Amazon eliminó la función para descargar y transferir libros digitales
La medida entró en vigencia la semana pasada; “Cuando se compra un contenido digital, en realidad se compra el acceso”, remarcan los especialistas
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Días atrás, Amazon eliminó la función para descargar y transferir libros digitales vía USB desde los dispositivos Kindle. El 26 de febrero, la empresa bloqueó esa función que permitía descargar los libros en la computadora y en otros e-readers a través de un cable USB. Los libros digitales comprados en Amazon Kindle ya no pertenecen por entero a los usuarios.
Antes, cuando se compraba un libro en la plataforma Kindle de Amazon, se ofrecía una copia en formato AW3 que se podía descargar en la computadora o en otros lectores electrónicos. La mayoría de los usuarios de Kindle descargaba el libro directamente en su dispositivo luego de la compra, aunque algunos preferían descargar la copia de seguridad para tenerla disponible, sin importar si tenían conexión a internet o no. Ahora, la función ha desaparecido por decisión de la empresa de Jeff Bezos, que no comunicó el motivo, si bien dejó trascender que se trataba de un intento de lucha contra la piratería (que perjudica a los usuarios más que a los “piratas”).

Además de la importancia de la copia de seguridad, la descarga era útil para evitar la censura (por motivos legales, Amazon tuvo que eliminar libros de su plataforma e impidió su descarga en varias ocasiones) y conservar los libros como fueron publicados, sin las modificaciones de ediciones posteriores.
“Amazon puso un límite a una funcionalidad para los lectores -dice Daniel Benchimol, director de la empresa Proyecto451 y consultor de la industria editorial en materia de estrategias digitales, a LA NACION-. Muchos usuarios no descargaban los libros en su computadora y los leían directamente en su Kindle. No está muy claro por qué la empresa cambió esa política, pero hay algo de fondo que se discute desde el origen del ebook, y es la no propiedad de los contenidos digitales. Cuando alguien compra un libro en papel en una librería, ese libro es suyo para siempre, aunque luego deje de circular por alguna razón. Ese libro queda en la biblioteca. Pero Amazon, como tienda digital, tiene una gestión sobre los libros. No se compra el libro, se compra el acceso a ese libro y Amazon tiene la potestad de actualizarlo, cambiarlo o borrarlo, como pasó años atrás con Rebelión en la granja, de George Orwell. Amazon lo vendía pero, como no estaba autorizado, fue demandado y debió retirarlo de los dispositivos. Es como si alguien entrara en una casa y se llevara el ejemplar de la biblioteca. Lo que se discute es el derecho de los lectores y la propiedad del libro”.
Benchimol remarca que la lectura digital, a diferencia de la lectura en libros físico, no es por entero privada. “Tiene una trazabilidad”, indica. “Y otro tema es la portabilidad del libro, que ahora Amazon impide con esta medida de transferirlos a otros lectores de libros electrónicos. Hay que recordar que cuando se compra un contenido digital, en realidad no se compra el contenido sino el acceso”, concluye.
La empresa informó que los usuarios podrán seguir utilizando los libros que hayan descargado y acceder a otros contenidos mediante la aplicación Kindle en dispositivos móviles, desde el propio navegador o desde un Kindle conectado a internet.
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