El Mundial en Nueva York: Carlsen y Karjakin llegan igualados a la última partida

El match por el campeonato mundial de ajedrez que se lleva a cabo en el Fulton Market Building, en Manhattan, con un millón de euros en premios, entre el campeón, el noruego Magnus Carlsen, N°1 del ranking y de 25 años, y su rival, el ruso Sergey Karjakin, N°9 y de 26, llegó igualado a su último juego. Los pronósticos apocalípticos –“Carlsen ganará fácilmente; la diferencia será mayor al 70% de los puntos en disputa”- no se sucedieron, ni tampoco hubo lugar para las sorpresas –“No habrá diferencia; la gente que subestima a Karjakin, se equivoca”-, aunque estos estuvieron más cerca.

Es que tras la igualdad acordada, anoche, en la 11ª partida (Apertura Española, en 34 jugadas y poco más de tres horas de juego), el marcador quedó igualado en 5,5 puntos por bando, a la espera del último juego, la 12ª partida, que se disputará el lunes, y en la que el campeón conducirá las piezas blancas.

“La primera parte del match fue 80% de ajedrez, ahora estamos en la etapa en la que el 80% es psicología”, afirmó Karjakin durante la conferencia de prensa. Mientras que Carlsen aseguró: “Ahora estoy más calmado que en las tres últimas partidas; no estoy en una situación ideal, pero podría haber sido mucho peor”. La felicidad se le dibujaba en el rostro del noruego; se sonreía constantemente, y tal vez no sólo por el resultado, sino porque, ayer, le informaron que la multa por haberse retirado antes del comienzo de la conferencia de prensa de la 8ª partida (cuando perdió con Karjakin), le será reducida en un 50%, según lo dispuso el Comité de Apelaciones, por lo que el monto a pagar será de 30 o 20 mil euros, según gane o pierde el match.

Con relación al último juego, llamó mucho la atención de los expertos y de las transmisiones que siguen en vivo el duelo, que el desafiador no haya sacado mayor provecho al tratarse de su última oportunidad como conductor de las piezas blancas; de haber buscado una apertura más agresiva o al menos que le permitiera tener en sus manos la iniciativa del juego.

Por lo visto en estas tres semanas, el ruso Karjakin se siente más cómodo jugando de contrataque, provocando a su rival para que sea él el que tome los riesgos por la victoria. Si bien la apuesta es riesgosa, al menos los resultados no fueron contradictorios. Además, si se mantiene la igualdad, entonces, todo quedará librado a una serie de mini matches con partidas semilentas (de 25 minutos por competidor) y de seguir el empate, con partidas blitz (a 5 minutos para cada jugador). Si tampoco así se lograra determinar un vencedor, el último desempate será por sistema Armageddon, en el que el beneficiado con el color blanco tendrá además un minuto de más en el reloj que su rival (5 a 4) pero con la obligación de ganar, porque si hubiera tablas, el bando negro sería declarado ganador. Y en este caso (si hubiera desempate) tampoco pareciera perfilarse un favorito. Carlsen ganó los Mundiales de rápidas (a 10 minutos la partida) y blitz (a 5), en 2013. Pero antes, en 2009, Karjakin ya había conquistado el Mundial de rápidas. Otra señal para tener en cuenta.

Este fue el desarrollo de la 11ª partida.