Las caras de Pierrot y su fotógrafo
Son doce fotografías tomadas en 1854 y 1855 sobre un mito de la Commedia del’Arte, el romanticismo, el modernismo y la cinematografía mundial. En las imágenes se ven sendas cabezas de expresión. Un actor de la época representa el personaje de Pierrot en distintas situaciones. El Musée d’Orsay, de París, las expone hasta el martes próximo en la muestra Adrien Tournachon, Nadar y el mimo Deburau. Los lectores pueden buscarlas, encontrarlas y apreciarlas en la página web del museo. Si lo hacen, los cinéfilos, particularmente los especializados en el período de la Ocupación francesa, se darán cuenta de que tienen delante la fuente en que se inspiraron el actor Jean-Louis Barrault, el director Marcel Carné y el poeta y guionista Jacques Prévert, para crear el personaje de Baptiste en la película Les enfants du Paradis (1945), basada en la vida del gran actor y mimo Jean-Gaspard Baptiste Deburau (1796-1846). Ese film fue considerado durante décadas uno de las diez mejores del siglo XX. En las fotos el que posó no fue ese Deburau, creador de una versión de Pierrot mucho más matizada que la del siglo XVIII. El modelo de esas tomas fue Charles Deburau, hijo de Jean Gaspard Baptiste, también actor y mimo, que retomó la visión actualizada de su padre. Vayamos por partes.
Félix Nadar (su verdadero apellido era Tournachon) fue uno de los pioneros de la fotografía como arte y del vuelo (fabricaba y volaba en globos, predecesores del célebre y trágico dirigible Bismarck). Tomó la primera foto aérea. En él, se inspiró Julio Verne para escribir la novela Cinco semanas en globo.
Nadar se hizo famoso como retratista de los grandes hombres de letras de Francia del siglo XIX: Gustave Flaubert, Victor Hugo, Baudelaire, Stéphane Mallarmé y Émile Zola, entre otros. Su hermano menor, Adrien, llegó a ser tan buen fotógrafo como él. Durante un tiempo fueron socios, después se separaron, se enemistaron y se reconciliaron. Hay una buena parte de la producción de Adrien que se le atribuye a Félix, porque compartían el mismo seudónimo, Nadar. Adrien se hacía llamar “Nadar joven”. Las excepcionales fotos que le tomó a Charles Deburau integraron durante mucho tiempo el lote que se le adjudicaba equivocadamente a Félix. El juego completo en exhibición perteneció a la colección del mimo Alexandre Guyon, que había trabajado junto a Charles Deburau y a Paul Legrand en Les trois Pierrots. Eso explica que haya en el conjunto fotos de Legrand junto a las de Charles.
Deburau padre componía a un ser lleno de energía, al estilo de los que habían creado los italianos en el siglo XVIII, pero, a la vez, por efecto de su poderosa presencia escénica, también resultaba más imponente y reflexivo, sin dejar nunca de tener la tradicional veta bufonesca, absurda, maliciosa y escatológica del papel, tal como lo señaló George Sand. Esa mezcla contradictoria de matices hizo más interesante y humano al personaje. A pesar de que Charles Deburau mantuvo la versión de su padre tras la muerte de éste, la silueta esbelta del hijo, la delicadeza de sus rasgos y de sus manos, contribuyeron a acentuar la interpretación lírica.
El Pierrot posterior fue el fruto de una serie de malentendidos de los críticos, poetas y escritores del romanticismo y del decadentismo, que se inclinaron por lo que podía dar pie a un Pierrot lánguido y pensativo, enamorado de la luna, con su blanca vestimenta despojada de todo adorno, víctima del amor, salpicado de angustia, moderno. Esa visión dio origen al Pierrot lunar, de Albert Giraud y Arnold Schoenberg; También al Baptiste y al Pierrot creados en la pantalla por Jouvet, Carné y Prévert; y admirados por François Truffaut, Marlon Brando y Truman Capote.
Más leídas de Cultura
Día del Arte. Cinco obras para homenajear a Leonardo Da Vinci
La arreglo, no la arreglo. Deshojando la “Floralis Genérica”: ¿qué debe hacer la ciudad de Buenos Aires con la escultura metálica?
Catalejo. Aquí, en la Tierra
Radiografía del libro. Cayó la producción de ejemplares, se duplicó el precio del papel y se redujeron las tiradas