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Bones Hyland: la impactante historia del chico que le “robó” el puesto a Facundo Campazzo y puede ser la llave para su regreso
Es una auténtica sensación. Domina la escena en Colorado. Su irrupción fue un impacto inmediato. Tanto que por momentos postergó, por ejemplo, a Facundo Campazzo. Es un joya en plena proyección, con marcas de la vida que le permitieron dar un paso al frente. Tiene apenas 21 años, pero se mueve con la autoridad de un hombre experimentado. Nah’Shon Lee “Bones” Hyland es parte del engranaje de Denver Nuggets, se convirtió en una pieza perfecta para darle más opciones al entrenador Mike Malone y en un “cómplice” de Nikola Jokic.
En la última semana fue una de las figuras (12 puntos) de la victoria (101-98) sobre Indiana Pacers y resultó clave ante Atlanta Hawks (15 en el 105-96), tanto que el DT determinó no darle minutos a Campazzo. Sin embargo, en la victoria contra Portland Trail Blazers el chico sensación (18 tantos) tuvo una conexión con el base cordobés y ambos fueron determinantes para que Denver se quedara con el juego. Bones tiene encantado a Malone: “Es imposible mantener a Bones Hyland fuera de la cancha. Es talentoso y juega con gran ritmo. Llega a lugares de la cancha a los que muchos muchachos no pueden llegar”.
La producción de Hyland ante Atlanta
Nada resultó sencillo para Hyland, porque a los 17 años vivió uno de los momentos más trágicos de su vida. El 25 de marzo de 2018, cuando estaba en su casa, en Wilmington, y mientras miraba un partido entre Kansas y Duke, advirtió que algo no andaba bien. Sintió gritos y a los pocos segundos fue atormentado por fuego.
Corrió a la habitación donde estaba su abuela y quiso acercarse a la de sus primos. No pudo: el fuego ya le había cerrado el paso. Se asomó a una ventana para pedir auxilio. Los vecinos le dijeron que ya era demasiado tarde como para rescatar a alguien, que debía saltar si quería salvar su vida. Siempre tuvo miedo a las alturas. Dudaba por el vértigo, pero más por su familia. No había mucho tiempo para pensar. Se lanzó desde el segundo piso.
“Bizzy Bones” –por ese apodo lo conocen, porque siempre fue muy flaco y se le marcaban los huesos– saltó al vacío. Los vecinos lo atraparon y amortiguaron el golpe, pero sufrió una rotura de un tendón rotuliano. El dolor en la rodilla no fue nada comparado con haber dejado atrás a su abuela Fay Hyland, de 59 años, y sus primos Isaac Williams, de tres semanas, y Maurice Williams, de 11 meses. Fay y Maurice no lograron sobrevivir. Los rescatistas encontraron a Isaac, que pasó en estado crítico un par de semanas.
Bones sobrevivió pero cargó por mucho tiempo el tormento de la tragedia. Tras los primeros días en el Hospital de Niños Nemours, le confirmaron que para volver a mover la pierna con normalidad necesitaría al menos seis meses. Fue el segundo golpe. “Me derrumbé. Me rompí en pedazos. Ni siquiera podía jugar al deporte que amo”, comentaría.
Pero no se rindió. Quería volver a competir, a ser el chico que deslumbraba a todos en St. Georges. Su regreso a una cancha se dio en un partido de streetball, en un evento llamado “Tressi Day”, su eslogan característico, creado a partir de las palabras españolas “tres” y “sí”. Bones y algunos de sus amigos, incluido su compañero de equipo en VCU Ace Baldwin, tienen una variación de “Tressi” tatuada en sus manos.
