900) y a dos versiones del mediano Toyota Corolla (cuyo precio sugerido va de $6.616.000 a $8.815.000 el tope de gama).
En el caso de Peugeot, caen en el impuesto la versión tope de gama del SUV 2008 ($7.703.800) y los también SUV 3008 y 5008, por encima de los $12 millones. La otra francesa, Renault, sufre la carga del impuesto en su SUV mediano Koleos ($12.590.900 su precio).
El resto de las marcas también tienen modelos alcanzados dentro del rango del impuesto, tanto en la primera como en la segunda escala. En Jeep, su SUV del segmento B Renegade paga el tributo en las dos versiones tope (que cuestan más de $9,3 millones), 4x2 y 4x4. Solo permanece al margen por ahora la entrada de gama, cuyo precio de febrero es $5.555.500.
Por el lado de Volkswagen, sufren el impacto del impuesto sus SUV del segmento B Nivus y T-Cross (por encima de los $7 millones), dos modelos que (como en los ejemplos anteriores) no encajan en la definición de “lujo” con la que surgió el impuesto en 2014.
En el mercado esperan que, tras la entrada en vigencia de las nuevas escalas a partir de mañana, las terminales redefinan sus precios y ajusten los montos de los autos que permanecen “topeados” hasta los nuevos límites, como sucedió en ocasiones anteriores.
La base imponible de la AFIP se actualiza cada tres meses y los montos actuales regirán hasta el 31 de mayo de 2023 inclusive.