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SPRINGFIELD, Massachusetts.- Manu Ginóbili dará un paso más para acrecentar su leyenda. Este sábado, se convertirá en el primer argentino en ingresar en el prestigioso Salón de la Fama del básquetbol, en los Estados Unidos. El alcance del logro es impactante, de una relevancia difícil dimensionar o comparar. La masividad de la NBA en el mundo hace que la distinción al bahiense cobre un relieve extraordinario y un alcance mediático enorme.
Pero, ¿es más importante que las inducciones de otros atletas argentinos en diversos deportes? Decir eso sería injusto. El sólo análisis conduciría a una polémica interminable (e innecesaria). Además, para la persona que dedicó su vida al deporte que ama, el mérito de ser elegido entre los mejores de todos los tiempos en su disciplina es gigantesco. Y no importa si lo es en una actividad más o menos popular.
¿Cuál es el origen de esta tradición? Los “Salones de la Fama” tienen un largo recorrido en la historia, más allá del deporte. Hay entidades creadas para homenajear a músicos, artistas, deportistas, educadores y hasta caballos. El primero del que se tiene registro es el del béisbol, ideado en 1936 y creado en 1939. Luego llegó el del básquetbol (Naismith Memorial Basketball Hall of Fame), en 1959, que es el que honrará a Ginóbili. La revista The Ring también tiene versiones menos difundidas de celebridades en la misma década.
La costumbre de llevar a las paredes los cuadros de presidentes de instituciones, personas relevantes o celebridades es bastante anterior. Por ejemplo, en 1870 algunos teatros en Chicago tenían su “Wall of Fame”. Una derivación de esas costumbres puede observarse también con el Walk of Fame (Paseo de la Fama), que con estrellas intenta llevar a la inmortalidad a artistas de Holywood.
También los Hall of Fame pueden ser locales. Hay, por ejemplo, Salones de un país, como el del fútbol en Inglaterra. Allí también fueron elegidos argentinos, como Osvaldo Ardiles (2009) o Sergio Agüero (2022). Incluso los hay de clubes, especialmente en Italia. Es el caso de Inter, que tiene a Diego Milito, Javier Zanetti y Esteban Cambiasso. Gabriel Batistuta está en el de Roma y también en el de Fiorentina. Este último, además, distinguió a Miguel Montuori y Daniel Bertoni.
En el juego de medir el mayor peso de un deporte u otro, puede decirse que la jerarquía de haber sido seleccionado en el básquetbol, en el tenis o en el golf, por ejemplo, es superior a la de haber sido reconocido en el fútbol o en vela, donde las reglas y criterios de designación nunca terminaron de ser claras y los procesos se discontinuaron. Incluso, dentro de un mismo deporte que tiene más de una entidad encargada de los reconocimientos. El Hall of Fame de Springfield tiene mucha más tradición que el de FIBA, donde se comenzó a premiar a las figuras internacionales hace poco más de una década.
Los jugadores deben llevar al menos cuatro temporadas sin actividad para ser considerados elegibles. A diferencia de otros Hall of Fame, los votos son secretos y ni siquiera se conocen los nombres de los especialistas que ingresan como miembros rotativos para eliminar cualquier posibilidad de influencias.
Los requisitos para ser elegido en el básquetbol norteamericano son complejos. Hay un comité de selección para jugadores norteamericanos, uno para mujeres, uno para deportistas internacionales y otro para veteranos. En total son 30 miembros. Cinco de los siete miembros de cada grupo tienen que avalar una candidatura. Luego se pasa a un segundo comité de 12 miembros permanentes más 12 miembros rotativos (especialistas solicitados específicamente para cada votación). Un jugador que llega a esa instancia, necesita la aprobación de 18 de los 24 electores (75%). El Consejo de la Administración del Hall of Fame tiene poder de veto para retirar la candidatura de los jugadores que, a su consideración, por algún motivo “hayan dañado la integridad del juego”.

Los jugadores deben llevar al menos cuatro temporadas sin actividad para ser considerados elegibles. A diferencia de otros Hall of Fame, los votos son secretos y ni siquiera se conocen los nombres de los especialistas que ingresan como miembros rotativos para eliminar cualquier posibilidad de influencias.
El Salón de la Fama de Springfield es el hogar de más de cuatrocientos miembros. Ubicado en las orillas del río Connecticut, el museo es una suerte de santuario apropiado para el juego que el profesor James Naismith (nacido en 1861 en Ontario, Canadá, y fallecido en 1939) inventó hace más de un siglo. El edificio del Salón de la Fama fue diseñado para convertirse en uno de los monumentos más distintivos del mundo. La esfera plateada marca el horizonte de la ciudad.
Para terminar de dimensionar el valor que tendrá el galardón que recibirá Manu vale la pena repasar algunos de los basquetbolistas que ya fueron aceptados en el salón de la fama: Michael Jordan, Magic Johnson, Shaquille O’Neal, Tim Duncan, Kareem Abdul-Jabar, Charles Barkley, Larry Bird, Wilt Chamberlain, Patrick Ewing y Allen Iverson, entre otros. También Kobe Bryant, para el que se realizó una emotiva ceremonia en mayo de 2021, con un discurso de su mujer, Vanessa, y la compañía de Jordan. Su muerte el 26 de enero de 2020 en un accidente de helicóptero en Calabasas (California) junto a su hija Gianna y otras siete personas, sacudió al mundo.

A continuación, detalles de las principales instituciones que realizan estos nombramientos en algunas de las disciplinas más populares, ordenados por su antigüedad:
NBA
FIBA
Motorsports International Halle of Fame
FIA Hall of fame (incluye Fórmula 1, Mundial de Rally y Endurance)