This duo >>> pic.twitter.com/cUGDlPcGqp
— Denver Nuggets (@nuggets) November 15, 2021
Eligió seguir adelante. Se abrazó al básquetbol. En su último año en el secundario, Hyland promedió 26,6 puntos, 6,6 rebotes, 4,6 asistencias y 3,4 robos por juego y llevó a su equipo a las semifinales estatales. Además, fue el Jugador del Año en Delaware. Luego pasó dos temporadas en la Universidad de Gonzaga, y en la segunda promedió 19,5 tantos y 4,7 rebotes. Denver Nuggets lo eligió en el puesto 26 en el pasado Draft. Y en esta temporada el joven tuvo desempeños muy interesantes, como frente a Minnesota, en el que marcó 18 puntos en un cuarto.
Su desembarco en Denver generó expectativas y cuando Bones pisó el campo por primera vez despejó toda duda. Relegó a Campazzo, pero cuando compartieron la cancha, en especial ante Portland, la química entre ellos resultó perfecta y combinados aportaron 31 puntos para una victoria por 124-95. “Creo que Facu y Bones tienen un gran ritmo de juego cuando están juntos, y Hyland lanzando... La pelota se mueve muy bien y luego está esa amenaza. Se vuelve más fácil. Es muy rápido y tiene un gran cambio de velocidad”, dijo el pivote Jokic.
Pero no es fácil formar ese tipo de sociedades en la NBA. Contra Dallas (derrota por 111-101) tuvieron menos minutos y poco goleo. Deberán seguir intentándolo, para volver a instaurar esa dinámica en el equipo. Para Campazzo, ese compañero que le restó minutos de juego puede ser la razón por la que los recuperare. Pero teniéndolo como un aliado, no como un competidor.
Dieciocho puntos en un cuarto frente a Timberwolves
Hyland es inquieto. Con sus amigos utilizó el nombre “Tressi” para iniciar un movimiento de baile popular en Delaware, el Tressi Bop, que inspiró una canción en cuyo video aparece bailando Bones. Llegó a hacer algo de música durante los meses posteriores al incendio, cuando no podía volver a jugar al básquetbol, experimentando en un equipo de estudio casero de un amigo. Esa salida creativa siempre ha sido un hobby, y se puede encontrar algunas de sus canciones buscando “Bizzy Bones” en YouTube. “Empecé a rapear para afrontar la tragedia de mi casa. Encontré una pasión y un amor diferentes, y fue rapear, liberar mis pensamientos a través del micrófono. Me ayudó. Fue muy terapéutico para mí”, apuntó.
Basquetbolista y cantante
El incendio cambió su vida y el jugador lo tiene claro: “Me convirtió en una mejor persona porque me ayudó a visualizar mejor qué estaba haciendo y para qué jugaba al básquetbol. Realmente me ayudó a crecer y ser más maduro, a convertirme en un líder”. Suele recordar que su abuela y su primo fallecido son un motor para su carrera: “Me hice un tatuaje sólo como un recordatorio de ellos. Cada vez que siento que no puedo más, miro mi tatuaje. Es la razón por la que juego. Siempre están en mi corazón. Sé que mi abuela está orgullosa de mí. Sólo trato de mantener alta la cabeza. No estaría en esta posición ahora sin ella. Ella me ha guiado. Sé que está sonriendo, así que no puedo estar triste. Sé que mi abuela está conmigo. Puedo sentir su espíritu”, sostuvo.
Su escasez de peso (77 kilos) muchas veces lo complica en el aspecto defensivo, por eso Hyland intenta robar el balón en lugar de concentrarse en negar la penetración. Desde hace un tiempo realiza tratamientos para ganar masa muscular. De todas formas, su dinámica le permite suplir la diferencia de kilos con sus rivales.
Nada parece detenerlo y su confianza está en ascenso. Hyland, el chico que fue quitándole lugar a Campazzo, ahora sintoniza con él. Bizzy Bones, el fenómeno en expansión que enamora a Colorado, tiene habilidad para la anotación (justo lo que está faltándole al argentino) pero le falta mucho recorrido en el aspecto defensivo (el que más distingue a Campazzo). Naturalmente, tienen la posibilidad de asociarse, equilibrar la balanza de fortalezas/defectos y aprender uno de otro para seguir creciendo.
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